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sábado, agosto 17, 2024
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    Mateo 16 - Biblia de nuestro Pueblo

    La demanda de una señal

    1. Una señal celeste 12,38s; Mc 8,11s; Lc 12,54-56 Se acercaron los fariseos y saduceos y, para tentarlo, le pidieron que les mostrara una señal del cielo.

    2. Él les contestó: [-Al atardecer ustedes dicen: va a hacer buen tiempo porque el cielo está rojo.

    3. Por la mañana dicen: hoy seguro llueve porque el cielo está rojo oscuro. Saben distinguir el aspecto del cielo y no distinguen las señales de los tiempos.]

    4. Esta generación perversa y adúltera reclama una señal; y no se le dará más señal que la de Jonás. Los dejó y se fue.

    La levadura de los fariseos

    5. Mc 8,13-21 Al atravesar a la otra orilla, los discípulos se olvidaron de llevar pan.

    6. Jesús les dijo: -¡Pongan atención y cuídense de la levadura de los fariseos y saduceos!

    7. Ellos comentaban: -Se refiere a que no hemos traído pan.

    8. Cayendo en la cuenta, Jesús les dijo: -¿Qué comentan, hombres de poca fe? ¿Acaso no tienen pan?

    9. ¿Todavía no entienden? ¿No se acuerdan de los cinco panes para los cinco mil y cuántos canastos sobraron?

    10. ¿O de los siete panes para los cuatro mil y cuántas canastas sobraron?

    11. ¿No se dan cuenta que no me refería a los panes? ¡Aléjense de la levadura de los fariseos y saduceos!

    12. Entonces entendieron que no hablaba de cuidarse de la levadura del pan, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.

    La confesión de Pedro

    13. Confesión de Pedro Mc 8,27-30; Lc 9,18-21; cfr. Jn 6,67-71 Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe, preguntó a los discípulos: -¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?

    14. Ellos contestaron: -Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, que es Elías; otros, Jeremías o algún otro profeta.

    15. Él les dijo: -Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

    16. Simón Pedro respondió: -Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

    17. Jesús le dijo: -¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del cielo!

    18. Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra construiré mi Iglesia, y el imperio de la muerte no la vencerá.

    19. A ti te daré las llaves del reino de los cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo; lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

    20. Entonces les ordenó que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

    Jesús anuncia su muerte

    21. Primer anuncio de la pasión y resurrección Mc 8,31-9,1; Lc 9,22-27 A partir de entonces Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, padecer mucho por causa de los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y al tercer día resucitar.

    22. Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderlo: -¡Dios no lo permita, Señor! No te sucederá tal cosa.

    23. Él se volvió y dijo a Pedro: -¡Aléjate, Satanás! Quieres hacerme caer. Piensas como los hombres, no como Dios.

    24. Entonces Jesús dijo a los discípulos: -El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga.

    25. El que quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda la vida por mi causa la conservará.

    26. ¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida?, ¿qué precio pagará por su vida?

    27. El Hijo del Hombre ha de venir con la gloria de su Padre y acompañado de sus ángeles. Entonces pagará a cada uno según su conducta.

    28. Les aseguro: hay algunos de los que están aquí que no morirán antes de ver al Hijo del Hombre venir en su reino.