31.9 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Romanos 14 - Biblia Castilian 2003

    Los débiles en la fe

    1. Acoged benignamente al que es débil en la fe, sin criticar opiniones.

    2. Hay quien cree que puede comer de todo; mientras que el débil solamente come verduras.

    3. El que come de todo, no trate con desdén al que se abstiene de algo; y el que se abstiene de algo, no condene al que come de todo, ya que ha sido acogido por Dios.

    4. ¿Quién eres tú para juzgar al criado ajeno? Si está de pie o ca do, eso es cosa de su amo. Pero se mantendrá en pie, que el Se or tiene poder para sostenerlo.

    5. Hay quien da más importancia a un d a que a otro; en tanto que hay quien estima que todos los d as son iguales. Que cada cual se atenga a sus convicciones personales.

    6. El que siente interés por tal d a, lo hace en atención al Se or; y el que come de todo, lo hace en atención al Se or, pues da gracias a Dios; y el que se abstiene de algo, lo hace en atención al Se or, y también da gracias a Dios.

    7. En efecto, ninguno de nosotros vive para s mismo, y ninguno muere para s mismo.

    8. Pues, si vivimos, para el Se or vivimos; y si morimos, para el Se or morimos. As, pues, tanto en vida como en muerte pertenecemos al Se or.

    9. Porque para esto Cristo murió y retornó a la vida: para ser Se or tanto de los muertos como de los vivos.

    10. Pero tú, ¿por qué te eriges en juez de tu hermano? O también tú, ¿por qué menosprecias a tu hermano? ¡Todos compareceremos ante el tribunal de Dios!

    11. Porque escrito está: ¡Vivo yo! - dice el Se or -; ante m se doblará toda rodilla, y toda lengua dará gloria a Dios.

    12. Por consiguiente, cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de s mismo.

    13. Por lo tanto, no nos constituyamos ya más en jueces unos de otros; al contrario, lo que habéis de juzgar es, más bien, esto: no poner a vuestro hermano tropiezo o motivo de ca da.

    14. Bien sé y estoy plenamente persuadido en el Se or Jesús de que nada hay impuro de por s. Pero, si uno considera que una cosa es impura, para él es impura.

    15. Y si por tomar tú tal clase de alimento, tu hermano se contrista, ya no procedes en conformidad con el amor. Deja de causar, por tu comida, la ruina de aquel por quien Cristo murió.

    16. Que no se convierta vuestro bien en motivo de maledicencia.

    17. Que el reino de Dios no consiste en tal clase de comida o de bebida, sino en justicia y paz y alegr a en el Esp ritu Santo.

    18. Quien sirve a Cristo de este modo es agradable a Dios y obtiene la aprobación de los hombres.

    19. Dediquémonos, por consiguiente, a lo que fomenta la paz y favorece la edificación común.

    20. No destruyas, por cuestión de una clase de comida, la obra de Dios. Todo es puro, desde luego; pero resulta malo para quien, al comerlo, es causa de tropiezo.

    21. Lo mejor es no comer carne ni beber vino ni hacer nada en que pueda tropezar tu hermano.

    22. La convicción de fe que tú tienes, tenla para ti delante de Dios. Dichoso aquel que no se siente culpable en las resoluciones que toma.

    23. Pero el que tiene dudas y, sin embargo, come, ya se ha hecho culpable, porque no actúa con convicción de fe. Pues todo cuanto se hace sin convicción de fe es pecado.