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miércoles, julio 17, 2024
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    2 Crónicas 32 - La Palabra (HispanoAmericana)

    Senaquerib invade a Judá

    1. Después de estas muestras de fidelidad, Senaquerib, el rey de Asiria, invadió Judá, puso cerco a las ciudades fortificadas y ordenó conquistarlas.

    2. Cuando Ezequías advirtió que Senaquerib venía con intención de atacar a Jerusalén,

    3. propuso a sus jefes y oficiales cegar las fuentes de agua que había fuera de la ciudad y ellos lo apoyaron.

    4. Se reunió mucha gente que cegó todos los manantiales y el arroyo subterráneo, diciendo: — ¡Cuando lleguen los reyes de Asiria no van a encontrar mucha agua!

    5. Ezequías se armó de valor y reconstruyó todas las partes derruidas de la muralla, levantó torres y una segunda muralla exterior, fortificó el terraplén de la ciudad de David y mandó fabricar gran cantidad de lanzas y escudos.

    6. Puso también jefes militares al frente del pueblo y luego reunió a todo el mundo en la plaza principal de la ciudad y los arengó con estas palabras:

    7. — ¡Valor y coraje! No teman ni se asusten del rey de Asiria y de la multitud que lo acompaña, pues contamos con algo más que él:

    8. él cuenta con fuerzas humanas, pero nosotros contamos con el Señor nuestro Dios que está dispuesto a ayudarnos y a combatir con nosotros. Y la gente quedó reconfortada con las palabras de Ezequías, rey de Judá.

    9. Más adelante, Senaquerib, el rey de Asiria, que estaba en Laquis con todas sus tropas, envió una embajada a Jerusalén para decir al rey Ezequías y a todos los judaítas reunidos en Jerusalén:

    10. — Esto dice Senaquerib, el rey de Asiria: ¿En qué confían para resistir sitiados en Jerusalén?

    11. Ezequías los engaña, para luego hacerlos morir de hambre y sed, prometiéndoles que el Señor su Dios los librará del poder del rey de Asiria.

    12. ¿No es ese el Dios al que Ezequías le ha quitado los santuarios y altares locales, ordenando a Judá y a Jerusalén que sólo deben adorarlo y quemarle incienso en un único altar?

    13. ¿Es que no saben cómo hemos tratado mis antepasados y yo a todos los pueblos de la tierra? ¿Acaso los dioses de estas naciones han podido librar a sus territorios de mi poder?

    14. Y si ninguno de los dioses de las naciones a las que mis antepasados exterminaron pudo salvarlos de mi poder, ¿cómo va a poder librarlos a ustedes su Dios?

    15. Así que no se dejen engatusar o engañar por Ezequías. Y no le crean; pues si ningún dios ha podido librar de mi poder o del poder de mis antepasados a ninguna nación o reino, tampoco su Dios podrá salvarlos ahora.

    16. Los súbditos de Senaquerib continuaron hablando contra Dios, el Señor, y contra su siervo Ezequías.

    17. El rey asirio también había escrito cartas insultando al Dios de Israel y hablando contra él en estos términos: “Lo mismo que los dioses de las naciones de la tierra no han podido librar a sus pueblos de mi poder, tampoco el Dios de Ezequías podrá librar a su pueblo”.

    18. Gritaban a plena voz y en hebreo a la gente de Jerusalén que había sobre la muralla, para asustarla e intimidarla y poder conquistar la ciudad.

    19. Y hablaban del Dios de Jerusalén como de los dioses de las demás naciones, fabricados por manos humanas.

    Jehová libra a Ezequías

    20. En tal coyuntura el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amón, se pusieron a orar, clamando al cielo.

    21. Entonces el Señor envió un ángel que aniquiló a todos los valientes del ejército y a sus jefes y oficiales en el campamento del rey de Asiria, que tuvo que regresar abochornado a su tierra. Y cuando entraba en el templo de sus dioses fue asesinado por sus propios hijos.

    22. El Señor salvó a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén del poder del rey de Asiria y de todos los enemigos, concediéndoles la paz con los vecinos de alrededor.

    23. Muchos fueron a Jerusalén a llevar ofrendas al Señor y regalos a Ezequías, rey de Judá, que a partir de entonces adquirió un gran prestigio ante las demás naciones.

    Enfermedad de Ezequías

    24. Por aquellos días Ezequías cayó gravemente enfermo. Pero suplicó al Señor, que le habló y le concedió un prodigio.

    25. Sin embargo, Ezequías no correspondió al don recibido, pues se llenó de orgullo, y el Señor se enfureció contra él y contra Judá y Jerusalén.

    26. Pero se arrepintió de su orgullo, junto con los habitantes de Jerusalén, por lo que la cólera del Señor no llegó a estallar contra ellos en vida de Ezequías.

    Ezequías recibe a los enviados de Babilonia

    27. Ezequías gozó de grandes riquezas y honores y adquirió tesoros de plata, oro, piedras preciosas, perfumes, escudos y objetos de valor de todo tipo.

    28. Hizo también almacenes para las cosechas de cereales, mosto y aceite, establos para toda clase de ganado y rediles para los rebaños.

    29. Construyó ciudades y tuvo gran cantidad de ganado mayor y menor, pues Dios le concedió una inmensa riqueza.

    30. También fue Ezequías quien cegó la salida de las aguas del Guijón y las condujo por vía subterránea a la parte occidental de la Ciudad de David. Ezequías tuvo éxito en todas sus empresas.

    31. Y así, en el asunto de la embajada de los príncipes de Babilonia enviados para indagar sobre el prodigio que había sucedido en el país, Dios lo abandonó sólo para probarlo y conocer todas sus intenciones.

    Muerte de Ezequías

    32. El resto de la historia de Ezequías y de sus obras piadosas está escrito en el libro de las visiones del profeta Isaías, hijo de Amós, en el libro de los Reyes de Judá e Israel.

    33. Cuando Ezequías murió, fue enterrado en la cuesta donde están las tumbas de los hijos de David, y a su muerte todo Judá y los habitantes de Jerusalén le rindieron honores. Su hijo Manasés le sucedió como rey.