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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 9 - El Libro del Pueblo de Dios

    Jesús sana a un paralítico

    1. Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad.

    2. Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados".

    3. Algunos escribas pensaron: "Este hombre blasfema".

    4. Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal?

    5. ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate y camina'?

    6. Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".

    7. El se levantó y se fue a su casa.

    8. Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.

    Llamamiento de Mateo

    9. Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió.

    10. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos.

    11. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?.

    12. Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.

    13. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

    La pregunta sobre el ayuno

    14. Entonces se acercaron los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?.

    15. Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

    16. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande.

    17. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!.

    La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús

    18. Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá".

    19. Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.

    20. Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto,

    21. pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré curada".

    22. Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: "Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado". Y desde ese instante la mujer quedó curada.

    23. Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo:

    24. "Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme". Y se reían de él.

    25. Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó.

    26. Y esta noticia se divulgó por aquella región.

    Dos ciegos reciben la vista

    27. Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando: "Ten piedad de nosotros, Hijo de David".

    28. Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: "¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?". Ellos le respondieron: "Sí, Señor".

    29. Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Que suceda como ustedes han creído".

    30. Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: "¡Cuidado! Que nadie lo sepa".

    31. Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.

    Un mudo habla

    32. En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.

    33. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel".

    34. Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios".

    La mies es mucha

    35. Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.

    36. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.

    37. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.

    38. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.