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    Génesis 37 - Biblia Castilian 2003

    José es vendido por sus hermanos

    1. Se estableció Jacob en el pa s de Canaán, en los lugares por los que hab a peregrinado su padre.

    2. Ésta es la historia de Jacob. Ten a José diecisiete a os, todav a un ni o, y pastoreaba el ganado menor con sus hermanos, los hijos de Bilhá y los hijos de Zilpá, mujeres de su padre. José hizo saber a su padre la mala fama que ellos ten an.

    3. Israel amaba a José más que a todos los demás hijos, porque lo hab a tenido en la vejez. Le hab a hecho una túnica larga y con mangas.

    4. Viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos ellos, le ten an rencor y no le dirig an la palabra.

    5. Tuvo José un sue o y lo refirió a sus hermanos, con lo que le odiaron todav a más.

    6. Les dijo: "O d este sue o que he tenido.

    7. Estábamos atando gavillas en medio del campo, cuando he aqu que mi gavilla se levantó y se mantuvo derecha, mientras que las vuestras se pon an a su alrededor y se inclinaban ante ella".

    8. Dijéronle sus hermanos: "¿Es que vas a reinar sobre nosotros o quieres dominarnos?". Y sus hermanos lo odiaron todav a más por causa de sus sue os y de sus palabras.

    9. Tuvo otro sue o y se lo contó también a sus hermanos. Les dijo: "He tenido otro sue o: el sol, la luna y once estrellas se inclinaban delante de m ".

    10. Lo contó a su padre y a sus hermanos y su padre le reprendió diciéndole: "¿Qué sue o es ése? ¿Es que yo, tu madre y tus hermanos hemos de venir a postrarnos en tierra ante ti?".

    11. Sus hermanos le cobraron envidia, pero su padre rumiaba aquellas palabras.

    12. Sus hermanos se hab an marchado a Siquén, a pastorear los reba os de su padre.

    13. Dijo Israel a José: "Tus hermanos deben estar con los reba os en Siquén. Ven, que te voy a enviar adonde ellos están". Él contestó: "Aqu estoy".

    14. Le dijo su padre: "Vete a ver cómo están tus hermanos y el reba o, y me lo cuentas cuando vuelvas". Lo envió desde el valle de Hebrón, y José llegó a Siquén.

    15. Andaba desorientado por el campo, cuando lo encontró un hombre, que le preguntó: "¿Qué buscas?".

    16. "Busco a mis hermanos - contestó él -. Ind came, por favor, dónde pastorean".

    17. Respondió el hombre: "Ya se han ido de aqu. Les o decir: "Vámonos a Dotán"". Fue José en busca de sus hermanos, y los halló en Dotán.

    18. Le vieron ellos desde lejos y, antes de que se les acercara, tramaron su muerte.

    19. Se dec an unos a otros: "Ah viene el gran so ador.

    20. Lo mataremos, lo arrojaremos a una cisterna y diremos que una bestia salvaje le devoró. Veremos as en qué acaban sus sue os".

    21. Oyó esto Rubén e intentó salvarlo de sus manos. Les dijo: "No hay que quitarle la vida".

    22. Y a adió, con la intención de librarlo de sus manos y devolverlo a su padre: "No derraméis sangre; arrojadlo a esa cisterna que hay en el desierto, pero no pongáis la mano sobre él".

    23. Cuando llegó José donde sus hermanos, éstos le despojaron de su túnica, aquella túnica larga y con mangas,

    24. lo agarraron y lo arrojaron a la cisterna. Pero la cisterna estaba vac a. No ten a agua.

    25. Sentáronse a comer. Al alzar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que iban desde Galaad a Egipto con sus camellos cargados de goma, resina y láudano.

    26. Dijo entonces Judá a sus hermanos: "¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre?

    27. Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos las manos en él, pues es nuestro hermano, carne nuestra es". Y asintieron sus hermanos.

    28. Cuando pasaban los mercaderes madianitas subieron y sacaron a José de la cisterna y por veinte siclos de plata lo vendieron a los ismaelitas, quienes se lo llevaron a Egipto.

    29. Cuando Rubén volvió a la cisterna y vio que José no estaba en ella, rasgó sus vestiduras

    30. y volviéndose a sus hermanos, exclamó: "¡El ni o no aparece! ¿Qué hago yo ahora?".

    31. Tomaron entonces la túnica de José, degollaron un cabrito y empaparon la túnica en sangre.

    32. Después enviaron la túnica larga y con mangas, y la hicieron llegar a su padre, con estas palabras: "Hemos encontrado esto. Mira bien si es, o no, la túnica de tu hijo".

    33. Él la reconoció y dijo: "¡La túnica de mi hijo! Una bestia salvaje lo ha devorado; José ha sido despedazado".

    34. Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se vistió de saco e hizo duelo por su hijo muchos d as.

    35. Vinieron todos sus hijos y todas sus hijas a consolarlo; pero él estaba inconsolable y dec a: "En duelo bajaré al seol, al lado de mi hijo". Y su padre le lloraba.

    36. Los madianitas lo vendieron en Egipto a Putifar, eunuco del Faraón y jefe de la guardia.