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miércoles, julio 17, 2024
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    Apocalipsis 6 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    Los sellos

    1. En la visión, cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, oí al primero de los cuatro seres decir con voz de trueno: -¡Ven!

    2. Y vi entonces un caballo blanco. Su jinete llevaba un arco y se le dio una corona, y salió con el ademán victorioso del que va a vencer.

    3. Cuando abrió el segundo sello, oí decir al segundo ser: -¡Ven!

    4. Entonces salió otro caballo rojo. A su jinete se le concedió arrebatar la paz de la tierra para que se matasen unos a otros, y se le entregó una gran espada.

    5. Cuando abrió el tercer sello, oí decir al tercer ser: -¡Ven! Y vi entonces un caballo negro. Su jinete tenía una balanza en la mano.

    6. Y oí como una voz en medio de los cuatro seres que decía: -Una medida de trigo por un denario, y tres medidas de cebada por un denario; pero al aceite y al vino no les hagas daño.

    7. Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser que decía: -¡Ven!

    8. Y entonces, en la visión apareció un caballo macilento. Su jinete se llamaba "la Muerte" y le seguía "el Hades"; se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra para matar a espada, de hambre, de peste y con las fieras de la tierra.

    9. Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar a las almas de los inmolados a causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.

    10. Clamaron con gran voz: -¡Señor santo y veraz! ¿Para cuándo dejas el hacer justicia y vengar nuestra sangre contra los habitantes de la tierra?

    11. Entonces se les dio a cada uno una túnica blanca y se les dijo que aguardaran todavía un poco, hasta que se completase el número de sus hermanos y compañeros de servicio que iban a ser inmolados como ellos.

    12. Y cuando abrió el sexto sello, vi cómo se produjo un gran terremoto. El sol se volvió negro como tela de saco y toda la luna se volvió como si fuera sangre.

    13. Las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como se desprenden los higos verdes de la higuera agitada por el vendaval.

    14. El cielo se replegó lo mismo que se enrolla un libro, y todos los montes y las islas fueron desplazados de su sitio.

    15. Los reyes de la tierra, los magnates y los tribunos, los ricos y los poderosos, todos los hombres, esclavos y libres, se escondieron en las cuevas y en las rocas de los montes.

    16. "Y les decían a los montes y a las rocas": -"Precipitaos sobre nosotros y ocultadnos" de la presencia del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero,

    17. porque ha llegado el gran día de su ira, y ¿quién podrá resistir?