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miércoles, julio 17, 2024
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    Hechos 6 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    Elección de siete diáconos

    1. En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, se levantó una queja de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas estaban desatendidas en la asistencia diaria.

    2. Los doce convocaron a la multitud de los discípulos y les dijeron: -No es conveniente que nosotros abandonemos la palabra de Dios para servir las mesas.

    3. Escoged, hermanos, de entre vosotros a siete hombres de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, a los que designemos para este servicio.

    4. Mientras, nosotros nos dedicaremos asiduamente a la oración y al ministerio de la palabra.

    5. La propuesta agradó a toda la asamblea y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía.

    6. Los presentaron ante los apóstoles y orando les impusieron las manos.

    7. La palabra de Dios se propagaba, y aumentaba considerablemente el número de discípulos en Jerusalén, y gran cantidad de sacerdotes obedecían a la fe.

    Arresto de Esteban

    8. Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.

    9. Se levantaron a discutir con Esteban algunos de la sinagoga llamada de los libertos, de los cirenenses y alejandrinos, con otros de Cilicia y Asia.

    10. Pero no podían resistir la sabiduría y el Espíritu con que hablaba.

    11. Sobornaron entonces a unos hombres que dijeron: -Nosotros le hemos oído proferir palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.

    12. Amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y se presentaron de improviso para prenderle y llevarlo ante el Sanedrín.

    13. Presentaron testigos falsos que decían: -Este hombre no deja de proferir palabras contra este lugar santo y contra la Ley.

    14. Porque le hemos oído decir que ese Jesús, el Nazareno, destruirá este lugar y cambiará las costumbres que nos ha transmitido Moisés.

    15. Y al fijarse en él todos los que estaban sentados en el Sanedrín vieron que su rostro era como el de un ángel.