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sábado, julio 20, 2024
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    Salmos 32 - Biblia de nuestro Pueblo

    La dicha del perdón Salmo de David. Masquil.

    1. ¡Feliz el que está absuelto de su culpa, a quien le han enterrado su pecado!

    2. ¡Feliz el hombre a quien el Señor no le imputa el delito y en cuya conciencia no hay engaño!

    3. Se consumían mis huesos cuando callaba, cuando gemía sin parar;

    4. porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; se me secaba la savia con los calores estivales.

    5. Te declaré mi pecado, no te encubrí mi delito; propuse confesarme de mis delitos al Señor; y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

    6. Por eso, que todo fiel te suplique: si se acerca un ejército, o crecen las aguas caudalosas, no lo tocarán.

    7. Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación.

    8. -Te instruiré, te señalaré el camino que debes seguir te aconsejaré, con mis ojos puestos en ti.

    9. No sean como caballos o mulos, irracionales, cuyo brío hay que domar con freno y brida, sólo así puedes acercarte.

    10. ¡Cuántos son los tormentos del malvado! Pero, al que confía en el Señor él lo envuelve con su amor.

    11. Alégrense en el Señor, regocíjense los justos, canten jubilosos los rectos de corazón.