32.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    1 Juan 3 - Biblia Castilian 2003

    Hijos de Dios

    1. Ved qué gran amor nos ha dado el Padre: que nos llamemos hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por eso no os conoce el mundo, porque no lo conoció a él.

    2. Queridos m os, ahora somos hijos de Dios, aunque todav a no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es.

    3. Quien tiene esta esperanza en él se vuelve puro, como puro es él.

    4. Quien comete pecado comete iniquidad, pues el pecado es iniquidad.

    5. Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, pues en él no hay pecado.

    6. Quien permanece en él, no peca. Quien peca, no lo ha visto ni lo ha conocido.

    7. Hijitos, que nadie os extrav e. El que practica la justicia es justo, como justo es él.

    8. El que comete pecado del diablo es, porque el diablo peca desde el principio. Para esto se manifestó el Hijo de Dios: para destruir las obras del diablo.

    9. Quien ha nacido de Dios no peca, porque su germen permanece en él y no puede pecar, porque ha nacido de Dios.

    10. En esto se dan a conocer los hijos de Dios y los hijos del diablo: quien no hace justicia, no es de Dios, y tampoco lo es quien no ama a su hermano.

    11. Porque éste es el mensaje que habéis o do desde el principio: que nos amemos los unos a los otros.

    12. No como Ca n, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.

    13. No os extra éis, hermanos, si el mundo os odia.

    14. Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que no ama, permanece en la muerte.

    15. Quien odia a su hermano es homicida. Y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna que permanezca en él.

    16. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos.

    17. Si uno tiene bienes del mundo y viendo que su hermano pasa necesidad le cierra sus entra as, ¿cómo permanece en él el amor de Dios?

    18. Hijitos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con obra y de verdad.

    19. En esto conoceremos que somos de la verdad y tendremos la conciencia tranquila ante él,

    20. aun cuando nuestra conciencia nos reprenda, porque Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.

    21. Queridos m os, si la conciencia no reprende, tenemos plena confianza en Dios.

    22. Y lo que pidamos, lo recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

    23. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros conforme al mandamiento que nos dio.

    24. El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Esp ritu que nos ha dado.