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miércoles, julio 17, 2024
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    Juan 7 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)

    Incredulidad de los hermanos de Jesús

    1. Y después de esto andaba Jesús por la Galilea; porque no quería pasar a la Judea, por cuanto los Judíos(a) le buscaban para matarle.

    2. Y estaba próxima la fiesta de los Judíos, llamada de los Tabernáculos(b).

    3. Y sus hermanos le dijeron(c): "Quítate de aquí, y ve a la Judea, para que tus discípulos vean también las obras que haces(d).

    4. Pues ninguno hace cosa en oculto, y procura ser conocido en el público. Si esto haces, manifiéstate al mundo”.

    5. Porque ni aun sus hermanos creían en él(e).

    6. Y Jesús les dijo: "Mi tiempo aún no ha venido(f); mas vuestro tiempo siempre está preparado.

    7. No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo doy testimonio de él, que sus obras son malas.

    8. Subid vosotros a esta fiesta; yo no subo todavía a esta fiesta(g), porque mi tiempo no es aún cumplido”.

    9. Y habiendo dicho esto, se quedó él en la Galilea.

    Jesús en la fiesta de los tabernáculos

    10. Mas después que sus hermanos hubieron subido, él entonces subió también a la fiesta no públicamente, mas como en oculto(h).

    11. Y los Judíos le buscaban el día de la fiesta, y decían: "¿En dónde está aquel(i)?”

    12. Y había grande murmullo acerca de él entre la gente. Porque los unos decían: "Bueno es”. Y los otros: "No, antes engaña a las gentes”.

    13. Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo de los Judíos(j).

    14. Y al medio de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba(k).

    15. Y se maravillaban los Judíos, y decían: "¿Cómo sabe este letras, no habiéndolas aprendido(l)?”

    16. Jesús les respondió, y dijo: "Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me ha enviado(m).

    17. El que quisiere hacer su voluntad(n), conocerá de la doctrina, si es de Dios, o si yo hablo de mí mismo.

    18. El que de sí mismo habla(o), busca su propia gloria; mas el que busca la gloria de aquel que le envió, este veraz es(p); y no hay en él injusticia.

    19. ¿Por ventura no os dio Moisés la ley? y ninguno de vosotros hace la ley(q).

    20. ¿Por qué me queréis matar(r)?” Respondió la gente, y dijo: "Demonio tienes. ¿Quién te quiere matar(s)?”

    21. Jesús les respondió, y dijo: "Hice una obra(t), y todos os maravilláis.

    22. Por esto os dio Moisés la circuncisión (no porque ella es de Moisés, sino de los padres(u) ); y circuncidáis al hombre en sábado.

    23. Si recibe el hombre la circuncisión en sábado, para que no se quebrante la ley de Moisés(v), ¿os ensañáis contra mí, porque sané en sábado a todo un hombre(w)?

    24. No juzguéis según lo que aparece. Mas juzgad justo juicio(x)”.

    ¿Es éste el Cristo?

    25. Y decían algunos de Jerusalén: "¿No es este el que buscan para matarle?

    26. Pues ved aquí que habla en público, y no le dicen nada. ¿Por ventura han reconocido los príncipes, que este es el Cristo(y)?

    27. Mas este sabemos de dónde es; y cuando viniere el Cristo, ninguno sabe de dónde sea(z)”.

    28. Y Jesús alzaba la voz en el templo, enseñando, y diciendo: "Vosotros me conocéis, y sabéis de dónde soy(a). Empero yo no vine de mí mismo, mas es veraz el que me envió; a quien vosotros no conocéis.

    29. Yo le conozco, porque de él soy(b), y él me envió”.

    30. Y le querían prender, mas ninguno le echó la mano, porque todavía no era llegada su hora(c).

    31. Y muchos del pueblo creyeron en él, y decían: "Cuando viniere el Cristo, ¿hará acaso más milagros que los que este hace?”

    Los fariseos envían alguaciles para prender a Jesús

    32. Oyeron los fariseos estos murmullos que había en el pueblo acerca de él, y los príncipes de los sacerdotes y los fariseos enviaron ministros para que le prendiesen(d).

    33. Y Jesús les dijo: "Aún estaré con vosotros un poco de tiempo; y voy a aquel que me envió.

    34. Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estoy, vosotros no podéis venir(e)”.

    35. Dijeron los Judíos entre sí mismos: "¿A dónde se ha de ir este, que no le hallaremos? ¿querrá ir a las gentes(f) que están dispersas, y enseñar a los gentiles?

    36. ¿Qué palabra es esta, que dijo: ‘Me buscaréis, y no me hallaréis’; y ‘donde yo estoy, vosotros no podéis venir’?”

    Ríos de agua viva

    37. Y en el último grande día de la fiesta estaba allí Jesús, y decía en alta voz: "Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba(g).

    38. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su vientre correrán ríos de agua viva(h)”.

    39. Esto dijo del Espíritu, que habían de recibir los que creyesen en él. Porque aún no había sido dado el Espíritu(i), por cuanto Jesús no había sido aun glorificado.

    División entre la gente

    40. Muchas pues de aquellas gentes habiendo oído estas palabras, decían: "Este verdaderamente es un profeta”.

    41. Otros decían: "Este es el Cristo”. Mas algunos decían: "Pues qué ¿de la Galilea ha de venir el Cristo?

    42. ¿No dice la Escritura: Que del linaje de David, y del castillo de Bethlehem, en donde estaba David(j), ha de venir Cristo?”

    43. Así que había disensión(k) en el pueblo acerca de él.

    44. Y algunos de ellos le querían prender; mas ninguno puso las manos sobre él.

    !!Nunca ha hablado hombre así!

    45. Volvieron los ministros a los príncipes de los sacerdotes y a los fariseos. Y estos les dijeron: "¿Por qué no le habéis traído?”

    46. Respondieron los ministros: "Nunca así habló hombre, como este hombre(l)”.

    47. Los fariseos les replicaron: "Pues qué ¿vosotros habéis sido también seducidos(m)?

    48. ¿Por ventura ha creído en él alguno de los príncipes, o de los fariseos(n)?

    49. Sino esas gentes del vulgo, que no saben la ley, malditas(o) son”.

    50. Nicodemo, aquel que vino a Jesús de noche, que era uno de ellos, les dijo:

    51. "¿Por ventura nuestra ley juzga a un hombre, sin haberle oído primero, y sin informarse de lo que ha hecho?”

    52. Le respondieron, y dijeron: "¿Eres tú también Galileo(p)? Escudriña las Escrituras, y entiende que de la Galilea no se levantó jamás profeta(q)”.

    La mujer adúltera

    53. Y se volvieron cada uno a su casa.