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jueves, julio 18, 2024
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    Job 9 - Biblia de nuestro Pueblo

    Incapacidad de Job para responder a Dios

    1. Respuesta de Job a Bildad Respondió Job:

    2. Sé muy bien que es así: que ante Dios nadie puede declararse inocente.

    3. Aunque alguno pretenda discutir con él, no podría responderle de mil veces, una.

    4. Sabio de mente, rico de fuerza, ¿quién le resiste y queda sin castigo?

    5. Él desplaza las montañas de improviso y las vuelca con su cólera;

    6. estremece la tierra en sus cimientos y sus columnas retiemblan;

    7. manda al sol que no brille y guarda bajo sello las estrellas;

    8. él solo despliega el cielo y camina sobre las olas del mar;

    9. creó la Osa y Orión, las Pléyades y las constelaciones del Sur;

    10. hace prodigios incomprensibles, maravillas sin cuento.

    11. Si cruza junto a mí, no lo veo, pasa rozándome y no lo siento.

    12. Si agarra una presa, ¿quién se la quitará?, ¿quién podrá decirle: ¡Qué estás haciendo!?

    13. Dios no cede en su enojo, bajo él se encorvan las legiones del Caos.

    14. ¡Cuánto menos podré yo replicarle o buscar argumentos contra él!

    15. Aunque tuviera yo razón, no recibiría respuesta, tendría que suplicar a mi adversario;

    16. aunque lo citara para que me respondiera, no creo que me hiciera caso;

    17. me arrollaría con la tormenta y me heriría mil veces sin motivo;

    18. no me dejaría ni tomar aliento, me saciaría de amargura.

    19. Si se trata de fuerza él es el más fuerte; si de justicia, ¿quién lo hará comparecer?

    20. Aunque tuviera yo razón me condenaría, aunque fuera inocente, me declararía perverso.

    21. Soy inocente; no me importa la vida, desprecio la existencia;

    22. porque todo da lo mismo y me atrevo a decir: Dios trata igual a inocentes y culpables.

    23. Si una catástrofe siembra la muerte de improviso, él se burla de la desgracia del inocente;

    24. deja la tierra en poder de los malvados y venda los ojos a sus gobernantes: ¿quién sino él lo hace?

    25. Mis días corren más que un correo y se escapan sin haber probado la felicidad;

    26. se deslizan como ligeras canoas, como águila que se abate sobre la presa.

    27. Y si me digo: Olvidaré mi tristeza, pondré buena cara,

    28. temo toda clase de desgracias, sabiendo que no me perdonará.

    29. Y si soy culpable, ¿de qué sirve que me esfuerce?

    30. Aunque me frotara con jabón y me lavara las manos con lejía,

    31. me hundirías en el fango y mis vestidos me darían asco.

    32. Dios no es un hombre como yo para decirle: Vamos los dos a un tribunal.

    33. No hay un árbitro entre nosotros que pueda tener autoridad sobre ambos

    34. y apartar de mí su látigo, para que no me enloquezca con su terror.

    35. Así hablaría sin miedo; de lo contrario no soy dueño de mí mismo.