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    2 Crónicas 30 - Biblia Castilian 2003

    Ezequías celebra la pascua

    1. Ezequ as envió mensajeros por todo Israel y Judá, e incluso escribió cartas a Efra n y Manasés, para que vinieran al templo de Yahveh, en Jerusalén, a celebrar la Pascua en honor de Yahveh, Dios de Israel.

    2. El rey, sus jefes y toda la asamblea de Jerusalén hab an tomado el acuerdo de celebrar la Pascua en el segundo mes,

    3. ya que no pudieron celebrarla a su debido tiempo, porque los sacerdotes no se hab an purificado en número suficiente, y porque el pueblo no se hab a reunido aún en Jerusalén.

    4. Esto pareció lo más razonable a los ojos del rey y a toda la asamblea.

    5. Determinaron, pues, enviar aviso a todo Israel, desde Berseba hasta Dan, para que vinieran a Jerusalén a celebrar la Pascua en honor de Yahveh, Dios de Israel, pues la mayor a no la hab an celebrado como está prescrito.

    6. Los correos, con las cartas de parte del rey y de sus jefes, recorrieron todo Israel y Judá, conforme al mandato del rey, que dec a: "Israelitas, volved a Yahveh, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, y él se volverá al resto que de vosotros ha quedado, a los que habéis escapado de las manos de los reyes de Asiria.

    7. No seáis como vuestros padres y vuestros hermanos, que prevaricaron contra Yahveh, Dios de sus padres, por lo que él los entregó a la desolación, como lo estáis viendo.

    8. Ahora, pues, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres. Tended la mano a Yahveh y venid a su santuario, que él ha santificado para siempre. Servid a Yahveh, vuestro Dios, para que él aparte de vosotros el ardor de su cólera.

    9. Porque si vosotros os volvéis a Yahveh, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia ante aquellos que se los llevaron cautivos, y podrán volver a esta tierra, pues Yahveh, vuestro Dios, es clemente y misericordioso y no apartará su rostro de vosotros, si vosotros os volvéis a él".

    10. Los correos pasaron de ciudad en ciudad por tierras de Efra n y de Manasés hasta las de Zabulón. Pero la gente se re a y se burlaba de ellos.

    11. Sin embargo, algunos de Aser, de Manasés y de Zabulón aceptaron dócilmente la invitación y vinieron a Jerusalén.

    12. También en Judá se dejó sentir la mano de Dios, que les dio unanimidad de corazón para cumplir la orden del rey y de los jefes, conforme a la palabra de Yahveh.

    13. Fue mucha la gente que se reunió en Jerusalén para celebrar la fiesta de los Ázimos en el mes segundo. Fue una asamblea numeros sima.

    14. En seguida se pusieron a quitar los altares que hab a en Jerusalén. Quitaron también todos los altares de incienso y los arrojaron al torrente Cedrón.

    15. Después inmolaron la v ctima Pascual, el d a catorce del segundo mes. Los sacerdotes y levitas, llenos de confusión, se purificaron y ofrecieron holocaustos en el templo de Yahveh.

    16. Luego, se colocaron en sus puestos, conforme al ritual de la ley de Moisés, hombre de Dios. Los sacerdotes derramaban la sangre que recib an de manos de los levitas.

    17. Y como hab a muchos en la asamblea que no estaban purificados, los levitas inmolaban los corderos Pascuales por todos los que no estaban puros para consagrarlos a Yahveh.

    18. Mucha gente de Efra n, de Manasés, de Isacar y de Zabulón no se hab a purificado y, sin embargo, comieron la Pascua sin ajustarse a lo prescrito. Pero Ezequ as oró por ellos diciendo: "Yahveh, que es bueno, perdone

    19. a todos aquellos cuyo corazón está dispuesto a buscar a Dios, a Yahveh, el Dios de sus padres, aunque no tengan la pureza necesaria para las cosas santas".

    20. Escuchó Yahveh a Ezequ as, y perdonó al pueblo.

    21. Los israelitas que se hallaban en Jerusalén celebraron la fiesta de los Ázimos durante siete d as con grande alegr a, mientras los levitas y los sacerdotes cantaban alabanzas a Yahveh cada d a con voz poderosa.

    22. Por su parte, Ezequ as habló cordialmente a todos los levitas, que tan buena disposición al servicio de Yahveh hab an mostrado. Durante la fiesta de los siete d as comieron de los sacrificios de comunión ofrecidos y alabaron a Yahveh, Dios de sus padres.

    23. Toda la asamblea decidió celebrar siete d as más de fiesta. Y en efecto, la celebraron con grande alegr a siete d as más,

    24. porque Ezequ as, rey de Judá, hab a reservado para la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y los jefes, por su parte, hab an dado a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y, además, muchos sacerdotes estaban ya purificados.

    25. Tanto la asamblea entera de Judá como los sacerdotes y levitas y toda la multitud de los que hab an venido de Israel, as como los forasteros llegados de la tierra de Israel y los que habitaban en Judá, se llenaron de alegr a.

    26. Hubo as gran alborozo en Jerusalén, ya que desde los d as de Salomón, hijo de David, rey de Israel, no hab a ocurrido cosa semejante en Jerusalén.

    27. Luego se levantaron los sacerdotes y los levitas y bendijeron al pueblo. Su voz fue escuchada y su oración llegó hasta la santa morada, hasta el cielo.