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    Juan 18 - Biblia Castilian 2003

    Arresto de Jesús

    1. Dicho esto, salió Jesús con sus disc pulos al otro lado del torrente Cedrón, donde hab a un huerto, en el cual entró él con sus disc pulos.

    2. También Judas, el que lo iba a entregar, conoc a bien aquel lugar, porque Jesús se hab a reunido all con sus disc pulos muchas veces,

    3. Habiendo, pues, recibido Judas la cohorte y los guardias de los pont fices y [de] los fariseos, fue allá, con linternas, antorchas y armas.

    4. Sabiendo Jesús todo lo que le iba a sobrevenir, se adelantó y les dijo: "¿A quién buscáis?".

    5. Le respondieron: "A Jesús de Nazaret". D celes él: "Soy yo". También Judas, el que lo entregaba, estaba con ellos.

    6. Apenas les dijo: "Soy yo", retrocedieron y cayeron por tierra.

    7. Jesús les preguntó de nuevo: "¿A quién buscáis?". Ellos contestaron: "A Jesús de Nazaret".

    8. Jesús respondió: "Os he dicho que soy yo. As que, si me buscáis a m, dejad que se vayan éstos";

    9. para que se cumpliera la palabra que hab a dicho: "No perd a ninguno de aquellos que me has dado".

    10. Simón Pedro, que ten a una espada, la desenvainó, hirió al criado del sumo sacerdote y le amputó la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco.

    11. Jesús dijo a Pedro: "Mete la espada en la vaina. ¿Es que no voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?".

    Jesús ante el sumo sacerdote

    12. Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los jud os prendieron a Jesús, lo ataron

    13. y lo llevaron primeramente ante Anás, porque era suegro de Caifás, el cual era sumo sacerdote aquel a o.

    14. Caifás era el que hab a dado a los jud os el consejo: "Es mejor que muera un hombre solo por el pueblo".

    Pedro en el patio de Anás

    15. Segu an a Jesús Simón Pedro y otro disc pulo. Este disc pulo era conocido del sumo sacerdote; por eso pudo entrar con Jesús en el palacio del sumo sacerdote,

    16. mientras que Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Luego salió el otro disc pulo, el conocido del sumo sacerdote, habló con la portera e introdujo a Pedro.

    17. Entonces la criada, la portera, dice a Pedro: "¿No eres tú también de los disc pulos de ese hombre?". Contesta él: "No lo soy".

    18. Estaban all los criados y los guardias, que hab an hecho unas brasas para calentarse, pues hac a fr o. También Pedro estaba con ellos, de pie, calentándose.

    Anás interroga a Jesús

    19. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus disc pulos y de su doctrina.

    20. Jesús le respondió: "Yo he hablado públicamente a la vista de todo el mundo; siempre he ense ado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los jud os, y no he dicho nada en la clandestinidad.

    21. ¿Por qué me preguntas a m ? Pregúntales a los que me han o do, a ver de qué les hablé; ellos saben bien lo que yo dije".

    22. Al decir esto Jesús, uno de los guardias que all hab a le dio una bofetada, diciéndole: "¿As respondes al sumo sacerdote?".

    23. Jesús le contestó: "Si he hablado mal, dime en qué, y si he hablado bien, ¿por qué me pegas?".

    24. Luego, Anás lo envió, atado, a Caifás, el sumo sacerdote.

    Pedro niega a Jesús

    25. Simón Pedro estaba de pie, calentándose. Y le dijeron: "¿No eres tú también de sus disc pulos?". Él lo negó, diciendo: "No lo soy".

    26. Uno de los criados del sumo sacerdote, que era pariente de aquel a quien Pedro le hab a amputado la oreja, le dice: "¿Pues no te vi yo en el huerto con él?".

    27. Pero Pedro lo negó una vez más, y en seguida cantó un gallo.

    Jesús ante Pilato

    28. Desde casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era muy de ma ana. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y as poder comer la pascua.

    29. Por eso Pilato salió afuera, hacia ellos, y les dijo: "¿Qué acusación traéis contra este hombre?".

    30. Le respondieron: "Si éste no fuera un malhechor, no te lo habr amos entregado".

    31. Pilato les contestó: "Tomadlo vosotros y juzgadlo según vuestra ley". Los jud os le dijeron: "Es que nosotros no estamos autorizados a sentenciar a muerte a nadie".

    32. As se cumplir a la palabra que Jesús hab a dicho indicando el género de muerte con que iba a morir.

    33. Entró, pues, Pilato nuevamente en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: "¿Eres tú el rey de los jud os?".

    34. Jesús le respondió: "¿Eso lo dices tú por tu cuenta o te lo han dicho otros de m ?".

    35. Pilato replicó: "¿Acaso soy yo jud o? Tu gente, los pont fices, te han entregado a m. ¿Qué has hecho?".

    36. Respondió Jesús: "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi escolta habr a luchado para que no fuera yo entregado a los jud os; pero mi reino no es de aqu ".

    37. Entonces le dijo Pilato: "¿Conque tú eres rey?". Respondió Jesús: "S, soy rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz".

    38. Pilato le dice: "¿Y qué es la verdad?". Tras decir esto, salió de nuevo hacia los jud os y les dice: "Yo no encuentro en él ningún delito.

    39. Ahora bien, es costumbre vuestra que en la Pascua os conceda la libertad de un preso. ¿Queréis que os suelte al rey de los jud os?".

    40. Ellos gritaron nuevamente: "A éste, no, sino a Barrabás". Este Barrabás era un ladrón.