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    Filipenses 4 - Biblia Castilian 2003

    Regocijaos en el Señor siempre

    1. As, pues, hermanos m os queridos y a orados, gozo y corona m a, permaneced as firmes en el Se or, queridos.

    2. Tanto a Evodia como a S ntique, les exhorto a que tengan el mismo sentir en el Se or.

    3. Y a ti te ruego, mi sincero S zigo, que les ayudes, ya que ellas me asistieron en la lucha por el evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores m os, cuyos nombres están en el Libro de la Vida.

    4. Estad siempre alegres en el Se or, os lo repito: estad alegres.

    5. Que vuestro mesurado comportamiento sea conocido de todos los hombres. El Se or está cerca.

    6. No os afanéis por nada, sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean públicamente presentadas a Dios.

    7. Y la paz de Dios, que está por encima de todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

    En esto pensad

    8. En fin, hermanos, todo lo que hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, si hay alguna virtud o algo digno de alabanza, todo eso tenedlo como cosa propia.

    9. Y lo que aprendisteis, recibisteis, o steis y visteis en m, llevadlo a la práctica y el Dios de la paz estará con vosotros.

    Dádivas de los filipenses

    10. Me he alegrado sobremanera en el Se or de que ya por fin haya florecido vuestro interés por m. Porque es cierto que ten ais estas aspiraciones; pero os faltaba oportunidad.

    11. No hablo movido por mi escasez; pues he aprendido ya a valerme por m mismo en cualquier situación.

    12. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en abundancia. En todas y cada una de las circunstancias estoy entrenado: en tener hartura y en pasar hambre, en tener de sobra y en padecer privaciones.

    13. Todo lo puedo en aquel que me da fuerzas.

    14. Sin embargo, hicisteis bien en tomar parte en mi tribulación.

    15. También sabéis vosotros, filipenses, que en los comienzos del Evangelio, cuando sal de Macedonia, ninguna iglesia abrió conmigo cuentas de gastos e ingresos, sino sólo vosotros;

    16. pues incluso a Tesalónica me enviasteis una y otra vez lo que me era necesario.

    17. Y no es que yo busque donativos; lo que busco es que los intereses aumenten vuestra cuenta.

    18. De todo acuso recibo y estoy en la abundancia; lleno estoy, después de haber recibido de manos de Epafrodito lo que me habéis mandado: calmante aroma, sacrificio aceptable que agrada a Dios.

    19. En correspondencia, mi Dios colmará todas vuestras necesidades según su riqueza en la gloria, en Cristo Jesús.

    20. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

    Salutaciones finales

    21. Saludad a todos los miembros del pueblo santo en Cristo Jesús. Os saludan los hermanos que están conmigo.

    22. Os saluda todo el pueblo santo, principalmente los de la casa del César.

    23. La gracia del Se or Jesucristo sea con vuestro Esp ritu.