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jueves, julio 18, 2024
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    Ezequiel 10 - Jünemann Septuaginta en español

    La gloria de Dios abandona el templo

    1. Carbones encendidos son derramados sobre Jerusalén. Reaparece el carro de la gloria de Dios. Y vi, y he aquí por sobre el firmamento(a) el sobre la cabeza de los querubines, como(b) piedra de zafiro, semejanza de trono sobre ellos.

    2. Y dijo el varón al vestido de la estola: «Entra en medio de las ruedas, las por debajo de los querubines; y llena tus puños con carbones de fuego de en medio de los querubines y espárcelos sobre la ciudad.» Y entró delante de mí.

    3. Y los querubines estaban a la diestra de la casa, al entrar el varón; y la nube llenó el atrio interior.

    4. Y alzóse la gloria del Señor, de los querubines, al atrio de la casa; y llenó a la casa la nube; y el aula llenóse del esplendor de la gloria del Señor.

    5. Y voz de las alas de los querubines se oía hasta el aula exterior, como voz de Dios omnipotente hablando.

    6. Y aconteció, al mandar él al varón, al vestido de la estola la sagrada, diciendo: «Toma fuego de en medio de las ruedas, de en medio de los querubines»; entró y detúvose a par de las ruedas.

    7. Y extendió su mano al medio del fuego, del que había en medio de los querubines, y tomó y dio en las manos del vestido de la estola, la sagrada; y tomó y salió.

    8. Y vi los querubines: semejanza de manos de hombre, por debajo de sus alas.

    9. Y vi, y he aquí ruedas cuatro había junto a los querubines; rueda una junto al querubín uno; y la vista de las ruedas como vista de piedra carbúnculo;

    10. y la vista de ellas, como semejanza en las cuatro, como si estuviese rueda en medio de rueda;

    11. al ir ellos(c) a las cuatro partes(d) de ellos iban; y no volvían al ir; pues al lugar que había mirado el principio el uno(e), iban; y no se volvían a ir.

    12. Y las espaldas de ellos, y sus manos y sus alas, llenas de ojos, en circuito, en las cuatro ruedas.

    13. Y estas ruedas fueron llamadas «voladoras», oyendo yo.

    14. (Y cuatro faces tenía cada uno: la faz del uno era la faz de un querube; y la faz del segundo, la faz de un hombre y del tercero la faz, de un león, y del cuarto la faz de un águila)(f).

    15. Y los querubes eran ese viviente que yo había visto sobre el río Cobar.

    16. Y al andar los querubes, andaban las ruedas; y ellas junto a ellos; y al alzar los querubes sus alas a levantarse de la tierra, no se volvían(g) las ruedas de ellos;

    17. al pararse ellos, se paraban; y, al alzarse ellos, se alzaban con ellos; por esto: porque el espíritu de vida en ellas estaba.

    18. Y salió la gloria del Señor, de la casa, y ascendió sobre los querubines;

    19. y alzaron los querubines sus alas, y levantáronse de la tierra, delante de mí; al salir ellos, también las ruedas junto a ellos; y detuviéronse sobre los vestíbulos de la puerta de casa del Señor, la delantera; y la gloria de Dios de Israel estaba sobre ellos, por arriba.

    20. Este el viviente es que vi por debajo del Dios de Israel sobre el río Cobar; y conocí que los querubes son:

    21. cuatro faces el uno(h); y ocho alas, el uno; y semejanza de manos de hombre por debajo de las alas de ellos.

    22. Y semejanza de las faces de ellos éstas las faces son que vi por debajo de la gloria del Dios de Israel, sobre el río Cobar; y ellos, cada uno según la faz de ellos andaban.