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sábado, agosto 17, 2024
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    Job 9 - Biblia Castilian 2003

    Incapacidad de Job para responder a Dios

    1. Job tomó la palabra y dijo:

    2. "En verdad reconozco que as es: ¿cómo podrá un hombre ser justo ante Dios?

    3. Si pretende discutir con él, no podrá responderle ni una vez entre mil.

    4. ¿Quién, por fuerte y sabio que sea, puede provocarle impunemente?

    5. Él arranca las monta as, sin que adviertan quién las derriba en su cólera.

    6. Sacude la tierra de su sitio, haciendo vacilar sus columnas.

    7. Da una orden al Sol, y éste no sale, y guarda bajo sello las estrellas.

    8. Extendió los cielos sin ayuda y marchó sobre las olas del mar.

    9. Él creó la Osa y Orión, las Pléyades y las Cámaras del Sur.

    10. Es autor de grandezas insondables, de maravillas que no es dable contar.

    11. Si pasa junto a m, no lo percibo; si me roza, no lo advierto.

    12. Si saquea, ¿quién se lo impedirá? ¿Quién osará decirle: "Qué haces?".

    13. Dios no desiste de su cólera; le están sometidos los esbirros de Ráhab.

    14. ¿Cómo podré yo replicarle, buscar argumentos contra él?

    15. Aun teniendo yo razón no le replicar a: deber a suplicarle como a juez.

    16. Y aunque él respondiese a mi llamada, yo no creer a que escuchaba mi voz.

    17. Él me aplasta en un torbellino y multiplica mis heridas sin razón.

    18. No me deja recobrar aliento, pues sacia mi sed con amarguras.

    19. Si se trata de fuerza, él es fuerte; si de ir a pleito, ¿quién lo emplazará?

    20. Aun teniendo yo razón, su boca me condena; si siendo yo perfecto, me declara culpable.

    21. Pero ¿soy inocente? Yo mismo lo ignoro. ¡Desprecio mi vida!

    22. ¡Todo es igual! Por eso digo: él hace perecer al justo y al culpable.

    23. Si sobreviene un azote mortal él se burla del dolor del inocente.

    24. Si un pa s cae en poder de un malvado, es él quien pone una venda ante los ojos de sus jueces. Y, si no es él, ¿quién va a ser?

    25. Mis d as pasan con la rapidez de un mensajero, escapan sin ver la felicidad.

    26. Se deslizan como barca de junco, como águila que cae sobre su presa.

    27. Si decido olvidar mis dolores, cambiar de semblante y mostrarme alegre,

    28. me espanto por todos mis males, pues sé que no me juzgas inocente.

    29. Y, si soy culpable, ¿para qué fatigarme?

    30. Aunque me lavara con agua de nieve y limpiara mis manos con lej a,

    31. me hundir as aún más en la basura, hasta que mi propia ropa me asqueara.

    32. Él no es hombre como yo: no cabe discutir, y comparecer juntos ante un tribunal.

    33. No tenemos árbitro entre nosotros que ponga su mano entre los dos

    34. y aparte su vara de m para que no me espante su terror.

    35. Hablaré, no obstante, sin temerle, porque no soy culpable ante mis ojos.