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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Corintios 11 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    1. Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo.

    Atavío de las mujeres

    2. Os alabo porque en todo os acordáis de mí, y mantenéis las tradiciones como os las transmití.

    3. Quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo, la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.

    4. Todo hombre que reza o profetiza con la cabeza cubierta deshonra su cabeza,

    5. y toda mujer que reza o profetiza con la cabeza descubierta deshonra su cabeza, pues es lo mismo que si se rapara.

    6. Por tanto, si no se quiere cubrir con el velo, que se corte el pelo. Si es vergonzoso para la mujer cortarse el pelo o raparse, que se cubra con el velo.

    7. El hombre, en efecto, no debe cubrirse la cabeza, puesto que es imagen y gloria de Dios; la mujer, en cambio, es gloria del hombre;

    8. porque no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre,

    9. ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por razón del hombre.

    10. Por tanto, la mujer debe mostrar sobre su cabeza la señal de sumisión por razón de los ángeles.

    11. Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor.

    12. Porque si la mujer procede del hombre, así el hombre nace de la mujer; y todo de Dios.

    13. Juzgad por vosotros mismos: ¿es conveniente que la mujer rece a Dios con la cabeza descubierta?

    14. ¿Acaso la misma naturaleza no os enseña que es afrenta para el hombre llevar larga cabellera,

    15. mientras que la mujer se honra dejándola crecer? Porque la cabellera le ha sido dada como velo.

    16. Y si alguno quiere discutir, nosotros no tenemos esa costumbre, ni tampoco las iglesias de Dios.

    Abusos en la Cena del Señor

    17. Al recomendaros esto, no os alabo, porque no os reunís para vuestro bien espiritual, sino para vuestro daño.

    18. En primer lugar oigo que, cuando os reunís en asamblea litúrgica, hay divisiones entre vosotros, y en parte lo creo,

    19. pues conviene que haya entre vosotros disensiones, para que se descubran entre vosotros los de virtud probada.

    20. Pues, cuando os reunís, no es ya para tomar la Cena del Señor;

    21. porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro está ebrio.

    22. ¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O despreciáis la Iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué voy a deciros? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.

    Institución de la Cena del Señor

    23. Porque yo recibí del Señor lo que también os transmití: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,

    24. y dando gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se da por vosotros; haced esto en conmemoración mía".

    25. Y de la misma manera, después de cenar, tomó el cáliz, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; cuantas veces lo bebáis, hacedlo en conmemoración mía".

    26. Porque cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.

    Tomando la Cena indignamente

    27. Así pues, quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor.

    28. Examínese, por tanto, cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba del cáliz;

    29. porque el que come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación.

    30. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y débiles, y mueren tantos.

    31. Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados.

    32. Pero al ser juzgados, somos corregidos por el Señor, para no ser condenados con el mundo.

    33. Por tanto, hermanos míos, cuando os reunáis para comer, esperaos unos a otros.

    34. Si alguno tiene hambre, que coma en casa, para que no os reunáis para vuestra condenación. El resto lo dispondré cuando llegue.