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jueves, julio 18, 2024
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    Levítico 27 - Jünemann Septuaginta en español

    Cosas consagradas a Dios

    1. De los votos y diezmos Y habló Señor a Moisés, diciendo:

    2. «Habla a los hijos de Israel, y les dirás: «Quien votare voto como precio de su alma(a) al Señor,

    3. será el precio del varón, de veinte a sesenta años, cincuenta siclos(b) de plata, según, la balanza del santuario;

    4. y de la hembra será el precio, treinta siclos.

    5. Y, si de cinco a veinte años, será el precio de lo masculino, veinte siclos y el de lo femenino, diez siclos.

    6. Y, de un mes a cinco años, será el precio de lo masculino, cinco siclos de plata, y de lo femenino, tres siclos.

    7. Y, si de sesenta años arriba, si masculino fuere, será el precio quince siclos de plata y si femenino, diez siclos.

    8. Pero, si fuere pobre para el precio, se pondrá delante del sacerdote, y le apreciará el sacerdote: según pudiere la mano del votante, apreciarále el sacerdote.

    9. Y, si es animal de los que ofrece ofrenda al Señor, todo lo que ofreciere de éstos al Señor, será santo:

    10. no lo cambiará: hermoso por malo, ni malo por hermoso; pero, si cambiando lo cambiare: animal por animal; será él y el cambiado santos.

    11. Y, si todo animal inmundo, de los que no se ofrece ofrenda al Señor, pondrá el animal delante del sacerdote;

    12. y apreciarálo el sacerdote según fuere hermoso o malo; y, según apreciare el sacerdote, así valdrá.

    13. Y, si lo redimiere, añadirá un quinto a su apreciación.

    14. Y hombre que santificare su casa santa al Señor, apreciarála el sacerdote, según fuera hermosa o mala; como la apreciare el sacerdote así se avaluará.

    15. Y, si el santificante redimiere su casa; añadirá el quinto del dinero a la avaluación de ella; y será suya.

    16. Y, si del campo de su posesión santificare un hombre al Señor, será su apreciación según su siembra: un celemín de cebada, cincuenta siclos de plata.

    17. Si, desde el año del jubileo, santificare su campo, a la apreciación de él, se estará.

    18. Mas, si, después del jubileo, santificare su campo, calcularále el sacerdote el dinero, conforme a los años los restantes, hasta el año del jubileo, y se descontará de su apreciación.

    19. Y, si redimiere el campo, quien le santificó, añadirá el quinto del dinero, a la apreciación de él, y será para él.

    20. Y, si no redimiere el campo, y se hubiere vendido el campo a otro hombre, ya no se redimirá;

    21. sino que será el campo, saliendo en el jubileo, santo al Señor, como la tierra, la delimitada; del sacerdote será posesión.

    22. Mas, si del campo que ha comprado, que no es del campo de su posesión, santificare al Señor;

    23. le calculará el sacerdote la suma de la apreciación hasta el año del jubileo, y pagará la apreciación en aquel día, sagrado al Señor;

    24. y en el año del jubileo se devolverá el campo al hombre de quien lo compró, de quien era la posesión de la tierra.

    25. Y toda apreciación será en balanzas sagradas: veinte óbolos será el siclo.

    26. Y todo lo primogénito del ganado será del Señor, y nadie lo santificará, sea becerro, sea oveja: del Señor es.

    27. Y, si de los cuadrúpedos los inmundos, lo redimirá conforme a su estimación y añadirá el quinto a ella; y, si no se redimiere, se venderá según su apreciación.

    28. Toda consagración(c) que consagrare un hombre al Señor, de todo cuanto tuviere, de hombre a bestia, y de campo de su posesión, no se venderá ni redimirá; toda consagración cosa santa de santas será al Señor.

    29. Y todo lo que se execrare(d) de hombres,(e) no se redimirá: de muerte morirá.

    30. Todo diezmo de la tierra: de la simiente de la tierra y del fruto del árbol, del Señor es; santos al Señor.

    31. Y si redimiere un hombre el diezmo propio, el quinto añadirá a él.

    32. Y todo diezmo de los bueyes y ovejas; todo lo que pasa bajo la vara(f) el diezmo será santo al Señor.

    33. No cambiarás lo hermoso por malo; y, si, cambiando, le cambiares, también lo cambiado por él, será santo: no se redimirá».

    34. Estos son los mandamientos que mandó el Señor a Moisés, para los hijos de Israel, en el monte Sinaí.