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sábado, agosto 17, 2024
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    1 Corintios 9 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    Los derechos de un apóstol

    1. ¿No soy yo libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús, Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?

    2. Si para otros no soy apóstol, para vosotros, sin embargo, lo soy, porque vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor.

    3. Ésta es mi defensa contra los que me critican.

    4. ¿Acaso no tenemos derecho a comer y a beber?

    5. ¿O no tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer hermana, como hacen los demás apóstoles, y los hermanos del Señor y Cefas?

    6. ¿O solamente Bernabé y yo estamos privados del derecho a no trabajar?

    7. ¿Quién hace el servicio militar alguna vez a sus expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿Quién apacienta un rebaño y no se alimenta de la leche del rebaño?

    8. ¿Acaso estoy utilizando un argumento humano? ¿O no dice también esto la Ley?

    9. Porque en la Ley de Moisés está escrito: "No pondrás bozal al buey que trilla". ¿Es que Dios se preocupa de los bueyes?

    10. ¿No es más bien por nosotros por quien lo dice? En efecto, por nosotros ha sido escrito esto, pues el que ara debe arar con esperanza, y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto.

    11. Si sembramos en vosotros bienes espirituales, ¿será algo extraordinario que recojamos de vuestros bienes materiales?

    12. Si otros tienen ese derecho sobre vosotros, ¡cuánto más nosotros! Con todo, no hemos hecho uso de este derecho. Al contrario, todo lo soportamos, para no poner ningún obstáculo al Evangelio de Cristo.

    13. ¿No sabéis que los que se dedican al culto reciben el sustento del culto, y que los que sirven al altar participan del altar?

    14. Así también ha ordenado el Señor a los que anuncian el Evangelio, que vivan del Evangelio.

    15. Yo, sin embargo, nunca he hecho uso de este derecho. Y no escribo esto para que se haga así conmigo, pues antes prefiero morir que... ¡Nadie me privará de mi gloria!

    16. Porque si evangelizo, no es para mí motivo de gloria, pues es un deber que me incumbe. ¡Ay de mí si no evangelizara!

    17. Si lo hiciera por propia iniciativa, tendría recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo una misión encomendada.

    18. ¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar el Evangelio entregándolo gratuitamente, sin hacer valer mis derechos por el Evangelio.

    19. Porque siendo libre de todos, me hice siervo de todos para ganar a cuantos más pueda.

    20. Con los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; con los que están bajo la Ley, como si estuviera bajo la Ley -aunque yo no lo estoy- para ganar a los que están bajo la Ley;

    21. con los que están sin ley, como si estuviera sin ley -aunque no estoy fuera de la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo-, para ganar a los que están sin ley.

    22. Me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me he hecho todo para todos, para salvar de cualquier manera a algunos.

    23. Y todo lo hago por el Evangelio, para tener yo también parte en él.

    24. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos sin duda corren pero uno solo recibe el premio? Corred de tal modo que lo alcancéis.

    25. Los que compiten se abstienen de todo; y ellos para alcanzar una corona corruptible; nosotros, en cambio, una incorruptible.

    26. Así pues, yo corro no como a la ventura, lucho no como quien golpea al aire,

    27. sino que castigo mi cuerpo y lo someto a servidumbre, no sea que, después de haber predicado a otros, quede yo descalificado.