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sábado, julio 20, 2024
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    Jeremías 18 - Jünemann Septuaginta en español

    La señal del alfarero y el barro

    1. Obstinados los judíos, persiguen al profeta; ora porque Dios los castigue. La palabra, la hecha por el Señor a Jeremías, diciendo:

    2. «Levántate y desciende a casa del alfarero, y allí oirás mis palabras».

    3. Y descendí a casa del alfarero, y he ahí él hacía labor sobre las piedras;

    4. y cayó el vaso que él hacía, en sus manos; y de nuevo él hizo otro vaso, según plugo a faz de él hacerlo.

    5. Y fueme hecha palabra del Señor, diciendo:

    6. «¡Si tal como este alfarero, ¿no podré haceros, casa de Israel?» He aquí, como el barro del alfarero, vosotros estáis en mis manos.

    7. Por fin hablaré sobre gente y sobre reino para quitarlos y para perder;

    8. y se(a) convertirá aquella gente de todos sus males; y me arrepentiré de los males que pensé hacerles.

    9. Y por fin hablaré sobre gente y reino, para reedificar y para plantar;

    10. y harán lo malo delante de mí, no oyendo mi voz; y me arrepentiré de los bienes que hablé hacerles.

    11. Y ahora di a los varones de Judá y a los habitantes de Jerusalén: «He aquí yo plasmo sobre vos males; y pienso sobre vos pensamiento: apártese ya cada uno de su vía, la mala; y más hermosos haced vuestros afanes».

    12. Y dijeron: «Nos esforzaremos, que, tras nuestros apartamientos iremos, y cada uno lo grato a su corazón, el malo, haremos».

    13. Por esto dice el Señor: «Preguntad ya en gentes: «¿Quién ha oído tales cosas horrendas que ha hecho en gran manera la virgen(b) de Israel?

    14. ¿Acaso desfallecerán, de peña, ubres, o nieve del Líbano? ¿Acaso declinará agua violentamente de viento llevada(c)?

    15. Porque me han olvidado, mi pueblo; en vano han incensado; y debilitarán(d), en sus caminos, cuerdas sempiternas(e), para marchar por sendas que no tienen camino de ida;

    16. para poner su tierra en desaparecimiento y silba sempiterna: todos los que transitaren por ella espantaránse y moverán su cabeza.

    17. Cual a viento quemante los dispersaré a faz de sus enemigos; mostraréles día de su perdición.

    Conspiración del pueblo y oración de Jeremías

    18. Y dijeron: «Venid y pensemos sobre Jeremías un pensamiento; porque no perecerá la ley del sacerdote; ni el consejo del sabio; ni la palabra del profeta(f); venid y percutámosle en la lengua; ¡y oiremos todas sus razones!»(g).

    19. Escúchame, Señor, y escucha la voz de mi justificación.

    20. ¿Si se devuelven, por bienes, males? porque se han confabulado(h) contra mi alma, y el castigo de ellos ocultádome; acuérdate de que me he puesto ante tu faz para hablar por ellos bienes; para apartar tu furor, de ellos.

    21. Por esto da sus hijos al hambre, y congrégalos en manos de cuchilla; sean hechas sus mujeres deshijadas y viudas; y los maridos de ellas paren en ser arrebatados de muerte y los jovencillos de ellos caídos a cuchilla en guerra.

    22. Hágase grita en sus casas; traerás sobre ellos ladrones de repente; porque armaron palabra en captura mía; y lazos escondieron sobre mí.

    23. Y tú, Señor, conoces todo el consejo de ellos sobre mí, en muerte; no dejes impunes sus injusticias; y sus pecados a faz tuya no borres; hágase la flaqueza de ellos ante ti; en tiempo de tu furor haz en ellos.