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sábado, agosto 17, 2024
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    1 Samuel 20 - Dios habla hoy

    Amistad de David y Jonatán

    1. David huyó de Naiot de Ramá, y fue adonde estaba Jonatán, para decirle: –¿Qué he hecho y o? ¿Cuál es mi culpa? ¿Qué pecado he cometido contra tu padre, para que él busque matarme?

    2. y Jonatán le contestó: –¡Dios no lo quiera! ¡No te matará! Ten en cuenta que mi padre no hace nada, sea o no importante, sin comunicármelo. ¿Porqué razón iba mi padre a ocultarme este asunto? ¡No puede ser!

    3. Pero David insistió: –Tu padre sabe muy bien que yo cuento con tu estimación, y no querrá que lo sepas para evitarte un disgusto. ¡Pero te juro por el Señor y por ti mismo que estoy a un paso de la muerte!

    4. Entonces Jonatán le preguntó: –¿Qué quieres que haga yo por ti?

    5. David respondió: –Mira, mañana es la fiesta de luna nueva, y debo sentarme a comer con el rey. Pero déjame que me esconda en el campo hasta pasado mañana por la tarde,

    6. y si tu padre pregunta por mí, dile que yo te pedí con urgencia permiso para ir a mi pueblo, a Belén, porque toda mi familia celebra allí el sacrificio anual.

    7. Si contesta que está bien, quiere decir que puedo estar tranquilo; pero si se enoja, sabrás que ha decidido hacerme daño.

    8. Así que hazme este favor, ya que soy tu servidor y nos hemos jurado amistad ante el Señor. Ahora bien, si la culpa es mía, mátame tú mismo. No es necesario que me lleves ante tu padre.

    9. Pero Jonatán respondió: –¡No pienses tal cosa! Si llego a saber que mi padre está resuelto a hacerte mal, te lo comunicaré.

    10. Entonces David le preguntó: –¿Quién me avisará en caso de que tu padre te responda de mal modo?

    11. Jonatán respondió: –Ven conmigo. Salgamos al campo. Los dos salieron al campo,

    12. y allí Jonatán le dijo a David: –Te juro por el Señor y Dios de Israel que entre mañana y pasado mañana, a esta misma hora, trataré de conocer las intenciones de mi padre. Si su actitud hacia ti es buena, te mandaré aviso;

    13. pero si mi padre intenta hacerte mal, que el Señor me castigue duramente si no te aviso y te ayudo a escapar tranquilamente. ¡Y que el Señor te ayude como ayudó a mi padre!

    14. Ahora bien, si para entonces vivo todavía, trátame con la misma bondad con que el Señor te ha tratado. Y si muero,

    15. no dejes de ser bondadoso con mi familia. ¡Que el Señor les pida cuentas a tus enemigos, y los destruya por completo! De esta manera, Jonatán hizo un pacto con David,

    16. (TEXT OMITTED)

    17. y por el cariño que Jonatán le tenía, volvió a hacerle el juramento, pues lo quería tanto como a sí mismo.

    18. Luego le dijo: –Mañana es la fiesta de luna nueva, y como tu asiento va a estar desocupado, te echarán de menos.

    19. Pero al tercer día se notará aún más tu ausencia. [1] Por tanto, vete al sitio donde te escondiste la vez pasada, y colócate junto a aquel montón de piedras. [2]

    20. yo lanzaré tres flechas hacia aquel lado, como si estuviera tirando al blanco,

    21. y le diré a mi criado: 'Ve a buscar las flechas. ' Si le digo: 'Las flechas están más acá de ti; anda, tómalas', podrás salir tranquilo, porque nada te va a pasar. Te lo juro por el Señor.

    22. Pero si le digo: 'Las flechas están más allá', vete, porque el Señor quiere que te vayas.

    23. En cuanto a la promesa que nos hemos hecho, el Señor es nuestro testigo para siempre.

    24. David se escondió en el campo, y cuando llegó la fiesta de luna nueva, el rey se sentó a la mesa para comer.

    25. Se sentó en el lugar de costumbre, junto a la pared. Jonatán se colocó enfrente, [3] y Abner se sentó al lado de Saúl. El asiento de David quedó vacío.

    26. Aquel día Saúl no dijo nada, porque se imaginó que algo impuro le habría ocurrido y no estaría purificado.

    27. Pero al día siguiente, que era el segundo día de la fiesta, el asiento de David quedó también vacío. Entonces le preguntó Saúl a su hijo Jonatán: –¿Por qué no vino ayer el hijo de Jesé a la comida, ni tampoco hoy?

    28. y Jonatán le respondió: –David me pidió con urgencia permiso para ir a Belén.

    29. Me rogó que le diera permiso, pues su familia celebraba un sacrificio en su pueblo y su hermano le ordenaba ir. También me dijo que si yo le hacía ese favor, se daría una escapada para visitar a sus parientes. Por eso no se ha sentado a comer con Su Majestad.

    30. Entonces Saúl se enfureció con Jonatán, y le dijo: –¡Hijo de mala madre! ¿Acaso no sé que tú eres el amigo íntimo del hijo de Jesé, para vergüenza tuya y de tu madre?

    31. Mientras él esté vivo en esta tierra, ni tú ni tu reino estarán seguros. ¡Así que manda a buscarlo, y tráemelo, porque merece la muerte!

    32. Pero Jonatán le contestó: –¿Y por qué habría de morir? ¿Qué es lo que ha hecho?

    33. Saúl levantó su lanza para herir a Jonatán, con lo que este comprendió que su padre estaba decidido a matar a David.

    34. Entonces, lleno de furia, se levantó Jonatán de la mesa y no participó en la comida del segundo día de la fiesta, porque sentía un gran pesar por David, ya que su padre lo había ofendido.

    35. A la mañana siguiente, a la hora de la cita con David, Jonatán salió al campo acompañado de un criado joven,

    36. al cual le ordenó: –Corre a buscar en seguida las flechas que yo dispare. El criado echó a correr, mientras Jonatán disparaba una flecha de modo que cayera lejos de él.

    37. y cuando el criado llegó al lugar donde había caído la flecha, Jonatán le gritó al criado con todas sus fuerzas: –¡La flecha está más allá de ti!

    38. y una vez más Jonatán le gritó al criado: –¡Date prisa, corre, no te detengas! El criado de Jonatán recogió las flechas y se las trajo a su amo,

    39. pero no se dio cuenta de nada, porque solo Jonatán y David conocían la contraseña.

    40. Después Jonatán entregó sus armas a su criado, y le ordenó llevarlas de vuelta a la ciudad.

    41. En cuanto el criado se fue, David salió de detrás del montón de piedras, [4] y ya ante Jonatán se inclinó tres veces hasta tocar el suelo con la frente. Luego se besaron y lloraron juntos hasta que David se desahogó.

    42. Por último, Jonatán le dijo a David: –Vete tranquilo, pues el juramento que hemos hecho los dos ha sido en el nombre del Señor, y hemos pedido que para siempre esté él entre nosotros dos y en las relaciones entre tus descendientes y los míos. Después David se puso en camino, y Jonatán regresó a la ciudad.