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    Deuteronomio 2 - Biblia Castilian 2003

    Los años en el desierto

    1. Luego nos volvimos y partimos hacia el desierto, por el camino del mar de los Juncos, como Yahveh me lo hab a ordenado, y durante muchos d as estuvimos rodeando la monta a de Se r.

    2. Yahveh me habló entonces:

    3. "Basta de dar vueltas a esa monta a; volveos hacia el norte.

    4. Ordena al pueblo: "Vais a pasar por la frontera de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Se r. Ellos os temerán; pero guardaos

    5. de atacarles, porque yo no os daré nada de su tierra, ni siquiera lo que huella la planta del pie, pues yo he dado la monta a de Se r en posesión a Esaú.

    6. A precio de plata les compraréis los v veres que comáis y pagaréis con dinero el agua que bebáis.

    7. Porque Yahveh, tu Dios, te ha bendecido en todas tus empresas, te ha conducido en tu marcha a través de este gran desierto y hace ya cuarenta a os que Yahveh, tu Dios, está contigo, sin que te haya faltado nada"".

    8. Dejando, pues, a un lado a nuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Se r, seguimos por la ruta de la Arabá, desde Elat y Esión Guéber, nos volvimos y cruzamos hacia el desierto de Moab.

    9. Yahveh me dijo: "No ataques a Moab ni los incites al combate; no te daré nada de su tierra, ya que Ar se la di en posesión a los hijos de Lot.

    10. Antiguamente habitaron all los emitas, pueblo grande, numeroso y de elevada estatura, como los anaquitas;

    11. a ellos, al igual que a los anaquitas, se les ten a por refa tas; pero los moabitas les llamaban emitas.

    12. También los joritas habitaron antiguamente en Se r; pero los descendientes de Esaú los desalojaron y exterminaron y se establecieron en su lugar, como ha hecho Israel con la tierra que Yahveh les dio en posesión.

    13. Ahora, pues, levantaos y pasad el torrente Zéred". Y atravesamos el torrente Zéred.

    14. El tiempo que estuvimos caminando desde Cades Barnea hasta que pasamos el torrente Zéred fue de treinta y ocho a os, hasta que desapareció del campamento toda la generación de hombres de guerra, como Yahveh les hab a jurado.

    15. La mano de Yahveh pesó sobre ellos para eliminarlos del campamento, hasta acabar con ellos.

    16. Cuando la muerte eliminó de en medio del pueblo a todos los hombres de guerra

    17. me habló Yahveh, diciendo:

    18. "Hoy vas a cruzar por Ar la frontera de Moab,

    19. y te vas a encontrar frente a los amonitas. No los ataques ni les incites al combate; no te daré nada del pa s de los amonitas, porque se lo di ya en posesión a los descendientes de Lot.

    20. También esta tierra era considerada como pa s de refa tas, pues antiguamente habitaron all los refa tas, a quienes los amonitas llamaban zamzumitas,

    21. pueblo grande, numeroso y de elevada estatura, como los anaquitas; pero Yahvé los exterminó ante ellos, los desalojaron y se establecieron en su lugar.

    22. Lo mismo hab a hecho Yahveh a favor de los descendientes de Esaú, que habitan en Se r, exterminando ante ellos a los joritas, a los que desalojaron y en cuyo lugar se establecieron hasta el d a de hoy.

    23. A los avitas, que viv an en aldeas hasta Gaza, los exterminaron los caftoritas, que, saliendo de Caftor, se establecieron en su lugar.

    24. Levantaos, poneos en marcha y pasad el torrente Arnón. Mira: yo entrego en tus manos a Sijón, rey de Jesbón, a los amorreos con su pa s. Atácale e inicia la conquista.

    25. Hoy mismo comienzo a extender el terror y el miedo de ti entre los pueblos que hay bajo el cielo; los que oigan hablar de ti temblarán y se estremecerán ante tu presencia".

    Israel derrota a Sehón

    26. Desde el desierto de Quedemot envié embajadores a Sijón, rey de Jesbón, con palabras de paz, diciéndole:

    27. "Déjame atravesar tu territorio; marcharé siempre por el camino, sin apartarme ni a la derecha ni a la izquierda.

    28. Me venderás por dinero los v veres que coma, y por dinero me darás el agua que beba; déjame sólo pasar a pie,

    29. como lo han hecho los descendientes de Esaú, que habitan en Se r, y los moabitas, que habitan en Ar, hasta que pase el Jordán en dirección al pa s que Yahveh, nuestro Dios, nos va a dar".

    30. Pero Sijón, rey de Jesbón, no nos permitió pasar por su territorio; pues Yahveh, tu Dios, hab a hecho inflexible su esp ritu y hab a endurecido su corazón, a fin de ponerlo en tus manos como lo está todav a hoy.

    31. Yahveh me dijo: "Mira: he empezado a entregarte a Sijón y su tierra, comienza la conquista, y apodérate de este pa s".

    32. Salió Sijón a nuestro encuentro, con todas sus tropas, y nos presentó batalla en Yahas.

    33. Pero Yahveh, nuestro Dios, nos lo entregó, y lo derrotamos, a él, a sus hijos y a todo su ejército.

    34. En aquella ocasión tomamos todas sus ciudades y dimos al anatema ciudades enteras, con hombres, mujeres y ni os, sin dejar uno solo con vida.

    35. Solamente nos reservamos como bot n los ganados y los despojos de las ciudades conquistadas.

    36. Desde Aroer, a orillas del torrente Arnón, y desde la ciudad que da sobre el torrente mismo, hasta Galaad, no hubo ciudad que nos pudiera resistir. Yahveh, nuestro Dios, nos las entregó todas.

    37. Solamente respetaste el pa s de los amonitas, la ribera del torrente Yaboc, las ciudades de la monta a y los lugares que Yahveh, nuestro Dios, nos hab a prohibido.