29.2 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Lucas 18 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)

    Parábola de la viuda y el juez injusto

    1. Y les decía también esta parábola, que es menester orar siempre y no(a) desfallecer,

    2. Diciendo: "Había un juez en cierta ciudad, que no temía a Dios, ni respetaba a hombre alguno.

    3. Y había en la misma ciudad una viuda, que venía a él, y le decía: ‘Hazme justicia de mi contrario’.

    4. Y él por mucho tiempo no quiso. Pero después de esto dijo entre sí: ‘Aunque ni temo a Dios, ni a hombre tengo respeto;

    5. Todavía, porque me es importuna(b) esta viuda, le haré justicia, porque no venga tantas veces, que al fin me muela(c)’".

    6. Y dijo el Señor: "Oid lo que dice el injusto juez;

    7. ¿Pues Dios no hará venganza de sus escogidos, que claman a él día y noche, y tendrá paciencia en ellos(d)?

    8. Os digo, que presto(e) los vengará. Mas cuando viniere el Hijo del hombre, ¿pensáis que hallará fe en la tierra(f)?"

    Parábola del fariseo y el publicano

    9. Y dijo también esta parábola a unos, que fiaban en sí mismos, como si fuesen justos(g), y despreciaban a los otros:

    10. "Dos hombres subieron al templo a orar; el uno fariseo, y el otro publicano.

    11. El fariseo estando en pie, oraba en su interior de esta manera: ‘¡Dios! Gracias te doy porque no soy como los otros hombres, robadores, injustos, adúlteros, ni así como este publicano(h).

    12. Ayuno dos veces(i) en la semana: doy diezmos de todo lo que poseo’.

    13. Mas el publicano(j), estando lejos(k), no osaba ni aun alzar los ojos al cielo; sino que hería su pecho, diciendo: ‘¡Dios! ¡Muéstrate propicio a mí pecador!’.

    14. Os digo, que éste, y no aquél, descendió justificado a su casa. Porque todo hombre, que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado".

    Jesús bendice a los niños

    15. Y le traían también niños, para que los tocase. Y cuando lo vieron los discípulos, los reñían.

    16. Mas Jesús los llamó, y dijo: "Dejad que vengan a mí los niños, y no los impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.

    17. Y en verdad os digo: El que no recibiere el reino de Dios, como niño no entrará en él".

    El joven rico

    18. Y le preguntó un hombre principal, diciendo: "Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?"

    19. Y Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno(l)? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios.

    20. Sabes los mandamientos: No matarás, no fornicarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre".

    21. Él dijo: "Todo esto he guardado desde mi juventud".

    22. Cuando esto oyó Jesús, le dijo: "Aún te falta una cosa. Vende todo cuanto tienes, y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y ven, y sígueme".

    23. Cuando él oyó esto, se entristeció(m); porque era muy rico.

    24. Y Jesús le dijo, cuando le vio triste: "¡Cuán dificultosamente entrarán en el reino de Dios los que tienen los dineros!

    25. Porque más fácil cosa es pasar un camello por el ojo(n) de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios".

    26. Y dijeron los que lo oían: "Pues ¿quién puede salvarse?"

    27. Les dijo: "Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios".

    28. Y dijo Pedro: "Bien ves que nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido".

    29. Él les dijo: "En verdad os digo, ninguno hay, que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos por el reino de Dios,

    30. Que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna".

    Nuevamente Jesús anuncia su muerte

    31. Y tomó Jesús aparte a los doce, y les dijo: "Mirad, vamos a Jerusalén, y serán cumplidas todas las cosas, que escribieron los profetas del Hijo del hombre;

    32. Porque será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y azotado, y escupido;

    33. Y después que le azotaren, le quitarán la vida, y resucitará al tercero día".

    34. Mas ellos no entendieron nada de esto; y esta palabra les era escondida(o), y no entendían lo que les decía(p).

    Un ciego de Jericó recibe la vista

    35. Y aconteció, que acercándose a Jericó, estaba un ciego sentado cerca del camino, pidiendo limosna;

    36. Y cuando oyó el tropel de la gente que pasaba, preguntó qué era aquello.

    37. Y le dijeron, que pasaba Jesús Nazareno.

    38. Y dijo a voces: "¡Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí!".

    39. Y los que iban delante le reñían, para que callase. Mas él gritaba mucho más: "¡Hijo de David, ten misericordia de mí!".

    40. Y Jesús parándose, mandó que se le trajesen. Y cuando estuvo cerca, le preguntó.

    41. Diciendo: "¿Qué quieres que te haga?" Y él respondió: "¡Señor, que vea!".

    42. Y Jesús le dijo: "Ve. Tu fe te ha hecho salvo".

    43. Y luego vio, y le seguía glorificando a Dios. Y cuando vio esto todo el pueblo, dio loor a Dios.MS. Porque en la postremería nom seelle. 8 e. En tiempo oportuno y conveniente (Hb 10,37; 2Pe 3,8-9). Si un juez cruel e injusto por último se dejó doblar de la importunidad de una viuda; ¿un Dios justo y clemente no oirá las voces de los que ama, y que claman a él continuamente oprimidos de la injusticia? Muchas veces parece que Dios abandona a los suyos; pero es para probar su fe, ejercitar su paciencia, purificar sus imperfecciones, para mayor mérito y corona suya, y para hacer por último brillar más su justicia sobre los que obstinAdánente los persiguieron. 9 g. Que se creían justos, no siéndolo, poniendo su confianza, no en Dios como debían, sino en su falsa justicia. 12 i. Esto es; el lunes y el jueves. Estos ayunos se guardan aun hoy día por los judíos más observantes. Los rabinos tenían ordenado este ayuno por tres razones: por la ruina del templo; por haber sido quemada la ley; y por las injurias que se hacían al nombre santo de Dios. k. MS. Estaba aluenne. En algún rincón del primer atrio del templo, a donde toda suerte de personas, aunque fuesen profanas, podían entrar (1Re 8,41), y esto por verdadera humildad y sentimiento de su indignidad. 23 m. Texto Griego: perílupos egéneto, se entristeció sobremanera. 34 o. Estaban imbuidos de lo contrario.