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    1 Reyes 21 - Biblia Castilian 2003

    Acab y la viña de Nabot

    1. Sucedió después que Nabot de Yizreel ten a en Yizreel una vi a junto al palacio de Ajab, rey de Samar a.

    2. Y Ajab dijo a Nabot: "Dame tu vi a para que me sirva de huerto de hortalizas, ya que está junto a mi palacio; y yo te daré en su lugar otra vi a mejor que ésta, o si lo prefieres, te pagaré en dinero su valor".

    3. Pero Nabot respondió a Ajab: "¡L breme Yahveh de entregarte la heredad de mis padres!".

    4. Ajab entró en su casa triste e irritado por la respuesta que le hab a dado Nabot de Yizreel, al decirle: "No te entregaré la heredad de mis padres". Se acostó en su lecho, volvió el rostro hacia la pared y no quiso comer.

    5. Se le acercó su esposa Jezabel y le dijo: "¿Qué te pasa, que estás con aire triste, y no quieres comer?".

    6. Respondióle él: "Porque he estado hablando con Nabot de Yizreel y le he dicho: "Dame tu vi a por dinero, o si lo prefieres, te daré a cambio otra". Y él me ha respondido: "No te daré mi vi a"".

    7. Su esposa Jezabel le contestó: "¿Y tú ejerces ahora el poder real sobre Israel? ¡Levántate y come algo, y alégrese tu corazón! Yo me encargo de darte la vi a de Nabot de Yizreel".

    8. Escribió ella en seguida unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello real y las envió a los ancianos y notables que hab a en la ciudad y viv an con Nabot.

    9. Dec a en las cartas: "Promulgad un ayuno y dad asiento a Nabot a la cabeza del pueblo.

    10. Y poned frente a él a dos hombres perversos, que testimonien contra él, diciendo: "Tú has maldecido a Dios y al rey". Sacadlo luego fuera, y que muera lapidado".

    11. Los hombres de la ciudad, los ancianos y nobles que resid an en ella, hicieron lo que les hab a mandado Jezabel, conforme a lo que estaba escrito en las cartas que ella les hab a enviado.

    12. Promulgaron un ayuno e hicieron tomar asiento a Nabot a la cabeza del pueblo.

    13. Llegaron luego los dos hombres perversos, se sentaron frente a él y testificaron as contra Nabot delante del pueblo: "Nabot ha maldecido a Dios y al rey". Entonces lo sacaron fuera de la ciudad, lo apedrearon y murió.

    14. Luego mandaron a decir a Jezabel: "Nabot ha sido lapidado y ha muerto".

    15. Cuando Jezabel supo que Nabot hab a sido lapidado y muerto, dijo a Ajab: "Anda y toma ya posesión de la vi a de Nabot de Yizreel, el que se negó a dártela por dinero, pues Nabot ya no vive; ha muerto".

    16. Apenas oyó Ajab que Nabot hab a muerto, se levantó y bajó a la vi a de Nabot de Yizreel, para tomar posesión de ella.

    17. Entonces Yahveh habló a El as, el tesbita, y le dijo:

    18. "Levántate y baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que reside en Samar a. Ahora se halla en la vi a de Nabot, a la que ha bajado para tomar posesión de ella.

    19. Y le has de hablar de esta manera: "As dice Yahveh: además de haberlo matado, ¿te apropiarás lo suyo?". Y a adirás: "As habla Yahveh: en el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán también la tuya"".

    20. Ajab dijo a El as: "¡Otra vez a mi encuentro mi enemigo!". Él le respondió: "S; otra vez a tu encuentro. Por haberte vendido para hacer el mal a los ojos de Yahveh,

    21. yo voy a traer sobre ti la desventura: barreré tu linaje, exterminaré a todos los varones de la familia de Ajab, esclavos o libres, en Israel.

    22. Haré con tu casa lo que hice con la de Jeroboán, hijo de Nebat, y con la de Basá, hijo de Aj as, por haber provocado tú mi ira y haber hecho pecar a Israel.

    23. También contra Jezabel ha dicho Yahveh: "Los perros comerán a Jezabel junto al muro de Yizreel".

    24. Al que de Ajab muera en la ciudad, se lo comerán los perros; y al que muera en el campo, se lo comerán las aves del cielo".

    25. Realmente no hubo nadie que se vendiera como Ajab para hacer el mal a los ojos de Yahveh. Fue su esposa Jezabel la que lo incitó.

    26. Hizo muchas cosas abominables: se fue tras los dolos, enteramente como lo hab an hecho los amorreos, a los que Yahveh arrojó delante de los israelitas.

    27. Al o r Ajab todas estas palabras, rasgó sus vestiduras, se puso un saco sobre la carne y ayunó. Se acostaba con el saco puesto y andaba abatido.

    28. Entonces le fue dirigida a El as, el tesbita, la palabra de Yahveh, diciéndole:

    29. "¿Has visto cómo Ajab se ha humillado delante de m ? Por haberse humillado delante de m, no traeré la desgracia sobre su casa durante su vida, sino que la traeré durante la vida de su hijo".