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jueves, julio 18, 2024
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    Deuteronomio 7 - Jünemann Septuaginta en español

    Advertencias contra la idolatría de Canaán

    1. Exterminio de los idólatras Y, cuando te introdujere el Señor, tu Dios, en la tierra que entrarás para poseerla y arrojares gentes grandes de delante de tu faz: al heteo y gergeseo, y amorreo, y cananeo, y ferezeo, y heveo, y jebuseo: siete gentes mayores y más fuertes que tú;

    2. y los entregare el Señor, tu Dios en tus manos y los batieres; con anonadamiento los anonadarás; no pactarás con ellos pacto, ni te apiadarás de ellos;

    3. ni te emparentarás con ellos; tu hija no darás al hijo de él, y la hija de él no tomarás para tu hijo;

    4. pues apartará a tu hijo de mí, y servirá a dioses ajenos; y se inflamará en ira el Señor contra vosotros, y te exterminará pronto.

    5. Sino que así les haréis: sus aras demoleréis, y sus estatuas destrozaréis, y sus selvas cortaréis, y las esculturas de sus dioses quemaréis en fuego;

    Un pueblo santo para Jehová

    6. porque pueblo santo eres al Señor, tu Dios; y te ha elegido el Señor, tu Dios, para serle un pueblo especial, entre todas las gentes, cuantas sobre la faz de la tierra.

    7. No por más numerosos que todas las gentes, os ha elegido el Señor y segregádoos el Señor; que vosotros sois los menos de todas las gentes;

    8. sino, por amaros el Señor, y guardar el juramento que juró a nuestros padres, os sacó el Señor en mano poderosa; y te redimió de casa de servidumbre, de mano del Faraón rey de Egipto.

    9. Y conocerás que el Señor, tu Dios, éste es Dios, Dios fiel, el que guarda alianza y misericordia para con los que le aman y los que guardan sus mandamientos, por millares de generaciones;

    10. y pagando a los que le odian; en su rostro exterminándolos; y no tarda con los que odian: en su rostro les pagará.

    11. Y guardarás estos mandamientos, y preceptos y juicios, cuantos yo te mando hoy hacer.

    Bendiciones de la obediencia

    12. Y será: cuando oyereis estos preceptos y los guardareis e hiciereis, te guardará también el Señor, tu Dios, la alianza y la misericordia, que juró a tus padres;

    13. y te amará, y bendecirá y multiplicará; y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra: tu trigo, y tu vino, y tu aceite; las crías de tus vacas y las greyes de tus ovejas en la tierra, que juró el Señor a tus padres darte.

    14. Bendito serás entre todos los pueblos: no habrá entre vosotros impotente ni estéril; ni en tus bestias;

    15. y quitará el Señor de ti toda dolencia; y todas las enfermedades de Egipto, las malas, que has visto, y cuantas conoces, no pondrá sobre ti, y pondrá sobre todos los que te odiaren.

    16. Y consumirás todas las gentes que el Señor tu Dios te da; no se apiadará tu ojo de ellos, y no servirás a sus dioses, pues tropiezo es esto para ti.

    17. Y si dijeres en tu corazón: «Más son estas gentes que yo, ¿cómo podré exterminarles?»

    18. No los temas: con memoria rememora cuanto hizo el Señor, tu Dios, al Faraón y a todos los egipcios:

    19. las tentaciones grandes que vieron tus ojos, aquellas señales y prodigios grandes, la mano la poderosa y el brazo el excelso. Como te sacó el Señor tu Dios, así hará el Señor tu Dios a todas las gentes que tú temieres —a faz de ellos.

    20. También la avispa enviará el Señor, tu Dios, contra ellos hasta que perezcan los dejados y ocultados de ti.

    21. No te aterres ante su faz porque el Señor, tu Dios, en medio de ti, un Dios grande y poderoso.

    22. E irá consumiendo el Señor; tu Dios, estas gentes de delante de tu faz poco a poco: no podrás consumirlas luego, para que no se(a) multipliquen contra ti las bestias del campo.

    23. Y los entregará el Señor, tu Dios, en tus manos, y los perderás con perdición grandes, hasta exterminarlos.

    24. Y entregará sus reyes en tus manos, y borrarás su nombre de debajo del cielo; no resistirá nadie tu faz, hasta que los extermines.

    25. Las esculturas de sus dioses quemaréis con fuego: no codiciarás plata, ni oro de ellas, para tomar para ti, para que no ofendas por ellos, porque abominación para el Señor, tu Dios, es.

    26. Y no traerás abominación a tu casa, para que no seas anatema al modo que esto; con indignación te indignarás y con abominación abominarás, porque anatema es.