29.9 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    2 Samuel 13 - Biblia Castilian 2003

    Amnón y Tamar

    1. Sucedió después de esto que Absalón, hijo de David, ten a una hermana muy bella, por nombre Tamar, y que se enamoró de ella Amnón, hijo de David.

    2. Andaba Amnón atormentado y a punto de enfermar por amor a Tamar, su hermana, porque, siendo ella virgen, le parec a dif cil a Amnón conseguir nada de ella.

    3. Amnón ten a un amigo sumamente astuto, llamado Jonadab, hijo de Simá, hermano de David.

    4. Éste le preguntó: "¿Por qué tú, hijo del rey, estás cada d a más macilento? ¿No me lo vas a descubrir?". Amnón le respondió: "Es que estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalón".

    5. Le dijo Jonadab: "Acuéstate en tu lecho y f ngete enfermo; y cuando venga tu padre a verte, dile: "Que venga mi hermana Tamar a darme de comer, pero que prepare delante de m la comida, para que yo lo vea y coma de su mano"".

    6. Acostóse, pues, Amnón y se fingió enfermo; y cuando fue a verlo el rey, dijole Amnón: "Que venga, por favor, mi hermana Tamar, y prepare delante de m un par de tortas, para que yo las coma de su mano".

    7. Envió el rey a buscar a Tamar a su casa y a decirle: "Vete a casa de tu hermano Amnón y prepárale algo de comer".

    8. Tamar se fue a casa de su hermano Amnón, que estaba acostado, y tomando la masa, la preparó, hizo las tortas delante de él y las frió.

    9. Tomó luego la sartén y la vació delante de él; pero él no quiso comer. Amnón dijo entonces: "Que salgan todos de aqu "; y salieron todos.

    10. Luego dijo Amnón a Tamar: "Tráeme la comida a la alcoba, para que yo la coma de tu mano". Y tomando Tamar las tortas que hab a aderezado se las llevó a su hermano Amnón a la alcoba.

    11. Cuando se las presentó para que comiera, Amnón la retuvo y le dijo: "Ven, y acuéstate conmigo, hermana m a".

    12. Replicó ella: "No, hermano m o, no me fuerces; que no se hace esto en Israel. No cometas tal infamia.

    13. ¿A dónde ir a yo con mi deshonra? Y tú ser as un infame en Israel. Habla, por favor, con el rey, que no se negará a entregarme a ti".

    14. Pero él no quiso escucharla, sino que la sujetó y consiguió por la fuerza acostarse con ella.

    15. Amnón sintió en el acto por ella tan gran aborrecimiento que superaba al amor con que antes la hab a amado. Por eso le dijo: "Levántate y vete".

    16. Ella le contestó: "No; que la maldad de despacharme ahora es mayor que la otra que acabas de cometer contra m ". Pero él no quiso escucharla,

    17. sino que llamó al criado que estaba a su servicio y le dijo: "Echa a ésta fuera de aqu, y cierra tras ella la puerta".

    18. Llevaba ella una túnica larga y con mangas, pues as se vest an antes las hijas del rey v rgenes. El criado la echó fuera y cerró la puerta tras ella.

    19. Tamar se echó ceniza sobre la cabeza y rasgó su larga túnica de mangas, se cubrió la cabeza con las manos y se fue dando gritos.

    Venganza y huida de Absalón

    20. Su hermano Absalón le preguntó: "¿Ha estado tu hermano Amnón contigo? Ahora cállate, hermana m a, es tu hermano, no te aflijas por esto". Y Tamar, desolada, se quedó en casa de su hermano Absalón.

    21. Cuando el rey David se enteró de todas estas cosas se encolerizó mucho, pero no quiso contristar a su hijo Amnón, porque lo amaba, por ser su primogénito.

    22. Por su parte, Absalón no habló palabra con Amnón, ni buena ni mala, porque lo odiaba por haber forzado a su hermana Tamar.

    23. Dos a os después, con motivo de tener Absalón esquiladores en Baal Jasor, cerca de Efra n, invitó a todos los hijos del rey.

    24. Se presentó, pues, al rey y le dijo: "Mira: tu siervo está de esquileo; que venga el rey con sus servidores a casa de tu siervo".

    25. Pero el rey le respondió: "¡No, hijo m o! No debemos ir todos para no serte gravosos". Y aunque él insistió, el rey no quiso ir, y le dio la bendición.

    26. Le dijo entonces Absalón: "Pues al menos, que venga con nosotros mi hermano Amnón". A lo que respondió el rey: "¿Para qué ha de ir contigo?".

    27. Pero ante la insistencia de Absalón, dejó partir con él a Amnón y a todos los hijos del rey. Absalón preparó un fest n digno de un rey

    28. y dio a sus criados esta orden: "¡Estad atentos! Cuando el corazón de Amnón se haya alegrado con el vino y yo os diga: "Herid a Amnón, matadlo", no temáis. ¿No soy yo quien os lo manda? ¡Tened ánimo y sed valientes!".

    29. Los criados de Absalón hicieron con Amnón lo que les hab a ordenado Absalón. Entonces se levantaron todos los hijos del rey y, montando cada uno su mulo, se dieron a la fuga.

    30. Cuando todav a iban ellos de camino, llegó a David un rumor que dec a: "¡Absalón ha matado a todos los hijos del rey, y no ha quedado siquiera uno de ellos!".

    31. El rey se levantó, rasgó sus vestiduras y se postró en tierra; y todos los servidores que le acompa aban rasgaron también sus vestiduras.

    32. Tomó entonces la palabra Jonadab, hijo de Simá, hermano de David, y dijo: "No piense mi se or que han matado a todos los jóvenes, a los hijos del rey; es sólo Amnón el que ha muerto, pues la sentencia ya estaba en boca de Absalón desde el d a en que aquél violó a su hermana Tamar.

    33. As que deseche mi se or el rey la idea de que han muerto todos los hijos del rey, porque sólo ha muerto Amnón".

    34. Y Absalón emprendió la huida. Cuando el centinela levantó la vista, divisó mucha gente que ven a por el camino de Joronáin, por la ladera del monte. [Se fue, pues, el centinela a informar al rey y le dijo: "He visto gente que baja por el camino de Joronáin, por la ladera del monte. "]

    35. Dijo entonces Jonadab al rey: "Mira cómo los hijos del rey vienen, como hab a dicho tu siervo".

    36. Y apenas acabó de hablar, llegaron los hijos del rey, quienes, en alta voz, empezaron a llorar. También el rey y todos sus servidores prorrumpieron en gran llanto.

    37. Absalón hab a huido y se hab a refugiado en casa de Talmay, hijo de Amiud, rey de Guesur. Hizo duelo David por su hijo Amnón todo ese tiempo.

    38. Absalón permaneció tres a os refugiado en Guesur.

    39. El esp ritu del rey se consum a en deseos de ver a Absalón, pues ya se hab a consolado de la muerte de Amnón.