30.7 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    1 Juan 2 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    Cristo, nuestro abogado

    1. Hijos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos un abogado ante el Padre: Jesucristo, el Justo.

    2. Él es la víctima propiciatoria por nuestros pecados; y no sólo por los nuestros, sino por los de todo el mundo.

    3. En esto sabemos que le hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos.

    4. Quien dice: "Yo le conozco", pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y en ése no está la verdad.

    5. En cambio, quien guarda su palabra, en ése el amor de Dios ha alcanzado verdaderamente su perfección. En esto sabemos que estamos en Él.

    6. Quien dice que permanece en Dios, debe caminar como él caminó.

    El nuevo mandamiento

    7. Queridísimos: no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que tenéis desde el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que habéis escuchado.

    8. Y, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que se verifica en él y en vosotros, porque las tinieblas van desapareciendo y brilla ya la luz verdadera.

    9. Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está todavía en las tinieblas.

    10. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no corre peligro de tropezar.

    11. En cambio, quien aborrece a su hermano está en las tinieblas y camina por ellas, sin saber adónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

    12. Os escribo a vosotros, hijos, porque por su nombre se os han perdonado los pecados.

    13. Os escribo a vosotros, padres, porque habéis conocido al que existe desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno.

    14. Os he escrito a vosotros, niños, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que existe desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros

    15. No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

    16. Porque todo lo que hay en el mundo -la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la arrogancia de los bienes terrenos- no procede del Padre, sino del mundo.

    17. Y el mundo es pasajero, y también sus concupiscencias; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre.

    El anticristo

    18. Hijitos, es la última hora. Habéis oído que tiene que venir el Anticristo: pues bien, ya han aparecido muchos anticristos. Por eso sabemos que es la última hora.

    19. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Porque si hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que ninguno de ellos es de los nuestros.

    20. En cuanto a vosotros, tenéis la unción del Santo; y todos estáis instruidos.

    21. No os escribo porque ignoréis la verdad, sino porque la conocéis y sabéis que ninguna mentira proviene de la verdad.

    22. ¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.

    23. Todo el que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.

    24. Vosotros procurad que lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

    25. Y ésta es la promesa que él nos hizo: la vida eterna.

    26. Os escribo esto a propósito de los que pretenden engañaros.

    27. En cuanto a vosotros, la unción que recibisteis de él permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Es más, tal como su unción -que es verdadera y no engaña- os enseña acerca de todas las cosas, permaneced en él, del mismo modo que os enseñó

    28. Y ahora, hijos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no quedemos avergonzados lejos de él, en su venida.

    29. Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que obra la justicia ha nacido de él.