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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 14 - Dios habla hoy

    Muerte de Juan el Bautista

    1. Por aquel mismo tiempo, Herodes, el que gobernaba en Galilea, oyó hablar de Jesús,

    2. y dijo a los que estaban a su servicio: "Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado. Por eso tiene este poder milagroso."

    3. Es que Herodes había hecho arrestar y encarcelar a Juan. Lo hizo por causa de Herodías, esposa de su hermano Filipo, [1]

    4. pues Juan había dicho a Herodes: "No debes tenerla como tu mujer."[2]

    5. Herodes, que quería matar a Juan, tenía miedo de la gente, porque todos creían que Juan era un profeta.

    6. Pero en el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías[3] salió a bailar delante de los invitados, y le gustó tanto a Herodes

    7. que le prometió bajo juramento darle cualquier cosa que pidiera.

    8. Ella entonces, aconsejada por su madre, dijo a Herodes: –Dame en un plato la cabeza de Juan el Bautista.

    9. Esto entristeció al rey Herodes; pero como había hecho un juramento en presencia de sus invitados, mandó que se la dieran.

    10. Ordenó, pues, cortarle la cabeza a Juan en la cárcel;

    11. luego la llevaron en un plato y se la dieron a la muchacha, y ella se la entregó a su madre.

    12. Llegaron los seguidores de Juan, se llevaron el cuerpo y lo enterraron; después fueron y avisaron a Jesús. [4]

    Alimentación de los cinco mil

    13. Cuando Jesús recibió la noticia, se fue de allí él solo, en una barca, a un lugar apartado. Pero la gente lo supo y salió de los pueblos para seguirlo por tierra.

    14. Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud; sintió compasión de ellos y sanó a los enfermos que llevaban.

    15. Como y a se hacía de noche, los discípulos se le acercaron y le dijeron: –Ya es tarde, y este es un lugar solitario. Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y se compren comida.

    16. Jesús les contestó: –No es necesario que se vayan; denles ustedes de comer.

    17. Ellos respondieron: –No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados.

    18. Jesús les dijo: –Tráiganmelos aquí.

    19. Entonces mandó a la multitud que se sentara sobre la hierba. Luego tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y , mirando al cielo, pronunció la bendición y partió los panes, los dio a los discípulos y ellos los repartieron entre la gente.

    20. Todos comieron hasta quedar satisfechos; recogieron los pedazos sobrantes, y con ellos llenaron doce canastas. [5]

    21. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

    Jesús anda sobre el mar

    22. Después de esto, Jesús hizo que sus discípulos subieran ala barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente.

    23. Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orara solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo,

    24. mientras la barca y a iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra.

    25. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua.

    26. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo: –¡Es un fantasma!

    27. Pero Jesús les habló, diciéndoles: –¡Calma! ¡Soy y o: no tengan miedo!

    28. Entonces Pedro le respondió: –Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.

    29. –Ven –dijo Jesús. Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús.

    30. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: –¡Sálvame, Señor!

    31. Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: –¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?

    32. En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento.

    33. Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron: –¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!

    Jesús sana a los enfermos en Genesaret

    34. Cruzaron el lago y llegaron a tierra en Genesaret.

    35. La gente del lugar reconoció a Jesús, y la noticia se extendió por toda la región. Le llevaban los enfermos,

    Jesús explica la parábola de la cizaña

    36. y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su capa; y todos los que la tocaban, quedaban sanos.