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    Jeremías 31 - Biblia Castilian 2003

    1. En aquel tiempo - oráculo de Yahveh -, seré el Dios de todas las tribus de Israel y ellas serán mi pueblo.

    2. As dice Yahveh: "gracia encontró en el desierto un pueblo de huidos de la espada. Cuando iba Israel a su reposo

    3. de lejos se le apareció Yahveh. Con amor eterno te amé por eso te prolongué mi favor.

    4. Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel; volverás a adornarte con tus tambores y saldrás al corro de gentes jubilosas.

    5. Volverás a plantar vi as en los montes de Samar a; plantan los plantadores y recogen.

    6. Porque llega el d a en que gritan los centinelas en la monta a de Efra n: "¡Levantaos! ¡Subamos a Sión a Yahveh, nuestro Dios!"".

    7. Porque as dice Yahveh: "Gritad de alegr a por Jacob, exultad por la primera de las naciones, proclamad, cantad y decid: "Salvó Yahveh a su pueblo, al resto de Israel".

    8. Mirad que voy a traerlos del pa s del norte, voy a recogerlos de los confines de la tierra; entre ellos están los ciegos y los cojos, la que está encinta y también la que ha dado a luz. Una gran asamblea vuelve aqu.

    9. Vienen con llanto y los gu o con alivio; los llevo a torrentes de agua, por camino recto, donde no tropiecen, porque soy para Israel un padre y Efra n es mi primogénito".

    10. Escuchad, naciones, la palabra de Yahveh, anunciadla en las islas lejanas y decid: "El que dispersó a Israel lo reúne y lo guarda como pastor a su reba o".

    11. Pues Yahveh rescata a Jacob, lo libra de la mano de otro más fuerte.

    12. Vienen y exultan en la cima de Sión, afluyen a los bienes de Yahveh, al trigo, al vino y al aceite, a los corderos y a las vacas. Su alma será como jard n regado, y ya no volverán a languidecer.

    13. Se alegrará entonces la doncella en la danza, y los jóvenes y los viejos se regocijarán. Cambiaré su tristeza en gozo; los consolaré y aliviaré sus penas.

    14. Saciaré a los sacerdotes con enjundia y mi pueblo se hartará de mis bienes - oráculo de Yahveh -.

    15. As dice Yahveh: "¡Escuchad! En Ramá se oye un lamento, un llanto muy amargo: Raquel llora por sus hijos, inconsolable, por sus hijos, porque ya no existen".

    16. As dice Yahveh: "Reprime tu llanto, seca las lágrimas de tus ojos, porque hay recompensa a tu pena - oráculo de Yahveh -: volverán del pa s enemigo.

    17. Hay para tu futuro esperanza - oráculo de Yahveh -: volverán a su territorio tus hijos.

    18. Oigo muy bien a Efra n lamentarse: "Me has castigado y aguanté el castigo como novillo no domesticado. Conviérteme, que quiero convertirme, pues tú eres Yahveh, mi Dios.

    19. Porque después de haberme convertido, siento arrepentimiento; y después de haberme conocido, me doy golpes de pecho; estoy avergonzado y compungido, y soporto la infamia de mi juventud".

    20. ¿Es Efra n para m un hijo tan querido o un ni o de tal predilección que siempre que hablo de él" lo recuerdo más aún? Por eso se conmueven por él mis entra as y tengo que compadecerme de él" - oráculo de Yahveh -.

    21. Levántate se ales, colócate hitos; presta atención a la calzada, al camino que anduviste; vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.

    22. ¿Hasta cuándo andarás errando, hija rebelde? Pues Yahveh crea una novedad en la tierra: la mujer ronda al varón.

    23. As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: "Todav a se volverá a decir en el pa s de Judá y en sus ciudades, cuando cambie su suerte: "¡Que Yahveh te bendiga, morada de justicia, monta a santa!".

    24. Habitarán all Judá con todas sus ciudades, los agricultores junto con los pastores.

    25. Calmaré las gargantas resecas, saciaré las almas hambrientas.

    26. En esto me desperté y miré: hab a sido un sue o agradable.

    El nuevo pacto

    27. Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá con simiente de hombres y con simiente de animales.

    28. Y como velé por ellos para arrancar y arrasar, para derruir, destruir y afligir, as velaré por ellos para edificar y plantar - oráculo de Yahveh -.

    29. En aquellos d as no se dirá más: los padres comen agraces, y los dientes de los hijos sufren la dentera.

    30. Sino que cada cual morirá por su culpa; todo aquel que coma agraces sufrirá en sus dientes la dentera.

    31. Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que sellaré con la casa de Israel y con la casa de Judá una nueva alianza.

    32. No como la alianza que sellé con sus padres el d a en que los tomé de la mano para sacarlos del pa s de Egipto. Ellos rompieron mi alianza, y yo los traté como se or - oráculo de Yahveh -.

    33. Ésta será la alianza que sellaré con la casa de Israel, después de aquellos d as - oráculo de Yahveh -: Pongo mi ley en su interior y la escribo en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

    34. No tendrá ya que ense arse uno a otro ni una persona a otra persona, diciendo: "Conoced a Yahveh", porque todos ellos me conocerán, desde el más peque o al más grande - oráculo de Yahveh -, cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado".

    35. As dice Yahveh, que coloca el sol para lucir de d a, las leyes de la luna y las estrellas para lucir de noche, que agita el mar y braman sus olas, Yahveh Sebaot en su nombre:

    36. Si cesaran estas leyes ante m - oráculo de Yahveh -, también la estirpe de Israel dejar a de ser una nación ante m perpetuamente.

    37. As dice Yahveh: "Si se midieran los cielos allá arriba y se sondearan los cimientos de la tierra aqu abajo, también yo rechazar a a toda la estirpe de Israel por todo lo que han hecho" - oráculo de Yahveh -.

    38. Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que se reedificará la ciudad para Yahveh desde la torre de Jananel hasta la Puerta del Ángulo.

    39. Y la cuerda de medir saldrá aún en l nea recta por encima de la colina de Gareb y se volverá hacia Goá.

    40. Y todo el valle de los cadáveres y de la ceniza, y todos los campos hasta el torrente Cedrón, hasta el ángulo de la Puerta de los Caballos, al este, serán cosa santa para Yahveh. No se arrancará ni se destruirá nunca más.