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miércoles, julio 17, 2024
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    Ester 3 - Jünemann Septuaginta en español

    Amán trama la destrucción de los judíos

    1. Mardoqueo y Amán Pero, después de esto, glorificó el rey Artajerjes a Amán, de Amadatí, Bugeo, y exaltóle; y sentábase primero que todos los amigos de él;

    2. y todos los de la corte adorábanle; pues así ordenó el rey hacer; mas, Mardoqueo no le adoraba.

    3. Y hablaron los de la corte del rey a Mardoqueo: «Mardoqueo ¿por qué desoyes lo que por el rey es dicho?».

    4. Día a día le hablaban; y no les obedecía. Y manifestaron a Amán que Mardoqueo contrariaba las palabras del rey, y manifestóles Mardoqueo que era judío.

    5. Y conociendo Amán que no le adora Mardoqueo, se enfureció sobremanera,

    6. y determinó borrar a todos los judíos bajo el reino de Artajerjes.

    7. E hizo sorteo en año duodécimo del reinado de Artajerjes, y echó suertes día por día, y mes por mes, para perder en un día el linaje de Mardoqueo; y cayó la suerte en el catorceno del mes, que es Adar.

    8. Y habló al rey Artajerjes, diciendo: «Hay una gente esparcida entre las gentes, en todo tu reino; pero las leyes de ellos son diversas de las de todas las gentes. Las leyes del rey desobedecen, y no conviene al rey dejarlos.

    9. si parece al rey, decrete perderlos, y yo pasaré para el gazofilacio del rey, diez mil talentos de plata».

    10. Y quitando el rey su anillo, lo puso en manos de Amán, para sellar lo escrito contra los judíos.

    11. Y dijo el rey a Amán: «La plata, por cierto, ten para ti; pero de la gente úsala como quieres».

    12. Y fueron llamados los escribas del rey, en mes primero, el trece, y escribieron como ordenó Amán, a los estrategos y a los príncipes de todas las regiones, desde India hasta Etiopía, a las ciento veintisiete regiones, y a los príncipes de las gentes según el habla de ellas, por Artajerjes, el rey.

    13. Y se envió por carteros, al reino de Artajerjes, borrar el linaje de los judíos en día uno del mes duodécimo, que es Adar, y arrebatar los bienes de ellos. Y de la epístola, ésta es la copia: «El rey grande Artajerjes, a los que desde la India hasta la Etiopía en las ciento veintisiete regiones, son sátrapas y prefectos subordinados, esto escribe: «Aunque tenga el imperio de muchos reinos y haya subordinado toda la tierra, no he querido engreírme con la altivez del poder ensoberbecido, sino gobernar más equitativamente y con suavidad siempre asegurando a los súbditos una vida perpetuamente tranquila y disponer la quietud y seguridad del reino hasta los confines, ofreciendo renovar también la de todos los hombres que desean la paz. Pero, preguntando a mis consejeros cómo llevar esto a término Amán, por cordura, entre nosotros, distinguido, y en benevolencia invariablemente firme, en fidelidad, probado y el segundo que los regios honores ha alcanzado: nos ha manifestado que en todas las regiones, con el pueblo está mezclado cierto enemigo nuestro, por sus leyes opuesto a toda gente, y de los reyes preteriendo continuamente las ordenaciones, para no ajustarse a las medidas irreprensiblemente dictadas. Habiendo, pues, considerado que esta gente solísima está en contradicción con todo, y que siempre todo hombre(a) considera la institución de leyes peregrinas permutando, y, malévola con nuestras cosas, los pésimos consuman(b) males para esto: para impedir que el reino a firmeza no llegue. Hemos, pues, ordenado que los que se os señalan en lo escrito por Amán, el puesto sobre los negocios, y segundo padre nuestro, todos, con sus mujeres, e hijos sean de raíz exterminados por la espada de sus enemigos, sin misericordia ni perdón, el catorceno del duodécimo mes de Adar del presente año; a fin de que los antes y ahora enemigos, en un solo día, violentamente bajen al infierno por muerte violenta, y en el tiempo venidero sea nuestro gobierno firme, e imperturbable hasta el fin de las cosas».

    14. Y las copias de las epístolas se publicaron en cada región, y se ordenó a todas las gentes estar prontas para ese día.

    15. Y apresuróse el negocio, también en Susa; mas el rey y Amán se banqueteaban pero la ciudad se turbaba.