32.4 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Apocalipsis 11 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    Los dos testigos

    1. Y se me entregó una caña como una vara de medir, y se me dijo: -Levántate y mide el templo de Dios, el altar y a los que adoran en él.

    2. Pero deja de lado el atrio exterior del templo y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, que pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.

    3. Yo haré que mis dos testigos profeticen, vestidos de saco, durante mil doscientos sesenta días.

    4. "Ellos son los dos olivos y los dos candelabros que están en presencia del Señor de la tierra".

    5. Y si alguno quisiera hacerles daño, les saldrá fuego de la boca y devorará a sus enemigos; y si alguno quisiera hacerles daño, de la misma forma deberá morir.

    6. Ellos tienen el poder de cerrar el cielo para que no llueva durante los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para afligir la tierra con toda suerte de plagas, cuantas veces quieran.

    7. Cuando concluyan su testimonio, la bestia que surge del abismo entablará combate contra ellos, los derrotará y los matará.

    8. Sus cadáveres quedarán en la plaza de la gran ciudad, la que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto, donde también su Señor fue crucificado.

    9. Las gentes de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres durante tres días y medio, y no permitirán colocar sus cadáveres en el sepulcro.

    10. Los habitantes de la tierra se alegrarán de ello, se regocijarán y se intercambiarán regalos, porque estos dos profetas habían atormentado a los habitantes de la tierra.

    11. Después de tres días y medio un soplo de vida procedente de Dios entró en ellos, y se pusieron de pie, y un gran temor sobrecogió a quienes los miraban.

    12. Entonces oyeron una voz fuerte desde el cielo que les decía: -Subid aquí. Y subieron al cielo en una nube y sus enemigos los vieron.

    13. En aquella hora se produjo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó. Siete mil personas perecieron en el terremoto y los restantes se llenaron de temor y dieron gloria al Dios del cielo.

    14. El segundo ¡ay! ha pasado. Mira, enseguida llega al tercer ¡ay!

    La séptima trompeta

    15. Tocó la trompeta el séptimo ángel. Y resonaron fuertes voces en el cielo: "El reinado en este mundo es ya de nuestro Señor y de su Cristo, que reinará por los siglos de los siglos".

    16. Entonces los veinticuatro ancianos, que se sientan en sus tronos en la presencia de Dios, se echaron rostro en tierra y adoraron a Dios,

    17. diciendo: "Te damos gracias, Señor Dios omnipotente, el que es y el que era, porque has ejercido tu inmenso poder y has comenzado a reinar.

    18. Las naciones se habían encolerizado, pero llegó tu ira y el tiempo de ser juzgados los muertos, y de dar la recompensa a tus siervos, los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, pequeños y grandes, y de exterminar a los que destruyen la tierra

    19. Y se abrió el templo de Dios en el cielo y en el Templo apareció el arca de su alianza; y se produjeron relámpagos, fragor de truenos, un terremoto y un fuerte granizo.