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    Nehemías 10 - Biblia Castilian 2003

    1. Por todo lo antedicho, nosotros hacemos ahora y consignamos por escrito una firme promesa. En el documento sellado figuran nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes.

    2. En el documento sellado figuraban: Nehem as, el gobernador, hijo de Jacal as, y Sedec as,

    3. Serayas, Azar as, Jerem as,

    4. Pasjur, Amar as, Malqu as,

    5. Jatús, Seban as, Maluc,

    6. Jar n, Meremot, Abd as,

    7. Daniel, Guinetón, Baruc,

    8. Mesulán, Ab as, Miyam n,

    9. Maaz as, Bilgay y Sema as. Éstos eran los sacerdotes.

    10. Los levitas: Josué, hijo de Azan as; Binuy, de los hijos de Jenadad; Cadmiel,

    11. y sus hermanos Secan as, Hod as, Quelitá, Pelayas, Janán,

    12. Micá, Rejob, Seban as,

    13. Zacur, Sereb as, Seban as,

    14. Hod as, Ban y Beninú.

    15. Los jefes del pueblo: Parós, Pajat Moab, Elán, Zatú, Ban,

    16. Bun, Azgad, Bebay,

    17. Adon as, Bigvay, Ad n,

    18. Ater, Ezequ as, Azur,

    19. Hod as, Jasún, Besay,

    20. Jarif, Anatot, Nebay,

    21. Magpiás, Mesulán, Jezir,

    22. Mesezabel, Sadoc, Yadúa,

    23. Pelat as, Janán, Anayas,

    24. Oseas, Janan as, Jasub,

    25. Halojés, Piljá, Sobec,

    26. Rejún, Jasabná, Maas as,

    27. Aj as, Janán, Anán,

    28. Maluc, Jar n y Baaná.

    29. Los demás del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los donados y todos los que se hab an separado de la gente del pa s para seguir la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, y todos los que ten an uso de razón,

    30. se asociaron a sus hermanos y a los principales, y convinieron con ellos bajo juramento en vivir conforme a la ley de Dios, transmitida por Moisés, siervo de Dios, y en guardar y poner por obra todos los mandamientos de Yahveh, nuestro Se or, sus normas y sus leyes,

    31. y en no dar a nuestras hijas a las gentes del pa s ni tomar sus hijas para nuestros hijos;

    32. en no comprar nada en sábado o en d a santo a las gentes del pa s que traigan para vender mercanc as o cualquier clase de comestibles en d a de sábado, y en renunciar el a o séptimo a la cosecha y a toda clase de deudas.

    33. Nos impusimos también la obligación de dar un tercio de siclo al a o para el servicio del templo de nuestro Dios,

    34. para los panes de la presencia, para el holocausto perpetuo de los sábados y novilunios, para las solemnidades, para las cosas sagradas, para los sacrificios por el pecado en expiación por Israel y para todas las obras del templo de nuestro Dios.

    35. Echamos suertes - los sacerdotes, los levitas y el pueblo - sobre la ofrenda de le a que hab an de traer nuestras casas paternas al templo de nuestro Dios en tiempos determinados, cada a o, para quemarla sobre el altar de Yahveh, nuestro Dios, como está escrito en la ley.

    36. Nos comprometimos también a traer cada a o al templo de Yahveh las primicias de nuestra tierra, las de los frutos de todos los árboles

    37. y los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, según está escrito en la ley, as como también los primogénitos de nuestro ganado mayor y menor, destinados al templo de nuestro Dios, ante los sacerdotes que ejercen el ministerio en la casa de nuestro Dios.

    38. Asimismo nos comprometimos a traer las primicias de nuestra harina, las del fruto de todos los árboles, las del mosto y del aceite, para los sacerdotes, para las cámaras del templo de nuestro Dios, as como el diezmo de nuestras posesiones y ganancias para los levitas, que percibirán el diezmo en todas las ciudades de labranza.

    39. Un sacerdote, descendiente de Aarón, irá con los levitas cuando éstos recojan el diezmo. Los levitas subirán la décima parte del diezmo al templo de nuestro Dios, a las cámaras del tesoro,