Nehemías 9 - La Biblia del Oso RV1569Esdras confiesa los pecados de Israel1. YA los veynte y quatro dias de eſte mes, los hijos de Iſrael ſe juntarõ en ayuno y en cilicios y tierra ſobre ſi. 2. Y auiaſe ya apartado la ſimiente de Iſrael de todos los eſtrangeros: y eſtando en pie confeßaron ſus peccados y las iniquidades de ſus padres. 3. Y leuantaronſe ſobre ſu lugar, y leyerõ en el libro de la Ley de ſuDios, quatro vezes àl dia y quatro vezes confeßaron, y adoraron à Iehoua ſu Dios. 4. Y leuantaroſe ſobre la grada de los Leuitas Ieſua y Bani, Cadmiel, Sabanias, Bunni, Serebias, Bani, y Chanani, y clamaron à gran boz à Iehoua ſu Dios. 5. Y dixeron los Leuitas Ieſua, y Cadmiel, Bani, Haſebnias, Serebias, Odaias, Sebnias, Phathahias, Leuantaos, Bendezid à Iehoua nueſtro Dios deſde el ſiglo haſte el ſiglo: y bendiga el nombre de tu gloria y alto ſobre toda bendiciõ y alabança. 6. Tu, ò Iehoua, eres ſolo, tu hiziſte los cielos, y los cielos de los cielos, y toda ſu copoſtura: la tierra y todo loque eſtá en ella: las mares, y todo loque eſta en ellas: y viuificas todas eſtas coſas: y los exercitos de los cielos te adoran. 7. Tu eres, ò Iehoua, el Dios que eſcogiſte à Abraham, y lo ſacaſte de Vr de los Chaldeos, y puſiſte ſu nombre Abraham. 8. Y hallaſte fiel ſu coraçon delante de ti, y heziſte con el aliança para darle la tierra del Chananeo, del Hettheo, y del Ammorrheo, y del Perezeo, y del Iebuſeo, y del Gergeßeo, para dar la à ſu ſimiente: y cumpliſte tu palabra, porque eres juſto. 9. Y miraſte la afflicion de nueſtros padres en Egypto, y oyſte el clamor deellos en el mar Bermejo. 10. Y diſte ſeñales y marauillas en Pharaon y en todos ſus ſieruos, y en todo el pueblo de ſu tierra: porque ſabias que auiã hecho ſoberuiamente contra ellos: y heziſtete nobre grande, como parece eſte dia 11. Y partiſte la mar delante deellos; y paßaron por medio deella en ſeco: y à ſus perſeguidores echaſte en los profundos, como vna piedra en grandes aguas. 12. Y con coluna de nuue los guiaſte de dia, y con coluna de fuego de noche para alumbrarles el camino por donde auian de yr. 13. Y ſobre el monte de Sinai decendiſte, y hablaſte cõ ellos deſde el cielo, y diſte les iuyzios reos, y leyes verdaderas, y eſtatutos y mandamientos buenos. 14. Y notificaſteles el Sabbado de tu ſanidad; y mandaſteles por mano de Moyſen tu ſieruo mandamientos, y eſtatutos, y Ley. 15. Y diſteles pan del cielo en ſu hambre, y en ſu ſed les ſacaſte aguas de la piedra y dixiſteles que entraßen à poßeer la tierra, por laqual alçaſte tu mano que ſe la auias de dar. 16. Mas ellos y nueſtros padres hizierõ ſoberuiamente, y endurecieron ſu ceruiz, y no oyeron tus mandamientos. 17. Y no quiſieron oyr, ni ſe acordarõ de tus marauillas que auias hecho con ellos, mas endurecieron ſu ceruiz; y puſierõ cabeça para boluerſe àsu ſeruidumbre por ſu rebellion. Tu emperó DIOS DE PERDONES, clemente y Piadoſo, Luengo de iras y de mucha miſericordia, que no los dexaſte. 18. Item, que hizieron paraſi bezerro de fundicion, y dixeron, Eſte es tu Dios q̃ te hizo ſubir de Egypto: y hizieron Abominaciones grandes. 19. Emperó tu por tus muchas miſericor dias no los dexaſte en el deſierto: la coluna de nuue no ſe apartó deellos de dia, para guiarlos por el camino, y la coluna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por elqual auian de yr. 20. Y diſte tu eſpiritu bueno para enſeñarlos: y no detuuiſte tu Man de ſu boca: y aguaſles diſte en ſu ſed. 21. Y ſuſtentaſtelos quarenta años en el deſierto: de ninguna coſa tuuieron neceßidad: ſus veſtidos nos enuejecieron, ni ſus pies ſe hincháron. 