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    Levítico 17 - Biblia Castilian 2003

    El santuario único

    1. Habló Yahveh a Moisés diciéndole:

    2. "Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los israelitas, y diles: esto es lo que ha mandado Yahveh:

    3. todo hombre de la casa de Israel que, dentro o fuera del campamento, degüelle un buey, o un cordero o una cabra,

    4. sin llevarlo a la entrada de la tienda del encuentro para presentarlo como ofrenda a Yahveh ante la morada de Yahveh, responderá de la sangre derramada; ha vertido sangre y será exterminado de en medio de su pueblo.

    5. As, pues, los israelitas llevarán ante Yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro, al sacerdote, los sacrificios que suelen inmolar en el campo, y los ofrecerán a Yahveh en sacrificio de comunión.

    6. El sacerdote derramará la sangre sobre el altar de Yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro, y quemará la grasa como calmante aroma para Yahveh.

    7. Nunca más ofrecerán sus sacrificios a los sátiros, con los cuales se prostitu an. Esta será para ellos una ley perpetua en todas sus generaciones.

    8. Les dirás: cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan en medio de ellos, que ofrezca un holocausto o un sacrificio,

    9. y no lo lleve a la entrada de la tienda del encuentro para ofrecerlo a Yahveh, será eliminado de su pueblo".

    Prohibición de comer la sangre

    10. "Volveré mi faz contra todo hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan en medio de ellos, que coma sangre, de cualquier clase que sea, contra el que coma sangre, y lo eliminaré de en medio de su pueblo.

    11. Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os he mandado ponerla sobre el altar para que exp e por vuestras vidas, pues es la sangre la que exp a por la vida.

    12. Por eso he dicho a los israelitas: "Nadie de entre vosotros comerá sangre, ni la comerá tampoco el extranjero que habita en medio de vosotros".

    13. Todo hombre de entre los israelitas, o de entre los extranjeros que habitan en medio de ellos, que cace un animal o ave que es l cito comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.

    14. Porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso he dicho a los israelitas: "No comeréis la sangre de ninguna carne; pues la vida de toda carne está en su sangre. Quien la coma, será exterminado".

    15. Cualquiera, nativo o extranjero, que coma de un animal muerto o despedazado, lavará sus vestidos, se ba ará y será impuro hasta la tarde; después será puro.

    16. Si no lava sus vestidos ni se ba a cargará con su culpa."