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sábado, agosto 17, 2024
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    Hechos 17 - La Biblia del Oso  RV1569

    El alboroto en Tesalónica

    1. YPaßando por Amphipolis, y por Apollonia, vinieron à Theßalonica, donde auia ſynioga de Iudios.

    2. Y Paulo, como acoſtumbraua, entró à ellos, y por tres Sabbados diſputó con ellos de las Eſcripturas:

    3. Declarãdo abiertamente y proponiendo, Que cõuenia que el Chriſto padecieße, y reſuſcitaße de los muertos; y que eſte era Ieſus, el Chriſto, el qual (dize) yo os annuncio.

    4. Y algunos deellos creyerõ, y ſe juntarõ con Paulo y con Silas: y de los Griegos religioſos grande multitud: y mugeres nobles no pocas.

    5. Entonces los Iudios [q̃ erã incredulos,] zeloſos, tomando à algunos ocioſos, malos hombres, y juntando compaña, alborotaron la ciudad: y acometiendo la caſa de Iaſon, procurauan ſacarlos àl pueblo.

    6. Y no hallandolos, truxeron à Iaſon y à algunos Hermanos à los gouernadores de la ciudad, dando bozes, Que eſtos ſon los q̃ alborotan el mundo, y han venido acà.

    7. A los quales Iaſon ha recebido, y todos eſtos hazen contra los decretos de Ceſar, diziendo que Ieſus es otro rey.

    8. Y alborotaron el pueblo y à los gouernadores de la ciudad oyendo eſtas coſas.

    9. Mas recebida ſatisfacion de Iaſon y de los demas, ſoltaronlos.

    Pablo y Silas en Berea

    10. Entonces, los Hermanos luego de noche embiaron à Paulo y à Silas à Berea: los quales como llegaron, entraron en la Synoga de los Iudios.

    11. Y fuerõ los mas nobles de los I udios q̃ eſtauã en Theßalonica, eſtos que recibieron la Palabra cõ toda cudicia, eſcudriñando cadadia las Eſcripturas, Si eſtas coſas eran anſi.

    12. Anſique creyeron muchos deellos; y mugeres Griegas honeſtas, y varones no pocos.

    13. Mas como entẽdieron los Iudios de Theßalonica, q̃ tambiẽ en Berea era annũciada la Palabra de Dios por Paulo, vinieron tãbien allà alborotãdo el pueblo.

    14. Empero luego los Hermanos embiaron à Paulo que fueße como à la mar: y Sylas y Timotheo ſe quedaron alli.

    15. Y loſque auiã tomado à cargo à Paulo, lo lleuarõ haſta Athenas: y tomãdo mãdado deel para Silas y Timotheo, q̃ vinießen à el lo mas preſto que pudießen, ſe partieron.

    Pablo en Atenas

    16. Y eſperãdolos Paulo en Athenas, ſu eſpiritu ſe deſhazia enel, viẽdola ciudad dada à idolatria.

    17. Anſique diſputaua en la Synoga con los Iudios y religioſos: y en la plaça cada dia con loſque le occurriã.

    18. Y algunos Philoſophos de los Epicureos y de los Eſtoicos diſputauã con el: y vnos deziã, Que quiere dezir eſte palabrero? Y otros, Parece que es predicador de nueuos dioſes: porque les predicaua à Ieſus, y la Reſurrecion.

    19. Y tomãdolo, truxeronlo àl Areopago, diziendo, Podremos ſaber q̃ ſea eſta nueua dorina que dizes?

    20. Porq̃ metes en nueſtras orejas vnas nueuas coſas: queremos pues ſaber q̃ quiere ſer eſto.

    21. Entonces todos los Athenienſes, y los hueſpedes eſtrãgeros, en nĩguna otra coſa entendiã ſino, o en dezir, o en oyr alguna coſa nueua.

    22. Pues eſtãdo Paulo en medio del Areopago, dixo, Varones Athenienſes en todo hos veo como mas ſupersticioſos.

    23. Porque paßãdo y mirãdo vueſtros Sãuarios, hallé tambien vn altar enel qual eſtaua eſta inscripcion, Al dios no conocido. Aquel pues que voſotros honrrays ſin conocerlo, à eſte hos annũcio yo.

    24. El Dios que hizo el mũdo y todas las coſas q̃ enel ſon. Eſte como ſea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de mano:

    25. Ni es honrrado con manos de hombres, neceßitado de algo: pues el dá à todos vida, y reſpiracion, y todas las coſas:

    26. El qual hizo de vno à todo el linage de los hombres para que habitaßen ſobre toda la haz de la tierra, determinando las ſazones [las quales limitó:] y pueſtos los terminos de la habitacion deellos:

    27. Paraque buſcaßen à Dios, ſi porventura palpando lo hallen; aũque cierto no eſtá lexos de cada vno de noſotros.

    28. Porque en el biuimos, y nos mouemos, y ſomos: como tambien algunos de vueſtros poetas dixerõ, Porque linage de eſte ſomos tambien.

    29. Siendo pues linage de Dios, no aue mos de eſtimar la Diuinidad ſer ſemejante ô à oro, ô à plata, ò à piedra, ò à eſculptura de artificio ò de imaginaciõ de hombres.

    30. Anſique dißimulando Dios los tiempos de eſta ignorancia, aora denũcia à todos los hombres que ſe arrepiẽtan:

    31. Porquãto ha eſtablecido vn dia en el qual ha de juzgar con juſticia à todo el mũdo por aquel varõ al qual determinó, dando fe à todos leuãtandolo delos muertos.

    32. Y como oyerõ la Reſurreciõ delos muertos, vnos entõces ſe burlauã: y otros dezian, Oyrtehemos acerca deeſto otra vez.

    33. Y anſi Paulo ſe ſalió de en medio deellos.

    34. Mas algunos creyerõ jũtandoſe cõel entre los quales tambiẽ fue Dionysio el del Areopago, y vna muger llamada Damaris, y otros con ellos.