26.4 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Salmos 9 - Dios habla hoy

    Acción de gracias por la justicia de Dios Al músico principal; sobre Mut-labén. Salmo de David.

    1. Oh Señor, quiero alabarte con todo el corazón y contar tus muchas maravillas.

    2. Oh Altísimo, por ti quiero gritar lleno de alegría; ¡quiero cantar himnos a tu nombre!

    3. Mis enemigos huyen delante de ti; caen y mueren.

    4. Tú eres juez justo: te has sentado en tu trono, para hacerme justicia.

    5. Has reprendido a los paganos, has destruido a los malvados, ¡has borrado su recuerdo para siempre!

    6. El enemigo ha muerto, y con él han muerto sus ciudades; tú las destruiste, y no quedó de ellas ni el recuerdo.

    7. Pero el Señor es Rey por siempre; ha afirmado su trono para el juicio:

    8. juzgará al mundo con justicia, dictará a los pueblos justa sentencia.

    9. El Señor protege a los oprimidos; él los protege en tiempos de angustia.

    10. Señor, los que te conocen, confían en ti, pues nunca abandonas a quienes te buscan.

    11. Canten himnos al Señor, que reina en Sión; anuncien a los pueblos lo que ha hecho.

    12. Dios se acuerda de los afligidos y no olvida sus lamentos; castiga a quienes les hacen violencia.

    13. Señor, ten compasión de mí, mira cómo me afligen los que me odian, ¡sácame de las puertas de la muerte!

    14. y así, a las puertas de Jerusalén, diré a todo el mundo que tú eres digno de alabanza, y que yo soy feliz porque me has salvado.

    15. Los paganos caen en su propia trampa; sus pies quedan atrapados en la red que ellos mismos escondieron.

    16. El Señor se ha dado a conocer: ¡ha hecho justicia! El malvado queda preso en la trampa tendida por él mismo. [2]

    17. Los malvados y paganos, los que se olvidan de Dios, acabarán en el reino de la muerte;

    18. pues no siempre serán olvidados los pobres, ni para siempre se perderá su esperanza.

    19. Levántate, Señor; no consientas la altanería del hombre; ¡juzga a los paganos en tu presencia!

    20. Hazles sentir temor, Señor; ¡hazles saber que no son más que hombres!