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jueves, julio 18, 2024
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    Isaías 9 - Biblia de nuestro Pueblo

    Nacimiento y reinado del Mesías

    1. El pueblo que caminaba a oscuras vio una luz intensa, los que habitaban un país de sombras se inundaron de luz.

    2. Has acrecentado la alegría, has aumentado el gozo: gozan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como se alegran los que se reparten el botín.

    3. Porque la vara del opresor, el yugo de sus cargas, su bastón de mando los trituraste como el día de Madián.

    4. Porque la bota que pisa con estrépito y la capa empapada en sangre serán combustible, pasto del fuego.

    5. Porque un niño nos ha nacido, nos han traído un hijo: lleva el cetro del principado y se llama Consejero maravilloso, Guerrero divino, Jefe perpetuo, Príncipe de la paz.

    6. Su glorioso principado y la paz no tendrán fin, en el trono de David y en su reino; se mantendrá y consolidará con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. El celo del Señor Todopoderoso lo realizará.

    7. La ira del Señor Jr 5; Am 4,6-12 El Señor ha lanzado una amenaza contra Jacob, ha alcanzado a Israel;

    La ira de Jehová contra Israel

    8. la entenderá el pueblo entero, Efraín y los jefes de Samaría, que van diciendo con soberbia y presunción:

    9. ¿Se cayeron los ladrillos?, reconstruiremos con piedras talladas; ¿se derrumbó el maderamen de sicómoro?, lo reemplazaremos con cedro.

    10. El Señor incitará contra ellos al enemigo y provocará a sus adversarios:

    11. por delante Damasco, por la espalda los filisteos devorarán a Israel a boca llena. Y, con todo, no se aplaca su ira, sigue extendida su mano.

    12. Pero el pueblo no se ha vuelto al que lo hería, no ha buscado al Señor Todopoderoso.

    13. El Señor cortará a Israel cabeza y cola, palma y junco en un solo día.

    14. El anciano honorable es la cabeza, el profeta embaucador es la cola.

    15. Los que guían a ese pueblo lo extravían, los que se dejan guiar son aniquilados.

    16. Por eso el Señor no perdona a los jóvenes, no se compadece de huérfanos y viudas; porque todos son impíos y malvados y toda boca profiere infamias. Y, con todo, no se aplaca su ira, sigue extendida su mano.

    17. Sí, la maldad está ardiendo como fuego que consume zarzas y cardos, prende en la espesura del bosque, y el humo se alza en torbellinos.

    18. Con la ira del Señor arde el país, y el pueblo es pasto del fuego: uno devora la carne de su prójimo y ninguno perdona a su hermano;

    19. destroza a la derecha, y sigue con hambre, devora a izquierda, y no se sacia.

    20. Manasés contra Efraín, Efraín contra Manasés, juntos los dos contra Judá.

    21. Y, con todo, no se aplaca su ira, sigue extendida su mano.