Marcos 9 - Jünemann Septuaginta en español1. (8:39) Y decíales: «En verdad os digo que hay algunos de los aquí parados, los que no gustarán(l), no, muerte hasta que vieren la realeza de Dios venida en poder.» La transfiguración2. (9:1) Enseñanzas Y, después de días seis, toma consigo aparte Jesús a Pedro, y a Santiago y Juan, y los lleva arriba a un monte alto aparte solos; y transfiguróse delante de ellos; 3. (9:2) y sus vestidos tornáronse esplendentes, blancos sobremanera, (cual nieve); como batanero sobre la tierra no los puede así blanquear. 4. (9:3) Y aparecióles Elías con Moisés; y estábanse conversando con Jesús. 5. (9:4) Y, respondiendo Pedro, dice a Jesús: «‘Rabbí’(a), bello es que nosotros aquí estemos; y hagamos tres tiendas: a ti una, y a Moisés una, y a Elías una». 6. (9:5) Pues no sabía qué respondía; pues espantados estaban. 7. (9:6) Y hubo(b) una nube que les fue sombreando, y hubo una voz de entre la nube: «Este es el Hijo mío, el amado, oídle». 8. (9:7) Y súbitamente, mirando alrededor, no ya a nadie vieron consigo, sino a Jesús sólo. 9. (9:8) Y, bajando ellos del monte, encargóles que a nadie lo que vieron, contaran, sino cuando el Hijo del hombre de entre muertos resucitara. 10. (9:9) Y la palabra retuvieron consigo, inquiriendo entre sí qué «es lo de entre muertos resucitar». 11. (9:10) Y preguntábanle, diciendo: «¿Cómo, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero(c)?» 12. (9:11) Y él díjoles: «Elías ciertamente viniendo primero reintegra todo; —y ¿cómo escrito está acerca del Hijo del hombre que muchas cosas padezca y anonadado sea(d)?» 13. (9:12) Pero dígoos que así Elías(e) ha venido como le hicieron cuanto quisieron, según escrito está acerca de él». Jesús sana a un muchacho endemoniado14. (9:13) Y, viniendo,(f) a los discípulos, vieron turba mucha en torno de ellos y escribas disputando contra ellos. 15. (9:14) Y luego toda la turba, viéndole arrobáronse, y corriendo a él, le saludaron. 16. (9:15) Y preguntóles: «¿Qué disputáis contra ellos?» 17. (9:16) Y respondióle uno de la turba: «Maestro, he traído mi hijo a ti, que tiene espíritu mudo; 18. (9:17) y doquier que de él se apodera, convulsiónale; —y espumarajea(g) y cruje los dientes;— y secándose está. Y dije a tus discípulos que le lanzasen , y no pudieron». 19. (9:18) Y él respondiendo, les dice: «¡Oh generación increyente! ¿hasta cuándo con vosotros estaré? ¿hasta cuándo os sufriré? Traédmele». 20. (9:19) Y trajéronsele. Y viéndole(h) el espíritu, luego le fue retorciendo(i), y cayendo sobre la tierra rodó espumarajeando. 21. (9:20) Y preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo ha que esto aconteciéndole está?» Y él dijo: «Desde muy niño; 22. (9:21) Y a menudo aún en fuego le ha arrojado y en aguas para perderle. Pero, si algo puedes, ayúdanos, lastimado de nosotros». 23. (9:22) Y Jesús díjole: «¡Lo de: «Si puedes!»(j) Todo (es) posible al que cree». 24. (9:23) Pronto exclamando el padre del niñito con lágrimas decía: «Creo; ayuda(k) mi incredulidad». 25. (9:24) Y viendo Jesús que corriendo se aglomera turba, impuso al espíritu, al inmundo, diciendo: «¡El mudo y sordo espíritu, yo te mando: sal de él, y ya no entres en él!». 26. (9:25) Y, exclamando y muchísimo convulsionando, salió; —y quedó cual si muerto, que muchos decían: que «ha muerto». 27. (9:26) Pero Jesús, tomando su mano, levantóle, y se alzó. 28. (9:27) Y, entrando él en casa, sus discípulos a solas preguntábanle: «¿Cómo, pues, nosotros no pudimos lanzarlo?» 29. (9:28) Y díjoles: «Este linaje en nada puede salir, sino en oración y ayuno». Jesús anuncia otra vez su muerte30. (9:29) Y de allí saliendo, caminaba al través de la Galilea; y no quiso que alguno supiera; 31. (9:30) pues enseñaba a sus discípulos y decía que el Hijo del hombre es entregado en manos de hombres, y mataránle y, muerto, después de tres días, resucitará. 32. (9:31) Mas, ellos ignoraban la palabra, y temían interrogarle. ¿Quién es el mayor?33. (9:32) Y vinieron a Cafarnaúm. Y, a la casa llegado, preguntábales: «¿Qué en el camino tratabais?» 34. (9:33) Y ellos callaban; pues entre sí habían conversado en el camino de quien (era) mayor. 35. (9:34) Y, sentándose, voceó(l) a los doce, y díceles: «Si alguno quisiere primero ser, será de todos último y de todos servidor». 36. (9:35) Y, tomando un niñito, púsole en medio de ellos, y abrazándolo, díjoles: 37. (9:35) «Quien a uno de tales niñitos recibiere en mi nombre, a mí recibe; y quien a mí recibiere, no a mí recibe, sino al que ha enviado a mí». El que no es contra nosotros, por nosotros es38. (9:36) Díjole Juan: «Maestro, vimos a uno en tu nombre lanzar demonios; y le estorbábamos, porque no seguía a nosotros». 39. (9:37) Y Jesús dijo: «No le estorbéis; pues nadie hay que haga poder(m) en mi nombre y pueda luego maldecirme; 40. (9:38) pues quien no es contra nosotros, por nosotros es(n). 41. (9:39) Pues, quien de beber os diere cáliz de agua en nombre mío, porque de Cristo sois, en verdad os digo que no perderá, no, su galardón. Ocasiones de caer42. (9:40) Y, quien escandalizare a uno de estos pequeños, los que creen en mí, bello es para él más bien, si yace muela asinaria(o) en torno de su cuello, y está lanzado él en la mar. 43. (9:41) Y, si te escandalizare tu mano, córtala; bello es que manco entres en la vida que, las dos manos teniendo, te vayas a la Gehenna, al fuego, el inextinguible; 44. (9:42) donde el gusano de ellos no acaba, y el fuego no se extingue. 45. (9:43) Y, si tu pie te escandalizare, cortálo; bello es que entres en la vida cojo, que, los dos pies teniendo, arrojado seas en la Gehenna, al fuego, el inextinguible. 46. (9:44) Donde el gusano de ellos no acaba y el fuego no se extingue. 47. (9:45) Y, si tu ojo te escandalizare, lánzalo fuera; bello te es monóculo entrar en el Reino de Dios, que, dos ojos teniendo, ser arrojado en la Gehenna; 48. (9:46) donde el gusano de ellos no acaba y el fuego no se extingue. 49. (9:47) Pues cada uno(p) con fuego será salado; y cada víctima con sal será salada. 50. (9:48) ¡Bella, la sal! mas, si la sal insulsa se hiciere ¿en qué la sazonaréis? Tened en vosotros sal(q), y pacificad entre vosotros». |