30.7 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    2 Corintios 2 - Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

    1. Por eso tomé la decisión de no volver a visitaros con tristeza de ánimo,

    2. porque si yo os entristezco, ¿quién podrá alegrarme luego, aparte de vosotros mismos a los que habría entristecido?

    3. Por eso os escribí otra carta, para que cuando vaya a veros no me entristezca con vosotros, porque precisamente vosotros sois aquellos por cuya causa debo gozarme; pues estoy convencido de que mi gozo está unido al vuestro de modo indisoluble.

    4. ¡Pero qué duro me fue el escribiros aquella carta! ¡Cuánta amargura y cuántas lágrimas me costó redactarla!, cosa que no hice para llenaros de tristeza, sino para manifestaros lo grande que es el amor que os tengo. Perdón para el pecador

    Pablo perdona al ofensor

    5. Pero aquel que fue el causante de mi tristeza, no me la causó tan sólo a mí, sino que, en cierto modo y sin exagerar, os la causó también a todos vosotros.

    6. Y no quiero mostrarme duro con él, puesto que ya muchos le habéis reprendido.

    7. Ahora, habiendo pasado ya el problema, os corresponde a vosotros perdonarle y animarle de nuevo, para que la tristeza y el desaliento no le lleven a una situación de la que nunca logre recobrarse.

    8. Demostradle que, a pesar de lo ocurrido, vosotros no habéis dejado de amarle como a un hermano.

    9. También por esto os escribí, para saber hasta qué punto estabais dispuestos a obedecer.

    10. Y no dudéis de que yo perdonaré a cualquiera que vosotros perdonéis; ni dudéis tampoco de que lo que yo he perdonado de cuanto tenía que perdonar, lo he hecho por vosotros en presencia de Cristo,

    11. y para que Satanás no saque ningún provecho a costa nuestra, que bien sabemos que siempre lo está intentando. Ministros del nuevo pacto

    Ansiedad de Pablo en Troas

    12. Cuando llegué a la ciudad de Troas, el Señor me abrió las puertas a la predicación del evangelio;

    13. sin embargo, me sentí al propio tiempo muy intranquilo, porque a mi llegada no encontré allí a mi amado hermano Tito. Con esta preocupación me despedí de los creyentes y partí rumbo a Macedonia.

    Triunfantes en Cristo

    14. Pero gracias a Dios que nos ha unido siempre al cortejo triunfal de Cristo, y dondequiera que vamos se sirve de nosotros para que llevemos por todas partes el fragante aroma de su conocimiento.

    15. Porque nosotros somos para Dios como una grata fragancia de Cristo, la cual perciben tanto los que se salvan como los que se pierden.

    16. Para éstos es ciertamente un olor de muerte, porque ellos van a la muerte; pero para los que se salvan es un aroma de vida, que da vida. Ahora bien, ¿quién está capacitado totalmente para llevar a cabo una tarea como ésta?

    17. Desde luego, no ésos que buscando su personal provecho llegan incluso a falsear la palabra de Dios, sino los que con plena sinceridad llevamos el mensaje de Cristo, enviados por Dios y en la presencia de Dios.