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    Gálatas 2 - Biblia Castilian 2003

    1. Luego, al cabo de catorce a os, sub nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.

    2. Sub, movido por una revelación, y les refer el Evangelio que proclamo entre los gentiles - pero en privado, y a los más calificados -, por si corr a o hab a corrido en vano.

    3. Pues bien, ni Tito, que estaba conmigo, con ser griego, fue obligado a circuncidarse.

    4. Y esto a pesar de los intrusos, falsos hermanos que se hab an introducido solapadamente para espiar nuestra libertad, la que tenemos en Cristo Jesús, y reducirnos a esclavitud.

    5. Pero ni por un momento cedimos ni nos sometimos a ellos, para poner a salvo la verdad del Evangelio entre vosotros.

    6. Y de parte de los que eran tenidos por más calificados - cómo fueron ellos en el pasado es cosa que no me interesa; Dios no discrimina a las personas -; digo que los más calificados nada nuevo me impusieron.

    7. Al contrario, viendo que se me hab a confiado a m la evangelización de los no circuncidados, como a Pedro la de los circuncisos

    8. - pues el que dio eficacia a Pedro para el apostolado de los circuncisos me la dio también a m para el de los gentiles -,

    9. y reconociendo la gracia que se me hab a dado, Santiago y Cefas y Juan, los considerados como columnas, nos dieron la mano en se al de comunión a m y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a los circuncisos.

    10. Solamente nos rogaron que nos acordáramos de los pobres, cosa que me apresuré a cumplir con escrupulosa exactitud.

    Pablo reprende a Pedro en Antioquía

    11. Pero cuando llegó Cefas a Antioqu a me opuse a él abiertamente, porque era digno de reprensión.

    12. Pues, antes de que vinieran algunos de parte de Santiago, com a en compa a de los gentiles; pero cuando llegaron aquéllos, se retra a y apartaba por temor a los circuncisos.

    13. Y los demás jud os cayeron [también] con él en la simulación, de tal manera que hasta Bernabé fue arrastrado por ellos al disimulo.

    14. Pero cuando vi que no proced an rectamente conforme a la verdad del Evangelio le dije a Cefas delante de todos: "Si tú, siendo como eres jud o, vives a lo gentil y no a lo jud o, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?".

    15. Nosotros somos jud os de nacimiento, y no pecadores procedentes de gentiles.

    16. Pero sabiendo que el hombre no se justifica por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos cre do en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, ya que por las obras de la ley nadie será justificado.

    17. Si procurando ser justificados en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿será que Cristo es servidor del pecado? ¡Ni pensarlo!

    18. Porque, si lo que antes derribé lo edifico de nuevo, yo mismo me declaro transgresor.

    19. Pues yo por la ley mor a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy crucificado.

    20. Y ya no vivo yo; es Cristo quien vive en m. Y respecto del vivir ahora en carne, vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a s mismo por m.

    21. No anulo la gracia de Dios; pues si por la ley viene la justificación, entonces Cristo murió en vano.