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jueves, julio 18, 2024
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    Apocalipsis 16 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    Las copas de ira

    1. Oí una fuerte voz, procedente del templo, que decía a los siete ángeles: -Id a verter sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios.

    2. Marchó el primero, vertió sobre la tierra su copa, y sobrevino una llaga maligna y perniciosa a los hombres que tenían la marca de la bestia y a los que habían adorado su imagen.

    3. El segundo vertió su copa en el mar, que se convirtió en sangre como de muerto, y todos los seres vivos del mar murieron.

    4. El tercero vertió su copa en los ríos y en las fuentes de las aguas, que se convirtieron en sangre.

    5. Entonces oí al ángel de las aguas que decía: "Justo eres Tú, el que es y el que era, el Santo, porque has juzgado de esta forma,

    6. porque a los que derramaron la sangre de los santos y profetas les has dado a beber sangre. Se lo merecen".

    7. Y oí al altar que decía: "Sí, Señor Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios".

    8. El cuarto vertió su copa sobre el sol y se le permitió abrasar a los hombres con fuego.

    9. Fueron abrasados los hombres con un gran ardor, y blasfemaron contra el nombre de Dios, que tiene la potestad sobre aquellas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.

    10. El quinto vertió su copa sobre el trono de la bestia, y su reino quedó en tinieblas y se mordían las lenguas de dolor.

    11. Blasfemaron contra el Dios del cielo a causa de su dolor y de sus llagas, pero no se arrepintieron de sus obras.

    12. El sexto vertió su copa sobre el gran río Éufrates y se secaron sus aguas, de modo que quedó preparado el camino a los reyes del oriente.

    13. Entonces vi tres espíritus impuros como ranas que salían de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta.

    14. Son espíritus demoniacos que hacen prodigios y se dirigen a los reyes de todo el orbe, con el propósito de reunirlos para la batalla del gran día del Dios omnipotente.

    15. Mirad que vengo como un ladrón. Bienaventurado el que esté vigilante y guarde sus vestidos, para no andar desnudo y que le vean sus vergüenzas.

    16. Y los reunió en el lugar que se llama en hebreo Harmagedón.

    17. El séptimo vertió su copa en el aire, y salió del templo, desde el trono, una voz que decía: -¡Ya está hecho!

    18. Hubo relámpagos, estampidos de truenos, y se produjo un gran terremoto como nunca existió desde que hay hombres sobre la tierra: ¡tan grande fue el terremoto!

    19. La gran ciudad se partió en tres trozos, y las ciudades de las naciones se derrumbaron. La gran Babilonia fue recordada ante Dios para darle a beber la copa del vino del furor de su ira.

    20. Todas las islas desaparecieron y de los montes no se encontró rastro.

    21. Y un pedrisco con granizos como de un talento de peso cayó del cielo sobre los hombres, que prorrumpieron en blasfemias contra Dios por el azote del granizo: ¡era una plaga tremenda!