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    Jeremías 36 - Biblia Castilian 2003

    El rey quema el rollo

    1. El a o cuarto de Joaqu n, hijo de Jos as, rey de Judá, le fueron dirigidas a Jerem as de parte de Yahveh estas palabras:

    2. "Procúrate un rollo y escribe en él todas las palabras que te he dicho acerca de Israel, acerca de Judá y acerca de todas las naciones, desde el d a en que comencé a hablarte en tiempo de Jos as hasta hoy.

    3. A ver si la casa de Israel atiende a todas las desgracias que proyecto hacerles, de tal manera que se convierta cada uno de su mala conducta y as les perdone su culpa y su pecado".

    4. Jerem as llamó entonces a Baruc, hijo de Ner as, y Baruc escribió en un rollo, al dictado de Jerem as, todas las palabras que Yahveh le hab a dicho.

    5. Después Jerem as dio a Baruc esta orden: "Yo estoy arrestado, no puedo ir al templo de Yahveh.

    6. Pero irás tú, y en el d a de ayuno leerás a los o dos del pueblo, en el templo de Yahveh, las palabras de Yahveh que has escrito en el rollo a mi dictado. Las leerás también a los o dos de todos los jud os que vengan de sus ciudades.

    7. A ver si elevan sus plegarias a Yahveh, y se convierte cada uno de su mala conducta; porque es grande la ira y el furor que Yahveh ha predicho contra este pueblo".

    8. Baruc, hijo de Ner as, hizo todo de acuerdo con lo que le hab a mandado el profeta Jerem as y leyó en el libro las palabras de Yahveh en el templo de Yahveh.

    9. Ahora bien, el a o quinto de Joaqu n, hijo de Jos as, rey de Judá, en el noveno mes, se hab a proclamado un ayuno ante Yahveh para todo el pueblo de Jerusalén y para toda la gente que hab a venido a Jerusalén de las ciudades de Judá.

    10. Baruc leyó entonces en el libro las palabras de Jerem as en el templo de Yahveh, en la sala de Guemar as, hijo de Safán, el secretario, en el atrio superior, a la entrada de la Puerta Nueva del templo de Yahveh, y todo el pueblo escuchaba.

    11. Cuando Miqueas, hijo de Guemar as, hijo de Safán, oyó todas las palabras de Yahveh que estaban en el libro,

    12. bajó al palacio real, a la sala del secretario, donde precisamente celebraban una sesión todos los dignatarios: Elisamá, el secretario; Dela as, hijo de Sema as; Elnatán, hijo de Acbor; Guemar as, hijo de Safán; Sedec as, hijo de Janan as, y todos los demás dignatarios.

    13. Miqueas les refirió todas las palabras que hab a o do cuando Baruc leyó en el libro a o dos del pueblo.

    14. Todos los dignatarios enviaron entonces a Yehud, hijo de Natan as, hijo de Selem as, hijo de Cus, a decir a Baruc: "Toma en tu mano el rollo que has le do a o dos del pueblo, y ven". Baruc, hijo de Ner as, tomó en su mano el rollo y fue adonde ellos estaban.

    15. "Siéntate - le dijeron - y léelo en voz alta". Baruc leyó en voz alta.

    16. Cuando oyeron todas las palabras, se miraron unos a otros asustados y dijeron a Baruc: "Daremos cuenta exacta al rey de todas estas cosas".

    17. Luego preguntaron a Baruc: "Cuéntanos cómo has escrito de su boca todas estas palabras".

    18. "Con sus propios labios - dijo Baruc - me dictaba él todas estas palabras, y yo las escrib a con tinta en el rollo".

    19. "Vete - dijeron los dignatarios a Baruc - y escondeos, tú y Jerem as; que nadie sepa donde estáis".

    20. Ellos fueron adonde estaba el rey, al patio, tras haber dejado el rollo en la sala de Elisamá, el secretario, y contaron de viva voz al rey todas estas cosas.

    21. El rey envió entonces a Yehud a tomar el rollo; lo tomó de la sala de Elisamá, el secretario, y Yehud lo leyó en voz alta ante el rey y ante todos los dignatarios que estaban en torno al rey.

    22. El rey habitaba en el palacio de invierno - era el mes noveno - y hab a delante de él un brasero encendido.

    23. Ahora bien, según iba leyendo Yehud tres o cuatro columnas, el rey las rasgaba con el cortaplumas del secretario y las arrojaba al fuego que hab a en el brasero.

    24. El rey y todos sus servidores, que hab an o do todas aquellas palabras, no se asustaron ni rasgaron sus vestiduras.

    25. Y cuando Elnatán, Dela as y Guemar as instaron al rey para que no quemara el rollo, no sólo no les hizo caso

    26. sino que el rey ordenó a Yerajmeel, hijo del rey; a Serayas, hijo de Azriel, y a Selem as, hijo de Abdel, que prendieran a Baruc, el secretario, y a Jerem as, el profeta; pero Yahveh los escondió.

    27. Cuando el rey hubo quemado el rollo con las palabras que Baruc hab a escrito al dictado de Jerem as, la palabra de Yahveh se dirigió a Jerem as en estos términos:

    28. "Vuelve a procurarte otro rollo y escribe en él todas las palabras anteriores que figuraban en el primer rollo, el que quemó Joaqu n, rey de Judá;

    29. y con respecto a Joaqu n, rey de Judá, dirás: as dice Yahveh: tú has quemado este rollo, diciendo: "¿Por qué has escrito en él que ciertamente vendrá el rey de Babilonia, arrasará este pa s y hará desaparecer de él a hombres y animales?".

    30. Por eso, as dice Yahveh acerca de Joaqu n, rey de Judá: no tendrá descendiente que se siente en el trono de David; su cadáver quedará tirado al calor durante el d a y al fr o durante la noche.

    31. Castigaré su iniquidad en él, en su descendencia y en sus servidores, y traeré sobre ellos, sobre los habitantes de Jerusalén y sobre los hombres de Judá toda la desgracia que les he predicho, sin que me escucharan".

    32. Jerem as tomó después otro rollo y se lo entregó a Baruc, el secretario, hijo de Ner as, quien escribió en él, al dictado de Jerem as, todas las palabras del rollo que Joaqu n, rey de Judá, hab a quemado en el fuego. Y se le a adieron, además, otras muchas palabras del mismo tenor.