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    Juan 8 - Biblia Castilian 2003

    1. Jesús se fue entonces al monte de los Olivos.

    2. Pero, al amanecer, se presentó de nuevo en el templo. Todo el pueblo acud a a él, y él, all sentado, los instru a.

    3. Los escribas y los fariseos le traen una mujer que hab a sido sorprendida en adulterio. Y poniéndola delante,

    4. dicen a Jesús: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.

    5. En la ley Moisés nos mandó apedrear a ésas; pero tú, ¿qué dices?".

    6. Dec an esto para tenderle un lazo, con el fin de tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escrib a en el suelo con el dedo.

    7. Como ellos insist an en preguntarle, se incorporó y les dijo: "El que entre vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirar una piedra contra ella".

    8. E inclinándose otra vez, segu a escribiendo en el suelo.

    9. Ellos, al o rlo, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta quedar solos Jesús y la mujer, que estaba all delante.

    10. Incorporándose entonces Jesús, le dijo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te condenó?".

    11. Ella respondió: "Nadie, Se or". D jole Jesús: "Pues tampoco yo te condeno; vete, y desde ahora en adelante no peques más".]

    Jesús, la luz del mundo

    12. Jesús les habló de nuevo: "Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no andará en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".

    13. Le replicaron los fariseos: "Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no es válido".

    14. Jesús les contestó: "Aunque yo dé testimonio de m mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vine y adónde voy, pero vosotros no sabéis de dónde vengo o adónde voy.

    15. Vosotros juzgáis según la carne, yo no juzgo a nadie.

    16. Pero si juzgara, mi juicio ser a válido, porque no estoy solo, sino yo y el que me ha enviado.

    17. Y en vuestra misma ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido.

    18. Yo doy testimonio de m mismo, pero también da testimonio de m el Padre que me ha enviado".

    19. Le preguntan entonces: "¿Dónde está tu Padre?". Jesús contestó: "Ni a m me conocéis ni a mi Padre; si a m me conocierais, conocer ais también a mi Padre".

    20. Estas palabras las dijo junto al tesoro, mientras estaba ense ando en el templo; y nadie le echó mano, porque aún no hab a llegado su hora.

    A donde yo voy, vosotros no podéis venir

    21. De nuevo les dijo Jesús: "Yo me voy; vosotros me buscaréis, pero moriréis en vuestro pecado. A donde yo voy, no podéis venir vosotros".

    22. Dec an los jud os: "¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: "A donde yo voy, no podéis venir vosotros?".

    23. Pero él segu a diciéndoles: "Vosotros sois de aqu abajo; yo soy de allá arriba. Vosotros sois de este mundo; yo no soy de este mundo.

    24. Os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque en vuestros pecados moriréis si no creéis que yo soy el que soy".

    25. Preguntábanle, pues: "¿Y quién eres tú?". Jesús les contestó: "El principio, el que ahora os está hablando.

    26. Muchas cosas tengo que decir y juzgar acerca de vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y lo que yo o de él, eso es lo que digo al mundo".

    27. Ellos no comprendieron que les estaba hablando del Padre.

    28. Jesús a adió: "Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, entonces conoceréis que yo soy el que soy y que nada hago por mi cuenta, sino que, conforme a lo que el Padre me ense ó, as hablo.

    29. Conmigo está el que me ha enviado: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que es de su agrado".

    30. Cuando dijo estas cosas, fueron muchos los que creyeron en él.

    La verdad os hará libres

    31. Dec a Jesús a los jud os que le hab an cre do: "Si vosotros permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente disc pulos m os:

    32. conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres".

    33. Ellos le respondieron: "Nosotros somos descendientes de Abrahán y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú eso de "seréis libres"?".

    34. Jesús les contestó: "De verdad os aseguro: todo el que comete el pecado, es esclavo del pecado.

    35. Pero el esclavo no se queda en la casa para siempre, mientras que el hijo s que se queda para siempre.

    36. Pues si el Hijo os hace libres, libres seréis realmente.

    37. Ya sé que sois descendientes de Abrahán, pero pretendéis matarme, porque mi palabra no cala en vosotros.

    38. Lo que yo he visto estando junto al Padre, eso hablo; haced vosotros lo que habéis o do a vuestro padre".

    Sois de vuestro padre el diablo

    39. Ellos le respondieron: "Nuestro padre es Abrahán". Contéstales Jesús: "Si sois hijos de Abrahán, haced las obras de Abrahán.

    40. Pero ahora pretendéis matarme: precisamente a m que os he dicho la verdad, la verdad que he o do estando junto a Dios. Eso no lo hizo Abrahán.

    41. Haced vosotros las obras de vuestro padre". Ellos le dijeron: "¡Nosotros no somos hijos de prostitución! ¡Un solo Padre tenemos: Dios!".

    42. Les respondió Jesús: "Si Dios fuera vuestro Padre, me amar ais a m, porque yo sal y vengo de Dios; pues no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado.

    43. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Es que no podéis escuchar mi palabra.

    44. Vosotros procedéis del diablo, que es vuestro padre, y son los deseos de vuestro padre los que queréis poner en práctica. Él fue homicida desde el principio; y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando profiere la mentira, está diciendo lo que le es propio, porque es mentiroso y padre de la mentira.

    45. Pero a m, porque os digo la verdad, no queréis creerme.

    46. ¿Quién de vosotros puede demostrar que he pecado? Si yo digo la verdad, ¿por qué no queréis creerme?

    47. El que es de Dios escucha las palabras de Dios. Por eso no escucháis vosotros, porque no sois de Dios".

    La preexistencia de Cristo

    48. Los jud os le respondieron: "¿No decimos con razón que tú eres samaritano y que estás endemoniado?".

    49. Contestó Jesús: "Yo no estoy endemoniado, sino que honro a mi Padre, mientras que vosotros me quitáis todo honor.

    50. Pero yo no busco mi gloria; ya hay uno que la busca y que juzga.

    51. De verdad os aseguro: el que guarda mi palabra no verá la muerte jamás".

    52. Dijéronle los jud os: "Ahora s que estamos seguros de que estás endemoniado. Murió Abrahán y los profetas. Y tú dices: "El que guarda mi palabra, no experimentará la muerte jamás".

    53. ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abrahán, que murió? Y también los profetas murieron. ¿Por quién te tienes tú?".

    54. Respondió Jesús: "Si yo me glorificara a m mismo, mi gloria no valdr a nada; es el Padre el que me glorifica, de quien vosotros dec s que es Dios vuestro,

    55. pero al que no conocéis. En cambio, yo s lo conozco. Si dijera que no lo conozco, ser a, al igual que vosotros, un embustero. Pero s lo conozco y guardo su palabra.

    56. Vuestro padre Abrahán se llenó de gozo con la idea de ver mi d a. Lo vio, y se llenó de júbilo".

    57. Contestáronle los jud os: "¿Todav a no tienes cincuenta a os y has visto a Abrahán?".

    58. Respondióles Jesús: "De verdad os aseguro: antes que Abrahán existiera, yo soy".

    59. Entonces tomaron piedras para lapidarle; pero Jesús se escondió y salió del templo.