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jueves, julio 18, 2024
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    Isaías 52 - La Palabra (HispanoAmericana)

    Dios librará del cautiverio a Sion

    1. ¡Despierta, Sión, despierta y revístete de poder! Ponte tu traje de gala, Jerusalén, ciudad santa; que ya no entrarán en ti incircuncisos e impuros.

    2. ¡Sacúdete el polvo y ponte en pie, Jerusalén cautiva! Suelta las correas de tu cuello, Sión, capital cautiva,

    3. pues así dice el Señor: Si por nada fueron vendidos, sin rescate serán liberados.

    4. Porque así dice el Señor Dios: Al principio mi pueblo bajó a Egipto, para habitar allí como forastero, y después Asiria lo oprimió sin motivo.

    5. Y ahora —oráculo del Señor Dios—, ¿qué tengo que ver yo en esto: en que se lleven a mi pueblo por nada? Sus dirigentes lanzan gritos de protesta —oráculo del Señor— y continuamente, a diario, ultrajan mi nombre.

    6. Por eso mi pueblo reconocerá mi nombre aquel día, sabrá que soy yo el que afirma: “Aquí estoy”.

    7. ¡Qué grato es oír por los montes los pies del que trae buenas nuevas, que proclama la paz y el bienestar, que lanza el pregón de la victoria, que dice a Sión: “Tu Dios es rey”!

    8. Tus vigías lo proclaman a gritos, lanzan vítores a coro, pues ven con sus propios ojos que el Señor vuelve a Sión.

    9. Canten a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor se compadece de su pueblo, que ha rescatado a Jerusalén.

    10. El Señor muestra su poder a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria que trae nuestro Dios.

    11. ¡Salgan de Babilonia, salgan! No toquen lo que es impuro; salgan de ella ya purificados, llevando sólo el ajuar del Señor.

    12. No saldrán a toda prisa, no escaparán en desbandada, pues el Señor irá a la cabeza, y en retaguardia el Dios de Israel.

    Sufrimientos del Siervo de Jehová

    13. Verán a mi siervo triunfar, exaltado, sumamente enaltecido.

    14. Así como muchos se espantaban de él al verlo tan desfigurado, sin aspecto de persona, con una figura sin rasgos humanos,

    15. así asombrará a pueblos numerosos. Los reyes, ante él, cerrarán la boca, al ver lo que nadie les contó, al descubrir lo que no habían oído.