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    Éxodo 10 - Biblia Castilian 2003

    La plaga de langostas

    1. Yahveh dijo a Moisés: "Ve al Faraón, pues yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de obrar mis prodigios en medio de su pueblo,

    2. para que puedas contar a tus hijos y a tus nietos cómo traté a los egipcios y qué prodigios hice yo entre ellos, y para que sepáis que yo soy Yahveh".

    3. Moisés y Aarón fueron al Faraón y le dijeron: "As habla Yahveh, Dios de los hebreos: "¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante m ? Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto."

    4. Porque si te niegas a dejar partir a mi pueblo, ma ana traeré sobre tu territorio la langosta,

    5. que cubrirá la superficie de la tierra, de suerte que no podrá verse el suelo, y devorará el resto de lo que se hab a salvado, lo que os dejó la granizada, y también devorará todo árbol que crece en el campo.

    6. Se llenarán de langostas tus palacios, las casas de tus siervos y las de todos los egipcios, como nunca lo vieron tus padres ni tus abuelos desde el d a que empezaron a existir sobre la tierra hasta hoy". Se retiró Moisés y salió de casa del Faraón.

    7. Los servidores del Faraón le dijeron: "¿Hasta cuándo ese hombre va a ser para nosotros un lazo de ruina? Deja partir a esa gente, y que den culto a Yahveh, su Dios. ¿Ignoras aún que Egipto está pereciendo?".

    8. Hicieron volver a Moisés y a Aarón ante el Faraón, que les dijo: "Id a servir a Yahveh, vuestro Dios. Pero ¿quiénes van a partir?".

    9. Respondió Moisés: "Iremos nosotros con nuestros ni os y nuestros ancianos, con nuestros hijos y nuestras hijas, con nuestro ganado menor y mayor, porque es para nosotros una fiesta de Yahveh".

    10. Contestóles el Faraón: "¡As esté Yahveh con vosotros, como yo os deje ir a vosotros y a vuestros hijos! ¡Ahora saltan a la vista vuestras malas intenciones!

    11. Pero no será as. Id los varones nada más, y rendid culto a Yahveh, pues eso es lo que habéis pedido". Y los expulsaron de la presencia del Faraón.

    12. Dijo entonces Yahveh a Moisés: "Extiende tu mano sobre el pa s de Egipto para que venga la langosta; que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda la hierba del pa s, todo lo que dejó el granizo".

    13. Extendió Moisés su cayado sobre el territorio de Egipto, y Yahveh trajo sobre el pa s un viento de oriente todo aquel d a y aquella noche. Cuando llegó la ma ana, el viento de Oriente hab a tra do la langosta,

    14. que invadió todo el pa s de Egipto y se posó en todo el territorio de Egipto. No hab a habido nunca tan gran cantidad de langosta como ésta ni la habr a después.

    15. Cubrió la langosta la superficie de todo el pa s y se oscureció la tierra; devoró toda la hierba de la tierra y todo el fruto de los árboles que hab a dejado el granizo, y no quedó nada verde en los árboles, ni hierbas en los campos, en todo el pa s de Egipto.

    16. El Faraón se apresuró a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: "He pecado contra Yahveh, vuestro Dios, y contra vosotros.

    17. Ahora, pues, perdonad mi pecado siquiera una vez más, y pedid a Yahveh, vuestro Dios, que, al menos, aleje de m esta muerte".

    18. Salió Moisés de la presencia del Faraón y oró a Yahveh.

    19. Hizo Yahveh soplar un viento muy fuerte del poniente, que se llevó la langosta y la arrojó al mar de los Juncos. No quedó ni una en todo el territorio de Egipto.

    20. Pero endureció Yahveh el corazón del Faraón, que no dejó partir a los israelitas.

    La plaga de tinieblas

    21. Dijo Yahveh a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo y haya tinieblas sobre el pa s de Egipto, tinieblas tales que puedan palparse".

    22. Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y por tres d as hubo tinieblas dens simas en todo el pa s.

    23. No se ve an unos a otros, ni nadie pudo moverse de su sitio durante tres d as. Hab a, en cambio, luz en los lugares donde moraban los israelitas.

    24. El Faraón llamó a Moisés y le dijo: "Partid, rendid culto a Yahveh. Que se quede tan sólo vuestro ganado menor y mayor. Que vayan también con vosotros vuestros peque uelos".

    25. Dijo Moisés: "Tienes que dejarnos llevar las v ctimas para los sacrificios y holocaustos que hemos de ofrecer a Yahveh, nuestro Dios.

    26. También nuestros ganados vendrán con nosotros; ni una sola pezu a quedará aqu, porque de ellos hemos de tomar para servir a Yahveh, nuestro Dios, y nosotros no sabemos todav a qué culto se debe rendir a Yahveh hasta que lleguemos all ".

    27. Pero Yahveh endureció el corazón del Faraón, que no quiso dejarles salir.

    28. Dijo el Faraón a Moisés: "Sal de mi presencia y guárdate de volver a ver mi rostro, pues el d a que vuelvas a aparecer ante m, morirás".

    29. Respondió Moisés: "Será como tú dices: no compareceré más en tu presencia".