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miércoles, julio 17, 2024
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    Lucas 20 - Biblia de nuestro Pueblo

    La autoridad de Jesús

    1. La autoridad de Jesús Mt 21,23-27; Mc 11,27-33 Un día que estaba enseñando en el templo y anunciando la Buena Noticia al pueblo, se presentaron los sumos sacerdotes y los letrados con los ancianos

    2. y le dijeron: -¿Con qué autoridad haces eso? ¿Quién te ha dado esa autoridad?

    3. Jesús les respondió: -Yo a mi vez les haré una pregunta para que me respondan.

    4. El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de los hombres?

    5. Ellos discutían entre sí: Si decimos que del cielo, nos dirá que por qué no le creímos;

    6. si decimos que de los hombres, el pueblo entero nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era profeta.

    7. Por eso le contestaron que no sabían de dónde procedía.

    8. Y Jesús les replicó: -Yo tampoco les digo con qué autoridad lo hago.

    Los labradores malvados

    9. Los viñadores malvados Mt 21,33-46; Mc 12,1-12 Al pueblo le contó la siguiente parábola: -Un hombre plantó una viña, se la arrendó a unos viñadores y se ausentó por bastante tiempo.

    10. A su debido tiempo envió un sirviente a los viñadores para que le entregasen la parte de la cosecha que le correspondía. Pero los viñadores lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías.

    11. Envió otro sirviente. Pero ellos lo apalearon, lo insultaron y lo despidieron con las manos vacías.

    12. Envió un tercero, y ellos lo dejaron malherido.

    13. Entonces dijo el dueño de la viña: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo querido; quizás a él lo respeten.

    14. Pero los viñadores, al verlo, deliberaban entre ellos: Es el heredero; vamos a matarlo para quedarnos con la finca.

    15. Lo echaron fuera de la viña y lo mataron. Ahora bien, ¿qué hará con ellos el dueño de la viña?

    16. Irá, acabará con aquellos viñadores y entregará la viña a otros. Al oírlo, dijeron: -¡Dios nos libre!

    17. Él, mirándolos fijamente, les dijo: -Entonces, qué significa eso que está escrito: La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

    18. Quien tropiece con esa piedra se estrellará, a quien le caiga encima lo aplastará.

    La cuestión del tributo

    19. Los letrados y sumos sacerdotes intentaron detenerlo en aquel momento, porque habían comprendido que la parábola iba dirigida a ellos; pero temieron al pueblo.

    20. El tributo al césar Mt 22,15-22; Mc 12,13-17 Así que ellos comenzaron a acecharlo y le enviaron unos espías, que fingían ser gente de bien, para atraparlo en sus palabras y poderlo entregar a la autoridad y jurisdicción del gobernador.

    21. Le preguntaron: -Maestro, nos consta que hablas y enseñas rectamente, que no eres parcial, sino que enseñas sinceramente el camino de Dios.

    22. ¿Tenemos que pagar impuestos al césar o no?

    23. Adivinando su mala intención, les dijo:

    24. -Muéstrenme una moneda. ¿De quién lleva la imagen y la inscripción? Le contestaron: -Del césar.

    25. Y él les dijo: -Entonces den al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.

    26. Y no lograron atraparlo en sus palabras delante del pueblo; al contrario, admirados de la respuesta, se callaron.

    La pregunta sobre la resurrección

    27. Sobre la resurrección Mt 22,23-33; Mc 12,18-27 Se acercaron entonces unos saduceos, los que niegan la resurrección, y le preguntaron:

    28. -Maestro, Moisés nos ordenó que si un hombre casado muere sin hijos, su hermano se case con la viuda, para dar descendencia al hermano difunto.

    29. Ahora bien, eran siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar hijos.

    30. Lo mismo el segundo

    31. y el tercero se casaron con ella; igual los siete, que murieron sin dejar hijos.

    32. Después murió la mujer.

    33. Cuando resuciten, ¿de quién será esposa la mujer? Porque los siete fueron maridos suyos.

    34. Jesús les respondió: -Los que viven en este mundo toman marido o mujer.

    35. Pero los que sean dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no tomarán marido ni mujer;

    36. porque ya no pueden morir y son como ángeles; y, habiendo resucitado, son hijos de Dios.

    37. Y que los muertos resucitan lo indica también Moisés, en lo de la zarza, cuando llama al Señor Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob.

    38. No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven.

    39. Intervinieron algunos letrados y le dijeron: -Maestro, qué bien has hablado.

    40. Y no se atrevieron a hacerle más preguntas.

    ¿De quién es hijo el Cristo?

    41. Sobre el Mesías y David Mt 22,41-46; Mc 12,35-37 Entonces él les dijo: -¿Cómo dicen que el Mesías es Hijo de David?

    42. Porque el mismo David dice en el libro de los Salmos: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha,

    43. hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.

    44. Si David lo llama Señor, ¿cómo puede ser su hijo?

    Jesús acusa a los escribas

    45. Invectiva contra los letrados Mc 12,38-40 En presencia de todo el pueblo dijo a [sus] discípulos:

    46. -Cuídense de los letrados, que gustan de pasear con largas vestiduras, aman los saludos por la calle y los primeros puestos en sinagogas y banquetes;

    47. que devoran las fortunas de las viudas con pretexto de largas oraciones. Ellos serán juzgados con mayor severidad.