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jueves, julio 18, 2024
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    Juan 8 - Biblia de nuestro Pueblo

    1. Perdona a la adúltera Jesús se dirigió al monte de los Olivos.

    2. Por la mañana volvió al templo. Todo el mundo acudía a él y, sentado, los instruía.

    3. Los letrados y fariseos le presentaron una mujer sorprendida en adulterio, la colocaron en el centro,

    4. y le dijeron: -Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio.

    5. La ley de Moisés ordena que mujeres como ésta sean apedreadas; tú, ¿qué dices?

    6. Decían esto para ponerlo a prueba, para tener de qué acusarlo. Jesús se agachó y con el dedo se puso a escribir en el suelo.

    7. Como insistían en sus preguntas, se incorporó y les dijo: -El que no tenga pecado, tire la primera piedra.

    8. De nuevo se agachó y seguía escribiendo en el suelo.

    9. Los oyentes se fueron retirando uno a uno, empezando por los más ancianos hasta el último. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí en el centro.

    10. Jesús se incorporó y le dijo: -Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?

    11. Ella contestó: -Nadie, señor. Jesús le dijo: -Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más.]]

    Jesús, la luz del mundo

    12. Jesús, luz del mundo De nuevo les habló Jesús: -Yo soy la luz del mundo, quien me siga no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

    13. Le dijeron los fariseos: -Tú das testimonio a tu favor: tu testimonio no es válido.

    14. Jesús les contestó: -Aunque doy testimonio a mi favor, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vengo y adónde voy; en cambio ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy.

    15. Ustedes juzgan según criterios humanos, yo no juzgo a nadie.

    16. Y si juzgase, mi juicio sería válido, porque no juzgo yo solo, sino con el Padre que me envió.

    17. Y en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido.

    18. Yo soy testigo en mi causa y es testigo también el Padre que me envió.

    19. Le preguntaron: -¿Dónde está tu padre? Jesús contestó: -Ustedes no me conocen ni a mí ni a mi Padre. Si me conocieran a mí, conocerían a mi Padre.

    20. Estas palabras las pronunció junto al lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo. Nadie lo detuvo, porque no había llegado su hora.

    A donde yo voy, vosotros no podéis venir

    21. Yo me voy En otra ocasión les dijo: -Yo me voy, ustedes me buscarán y morirán en su pecado. A donde yo voy ustedes no pueden venir.

    22. Comentaron los judíos: -¿Será que se piensa matar y por eso dice que no podemos ir a donde él va?

    23. Les dijo: -Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto; ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo.

    24. Yo les dije que morirían por sus pecados. Si no creen que Yo soy, morirán por sus pecados.

    25. Le preguntaron: -¿Tú quién eres? Jesús les contestó: -Esto es lo que les estoy diciendo desde el principio.

    26. Tengo mucho que decir y juzgar de ustedes. Pero el que me envió dice la verdad, y lo que escuché de él es lo que digo al mundo.

    27. No comprendieron que se refería al Padre.

    28. Jesús añadió: -Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, comprenderán que Yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como mi Padre me enseñó.

    29. El que me envió está conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.

    30. Por estas palabras muchos creyeron en él.

    La verdad os hará libres

    31. La verdad libera A los judíos que habían creído en él Jesús les dijo: -Si se mantienen fieles a mi palabra, serán realmente discípulos míos,

    32. conocerán la verdad y la verdad los hará libres.

    33. Le contestaron: -Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices que seremos libres?

    34. Jesús les contestó: -Les aseguro que quien peca es esclavo;

    35. y el esclavo no permanece siempre en la casa, mientras que el hijo permanece siempre.

    36. Por tanto, si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.

    37. Yo se que ustedes son descendientes de Abrahán; pero tratan de matarme porque no aceptan mi palabra.

    38. Yo digo lo que he visto junto a mi Padre; ustedes hacen lo que han oído a su padre.

    Sois de vuestro padre el diablo

    39. El padre de ustedes Le contestaron: -Nuestro padre es Abrahán. Replicó Jesús: -Si fueran hijos de Abrahán, harían las obras de Abrahán.

    40. Pero ahora intentan matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Eso no lo hacía Abrahán.

    41. Pero ustedes obran como su padre. [Entonces] le responden: -Nosotros no somos hijos bastardos; tenemos un solo padre, que es Dios.

    42. Jesús les replicó: -Si Dios fuera su padre, ustedes me amarían, porque yo vine de parte de Dios y aquí estoy. No vine por mi cuenta, sino que él me envió.

    43. ¿Por qué no entienden mi lenguaje? Porque no son capaces de escuchar mi palabra.

    44. El padre de ustedes es el Diablo y ustedes quieren cumplir los deseos de su padre. Él era homicida desde el principio; no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando dice mentiras, habla su lenguaje, porque es mentiroso y padre de la mentira.

    45. Pero a mí no me creen, porque les digo la verdad.

    46. ¿Quién de ustedes probará que tengo pecado? Si les digo la verdad, ¿por qué no me creen?

    47. El que viene de Dios escucha las palabras de Dios. Por eso ustedes no escuchan, porque no son de Dios.

    La preexistencia de Cristo

    48. Antes que Abrahán Le contestaron los judíos: -¿No tenemos razón al decir que eres samaritano y estás endemoniado?

    49. Jesús contestó: -No estoy endemoniado, sino que honro a mi Padre y ustedes me deshonran a mí.

    50. Yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga.

    51. Les aseguro que quien cumpla mi palabra no sufrirá jamás la muerte.

    52. [Entonces] le dijeron los judíos: -Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abrahán murió, lo mismo los profetas, y tú dices que quien cumpla tu palabra no sufrirá jamás la muerte.

    53. ¿Por quién te tienes?

    54. Contestó Jesús: -Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, el mismo que ustedes llaman nuestro Dios,

    55. aunque no lo conocen. Yo en cambio lo conozco. Si dijera que no lo conozco, sería mentiroso como ustedes. Pero lo conozco y cumplo su palabra.

    56. Abrahán, el padre de ustedes disfrutaba esperando ver mi día: lo vio y se llenó de alegría.

    57. Le replicaron los judíos: -No has cumplido cincuenta años, ¿y has conocido a Abrahán?

    58. Jesús les dijo: -Les aseguro, antes de que existiera Abrahán, existo yo.

    59. Recogieron piedras para apedrearlo; pero Jesús se escondió y salió del templo.