22. Y diſteles reynos y pueblos, y partiſtelos por cantones: y poßeyeron la tierra de Sehon, y la tierra del rey de Heſebõ, y la tierra de Og rey de Baſan. 23. Y multiplicaſte ſus hijos como las eſtrellas del cielo, y metiſtelos en la tierra, de laqual auias dicho à ſus padres q̃ auian de entrar en ella para heredarla, 24. Porque los hijos vinieron y heredaron la tierra: y humillaſte delante deellos à los moradores de la tierra, los Chananeos, los quales entregaſte en ſu mano, y à ſus reyes, y à los pueblos de la tierra paraque hizieſlen deellos à ſu voluntad. 25. Y tomarõ ciudades fortalecidas y tierra grueßa: y heredaron caſas llenas de todo bie, ciſternas hechas, viñas y oliuares, y muchos arboles de comer: y comieron y hartaronſe, y engroßaronſe, y deleytarõſe en tu grande bondad. 26. Y enojaron te, y rebellaron contra ti, y echaron tu Ley tras ſus eſpaldas: y mataron tus prophetas que proteſtáuan cõtra ellos para cõuertirlos à ti, y hizierõ abominaciones grandes. 27. Y entregaſtelos en mano de ſus enemigos los quales los affligieron: y enel tiẽpo de ſu tribulacion clamaron à ti, y tu deſde los cielos los oyſte: y ſegun tus muchas miſeraciones, les dauas ſaluadores que los ſaluaßen de mano de ſus enemigos. 28. Mas en teniendo repoſo, ſe boluian à hazer lo malo delante de ti: por lo qual los dexaſte en mano de ſus enemigos q̃ ſe enſeñorearon deellos: mas conuertidos clamauã otra vez à ti, y tu deſde los cielos los oyas, y, ſegun tus miſeraciones, los libraſte muchos tiempos. 29. Y proteſtaſteles que ſe boluießen à tu Ley, mas ellos hizieron ſoberuiamente, y no oyeron tus mandamiẽtos: y en tus juyzios peccaron en ellos, los quales ſi el hõbre hiziere biuirá por ellos: y dieron ombro rehuydor, y endurecieron ſu ceruiz, y no oyeron. 30. Y alargaſte ſobre ellos muchos años, y proteſtaſteles con tu eſpiritu por mano de tus prophetas: mas no eſcucharon: por loqual los entregaſte en mano de los pueblos de las tierras. 31. Mas por tus muchas miſericordias no los conſumiſte, ni los dexaſte: porque eres Dios Clemente y Miſericordioſo. 32. Aora pues, Dios nueſtro, Dios Grãde, Fuerte y Terrible, q̃ guardas el Cõcierto y la miſericordia, no ſea diſminuydo delante de ti todo el trabajo que nos ha alcãçado, à nueſtros reyes, à nueſtros principes, à nueſtros Sacerdotes, y à nueſtros prophetas, y à nueſtros padres, y à todo tu pueblo deſde los dias de los reyes de Aßyria haſta eſte dia. 33. Tu empero eres juſto en todo loq̃ ha venido ſobre noſotros, porq̃ verdad has hecho y noſotros auemos hecholo malo: 34. Y nueſtros reyes, nueſtros principes, nueſtros ſacerdotes, y nueſtros padres no hizieron tu Ley, ni eſcucharon à tus mãdamientos, y à tus teſtimonios con que les proteſtauas. 35. Y ellos en ſu reyno y en tu mucho biẽ q̃ les diſte, y en la tierra ancha y grueßa que diſte delante deellos, no te ſiruieron, ni ſe conuirtieron de ſus malas obras. 36. Heaqui q̃ oy ſomos ſieruos: y en la tierra q̃ diſte à nueſtros padres paraq̃ comießen ſu fruto y ſu biẽ, heaqui ſomos ſieruos. 37. Y multiplica ſu fruto à los reyes q̃ has pueſto ſobre noſotros por nueſtros peccados, q̃ ſe enſeñoreã ſobre nueſtros cuerpos, y ſobre nueſtras beſtias cõforme à ſu volũtad: y eſtamos en grande anguſtia. Pacto del pueblo, de guardar la ley38. Y con todo eßo noſotros hazemos fiel aliãça, y la eſcreuimos ſignada de nueſtros principes, de nueſtros Leuitas, y de nueſtros Sacerdotes. |