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jueves, julio 18, 2024
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    Jeremías 44 - Jünemann Septuaginta en español

    Jeremías profetiza a los judíos en Egipto

    1. Continúan los judíos idolatrando. Amenázales el profeta con castigos. La palabra, la hecha a Jeremías para todos los judíos, los residuos en tierra de Egipto, y para los asentados en Mágdalo, y en Tafnis y en tierra de Fatures, diciendo:

    2. «Así dijo el Señor, el Dios de Israel: «Voz habéis visto todos los males que he traído sobre Jerusalén y sobre las ciudades de Judá; y he aquí están yermas de habitantes,

    3. a faz de maldad de ellos que hicieron para irritarme, yendo a incensar a dioses otros que no conocíais.

    4. Y envié a vos mis niños, los profetas, al alba, y envié, diciendo: «No hagáis la cosa de esta contaminación que he aborrecido».

    5. Y no oyeron y no inclinaron su oreja para apartarse de sus males, para no incensar a dioses otros.

    6. Y destiló mi ira y mi furor, y se enardeció en puertas de Judá y fuera(a) de Jerusalén; y fueron hechos en desolación y en intransitable; como(b) este día.

    7. Y ahora así dijo el Señor Todopoderoso: «¿A qué vos hacéis males grandes contra vuestras almas, para cortar(c) de vos, hombre y mujer, infante y mamante, de en medio de Judá; para que no quede de vos nadie;

    8. exacerbándome en las obras de vuestras manos; incensando a dioses otros, en tierra de Egipto; a la que habéis ido a habitar, allí; para que seáis cortados y para que seáis convertidos en maldición y en oprobio, en todas las gentes de la tierra?

    9. ¿Acaso os habéis olvidado de los males de vuestros padres, y de los males de los reyes de Judá, y de los males de vuestros príncipes y de los males de vuestras mujeres, que hicieron en tierra de Judá, y fuera de Jerusalén?

    10. Y no han cesado hasta este día, y no adhirieron a mis preceptos que di a faz de sus padres.

    11. Por esto, así dijo el Señor: «He aquí yo pongo mi rostro [sobre vos, en mal, para perder a todo Judá](d)

    12. para perder a todos los residuos, los en Egipto; y caerán en espada y en hambre; y desfallecerán, de pequeño a grande, y serán en oprobio, y en perdición y en maldición.

    13. Y visitaré sobre los asentados en tierra de Egipto; como he visitado sobre Jerusalén en espada y en hambre;

    14. y no será salvo nadie de los residuos de Judá, los que peregrinan en tierra de Egipto, para volver a tierra de Judá; a la que ellos esperan, con sus almas, volver allí; no volverán, no, sino los evadidos».

    15. Y respondieron a Jeremías todos los varones, (los que sabían que incensaban sus mujeres) y todas las mujeres, congregación grande, y todo el pueblo, los asentados en tierra de Egipto, en Fatures, diciendo:

    16. «La palabra que nos has hablado, con nombre del Señor, no te oiremos;

    17. pues, haciendo haremos toda la palabra, que saldrá de nuestra boca: de incensar a la reina del cielo(e) y libarle libaciones; según que hemos hecho nos y nuestros padres y nuestros reyes y nuestros príncipes en ciudades de Judá y fuera de Jerusalén; y nos llenamos de panes y fuimos buenos y males no vimos.

    18. Y, como dejamos de incensar a la reina del cielo, hemos desmedrado todos, y en espada y en hambre desfallecido.

    19. Y porque nosotras incensábamos a la reina del cielo y le libábamos libaciones, ¿acaso, sin nuestros maridos, le hacíamos tortas y le libábamos libaciones?».

    20. Y dijo Jeremías a todo el pueblo, a los potentes y a las mujeres, y a todo el pueblo, a los que le habían contestado palabras, diciendo:

    21. «¿Acaso del incienso que incensabais en las ciudades de Judá y fuera de Jerusalén, nos y vuestros padres, y vuestros reyes, y vuestros príncipes y el pueblo de la tierra, no se acordó el Señor; y subió(f) sobre el corazón de él?

    22. Y no pudo el Señor ya sufrir a faz de maldad de vuestras obras, y ante las abominaciones que hicisteis; y fue hecha vuestra tierra en desolación, y en intransitable y en maldición; como en este día,

    23. a faz de lo que incensabais y lo que pecabais al Señor; y no oísteis la voz del Señor; y en sus preceptos, y en su ley, y en sus testimonios no habéis andado; os han cogido estos males».

    24. Y dijo Jeremías al pueblo y a las mujeres: «Oíd la palabra del Señor:

    25. «Así dijo el Señor, el Dios de Israel: «Vosotras, mujeres, con vuestra boca habéis hablado, y con vuestras manos llenado(g), diciendo: «Haciendo haremos nuestras confesiones que hemos confesado, incensando a la reina del cielo y libándole libaciones»; perseverando habéis perseverado en vuestras confesiones; y haciendo, habéis hecho.

    26. Por esto oíd palabra del Señor, todo Judá: los asentados en tierra de Egipto: «He aquí he jurado por mi nombre, el grande, dijo el Señor, como si estuviere ya mi nombre en boca de Judá, para decir: «¡Vive el Señor!» en toda la tierra de Egipto.

    27. Pues yo velo sobre ellos para mal hacerles y no bien; y desfallecerán todo Judá; los habitantes en tierra de Egipto en espada y en hambre, cuando desfallecieren.

    28. Y los evadidos a la espada volverán a tierra de Judá, pocos en número; y conocerán los residuos de Judá, los puestos en tierra de Egipto, para habitar allí, palabra de quién ha de permanecer.

    29. Y ésta, para vos la señal de que visitaré yo sobre vos en mal:

    30. así dijo el Señor: «He aquí yo doy a Efree, rey de Egipto en manos de su enemigo y en manos de los que buscan su alma; según que he dado a Sedecías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilón, su enemigo, y que buscaba su alma».