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sábado, agosto 17, 2024
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    Hechos 18 - Dios habla hoy

    Pablo en Corinto

    1. Después de esto, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto.

    2. Allí se encontró con un judío llamado Áquila, que era de la región del Ponto. Poco antes, Áquila y su esposa Priscila[1] habían llegado de Italia, de donde tuvieron que salir porque el emperador Claudio había ordenado que todos los judíos salieran de Roma. [2] Pablo fue a visitarlos

    3. y , como tenía el mismo oficio que ellos, que era hacer tiendas de campaña, se quedó con ellos para trabajar juntos.

    4. y cada sábado Pablo iba a la sinagoga, donde hablaba y trataba de convencer tanto a los judíos como a los no judíos.

    5. Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por completo a anunciar el mensaje y a probar a los judíos que Jesús era el Mesías.

    6. Pero ellos comenzaron a ponerse en contra suya y a insultarlo; así que Pablo sacudió su ropa en señal de protesta, y les dijo: –De ustedes será la culpa de su propia perdición; yo no me hago responsable. De hoy en adelante me iré a los que no son judíos.

    7. Salió de la sinagoga y se fue a casa de un hombre llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios y que vivía al lado de la sinagoga.

    8. y Crispo, [3] el jefe de la sinagoga, con toda su familia, creyó en el Señor. Y también muchos de los de Corinto, al oír el mensaje, creyeron y fueron bautizados.

    9. Una noche, el Señor le dijo a Pablo en una visión: "No tengas miedo; sigue anunciando el mensaje y no calles.

    10. Porque yo estoy contigo y nadie te puede tocar para hacerte daño, pues mi pueblo es muy grande en esta ciudad."

    11. Así que Pablo se quedó un año y medio en Corinto, enseñando entre ellos el mensaje de Dios.

    12. Pero en los días en que Galión era gobernador de Acaya, [4] los judíos se juntaron contra Pablo; lo llevaron al tribunal

    13. y dijeron al gobernador: –Este hombre anda convenciendo a la gente de que deben adorar a Dios en una forma que va contra la ley.

    14. Pablo y a iba a hablar, cuando Galión dijo a los judíos: –Si se tratara de algún delito o algún crimen grave, yo, naturalmente, me tomaría la molestia de oírlos a ustedes los judíos;

    15. pero como se trata de palabras, de nombres y de la ley de ustedes, arréglenlo ustedes mismos, porque yo no quiero meterme en esos asuntos.

    16. y los echó del tribunal.

    17. Entonces agarraron todos a Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon allí mismo, delante del tribunal. Pero a Galión no le importaba nada de esto.

    18. Pablo se quedó todavía muchos días en Corinto. Después se despidió de los hermanos y , junto con Priscila y Áquila, se embarcó para la región de Siria. En Cencreas, antes de embarcarse, se rapó la cabeza, para cumplir una promesa que había hecho. [5]

    19. Cuando llegaron a Éfeso, Pablo dejó a Priscila y Áquila y se fue a la sinagoga, donde habló con los judíos que allí se reunían.

    20. Ellos le rogaron que se quedara más tiempo, pero no quiso,

    21. sino que se despidió de ellos diciendo: "Si Dios quiere, volveré a visitarlos otra vez." Después Pablo se embarcó y se fue de Éfeso.

    Pablo regresa a Antioquía y comienza su tercer viaje misionero

    22. Cuando llegó a Cesarea, fue a Jerusalén a saludar a los de la iglesia, y luego se dirigió a Antioquía.

    23. Al cabo de algún tiempo, salió de nuevo a recorrer uno por uno los lugares de Galacia y Frigia, animando a todos los creyentes.

    Apolos predica en Efeso

    24. Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, [6] que era de la ciudad de Alejandría. Era muy elocuente y conocía muy bien las Escrituras.

    25. Estaba instruido en el camino del Señor, y hablaba con mucho entusiasmo enseñando con claridad acerca de Jesús, aunque solo conocía el bautismo de Juan.

    26. Apolo se puso a hablar abiertamente en la sinagoga; pero cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo llevaron aparte y le explicaron más exactamente el camino de Dios.

    27. Cuando Apolo quiso pasar a la región de Acaya, [7] los hermanos le dieron su apoyo, y escribieron una carta a los creyentes de allá para que lo recibieran bien. Cuando llegó a Acaya, ayudó mucho a los que, por la bondad de Dios, habían creído,

    28. pues delante de todos contradecía a los judíos con razones que ellos no podían negar, y basándose en las Escrituras demostraba que Jesús era el Mesías.