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sábado, julio 20, 2024
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    Jeremías 26 - Jünemann Septuaginta en español

    Jeremías es amenazado de muerte

    1. Jeremías es condenado a muerte, pero absuelto. Al principio del reinado del rey Joaquín, hijo de Josías, fue hecha esta palabra de parte del Señor:

    2. «Así dice el Señor: «Ponte en el atrio de la casa del Señor, y responderás a todos los judíos y a todos los que vienen a adorar en casa del Señor, todas las palabras que te he ordenado responderles; no quites palabra.

    3. Tal vez oirán y se apartarán cada uno de su camino, el malo; y cesaré en los males que yo pienso hacerles por causa de sus malos propósitos».

    4. Y dirás: «Así dice el Señor: «Si no me oyereis para andar en mis leyes que os he dado a faz de vosotros;

    5. para escuchar las palabras de mis niños, los profetas, que os envío, al alba; y he enviado y no me habéis oído;

    6. daré esta casa como Silo, y la ciudad daré en maldición a todas las gentes de toda la tierra».

    7. Y oyeron los sacerdotes, y los pseudoprofetas y todo el pueblo a Jeremías hablando estas palabras en la casa del Señor.

    8. Y aconteció, habiendo Jeremías hablado todo lo que le ordenó el Señor hablar a todo el pueblo; que le cogieron juntamente los sacerdotes, y los pseudoprofetas, y todo el pueblo, diciendo:

    9. «De muerte mueras; pues ha profetizado en el nombre del Señor, diciendo: «Como Silo estará esta casa; y esta ciudad yermada será de habitantes». Y congregóse todo el pueblo sobre Jeremías en la casa del Señor.

    10. Y oyeron los príncipes de Judá esta palabra, y subieron de la casa del rey a la casa del Señor, y sentáronse en vestíbulos de puerta la nueva.

    11. Y dijeron los sacerdotes y los pseudoprofetas a los príncipes y todo el pueblo: «Juicio de muerte a este hombre; pues ha profetizado contra esta ciudad, según habéis oído en vuestras orejas».

    12. Y dijo Jeremías a los príncipes y todo el pueblo, diciendo: «El Señor me ha enviado a profetizar sobre esta casa y sobre esta ciudad todas estas palabras que habéis oído.

    13. Y ahora mejores haced vuestros caminos y vuestras obras; y oíd la voz del Señor; y cesará el Señor en los males que ha hablado sobre vosotros.

    14. Y he aquí yo, en vuestras manos: hacedme, como conviene, y como mejor para vosotros.

    15. Empero, conociendo, conoceréis que, si me matareis, sangre inocente dais sobre vos y sobre esta ciudad y sobre los habitantes de ella; pues en verdad me ha enviado el Señor a vosotros a hablar en las orejas vuestras todas estas palabras».

    16. Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y a los pseudoprofetas: «No hay para este hombre juicio de muerte; pues en el nombre del Señor, nuestro Dios, nos ha hablado».

    17. Y levantáronse varones de los ancianos de la tierra y dijeron a toda la congregación del pueblo:

    18. «Miqueas, el morastita, era en los días de Ezequías, rey de Judá, y dijo a todo el pueblo de Judá: «Así dice el Señor: «Sión, como campo, arada será; y Jerusalén en intransitable será, y el monte de la casa, en selva de sierra».

    19. ¿Acaso, matando, matóle Ezequías y todo Judá? Acaso, ya que temieron al Señor y ya que deprecaron la faz del Señor ¿no cesó el Señor en los males que había hablado sobre ellos? y nosotros hemos hecho males grandes sobre nuestras almas».

    20. Y un hombre hubo profetizado con el nombre del Señor: Urías, hijo de Samaías, de Cariatiarim, y profetizó de esta tierra, según todas las palabras de Jeremías;

    21. Y oyó el rey Joaquín y todos los príncipes las palabras de él; y buscaban matarle; y oyó Urías y entró en Egipto.

    22. Y envió el rey varones a Egipto(a);

    23. y sacáronle de allí y percutióle en cuchilla; y le arrojó en el monumento de hijos de su pueblo».

    24. Empero la mano de Ahicam, hijo de Safán, era con Jeremías, para no entregarle en manos del pueblo, para que no le matasen.